Porque es necesario que
el Nunca Más se enraíce en la identidad del pueblo latinoamericano,
porque es urgente que la impunidad dé paso a la justicia, porque es
imprescindible rescatar la Memoria Histórica de la omisión de los
gobiernos derechistas, porque apremia que se vuelva desidia en un pueblo
amnésico.
Porque una sociedad sin memoria es un pueblo a la deriva.
Un país que desconoce su pasado y que al que le enseñaron a renegar de
él, es un pueblo manipulado que obedece sin musitar el mandato de los
traidores.
Porque no es posible lanzar al olvido las vidas de
los incondicionales a la verdad y a la justicia. Porque son miles los
desaparecidos, porque son tantas las fosas clandestinas donde lloran los
sueños truncados. Porque quedamos huérfanos de la verdad, de la
honradez y del amor humano.
Es vital que la Memoria Histórica
sea parte de nuestro día a día, que se reitere constantemente la verdad
escondida por el estado, la otra verdad de los mártires y de los
torturados. La de los sobrevivientes a aquella atrocidad sangrienta.
Porque una Latinoamérica bajo la opresión de dictaduras militares no va
hacia ningún lugar, se seca, se muere. Es una Latinoamérica marchita.
Subordinada, reducida a cenizas.
Porque los Derechos Humanos no
pueden ser arrancados de nuestro ímpetu libertario. Porque no nos
pueden seguir negando el derecho al desarrollo. Porque nuestra tierra
milenaria no puede ser transgredida por oligarcas en beneficio del
imperio. Porque no nos podemos quedar de brazos cruzados viendo cómo se
llevan nuestra dignidad y la venden y la abusan y las desechan.
Porque no podemos seguir alimentando el engaño, la deslealtad y el
oportunismo. Porque la semilla que viene naciendo merece saber la
verdad, merece crecer en una Latinoamérica que está sanando sus heridas,
en un pueblo que no se rinde, que resiste y que exige y que se
pronuncia y que no se esconde. En una sociedad que trabaja día a día en
la reconstrucción del tejido social. Que manda a juicio a los culpables y
los encarcela.
En una sociedad decidida que no busca venganza
sino justicia. Para eso es la Memoria Histórica para no olvidar por todo
lo que ha pasado esta tierra tan humillada, para que jamás se vuelva a
repetir tanta crueldad.
No, no podemos negar la Memoria
Histórica, hacerlo es negar nuestro origen, es escupir a nuestros
ancestros, es faltarle el respeto a la verdad. Es desechar la dignidad.
Es lanzar las semillas a una tierra infértil. ¿Qué es de un pueblo donde
los genocidas están libres y caminan por las calles de su país y del
mundo con tal descaro de asesinos? ¿Qué es un pueblo donde los
dictadores están a mando del gobierno? ¿Inmersos en el sistema y siguen
pudriendo y desangrando y fulminándolo? ¿Qué es de un pueblo en
silencio, cómodo, esclavizado y apático? ¿Hacia dónde va una
Latinoamérica perdida en la ambigüedad del engaño y la omisión?
Necesitamos restaurarnos, encontrar a los desaparecidos, encontrar esas
fosas clandestinas, necesitamos que la sangre seca regada por todo el
continente sea nuestra dignidad y nuestro arrojo para no doblegarnos
ante la embestida de los traidores. ¿Qué nos queda entonces? Continuar y
seguir rebelándonos.
@ilkaolivacorado.
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