Pasado los enfrentamientos políticos de las jornadas y sesiones de la
Asamblea Constituyente, a la fecha (2006 - 2014), la opinión pública y
los medios de comunicación especularon bastante sobre los
enfrentamientos en el campo político, económico, social y hasta militar
entre los viejos grupos de poder y las fuerzas del cambio. Se especuló
sobre tópicos referidos a las causas de estos enfrentamientos su
desenlace y necesariamente sus repercusiones.
Debates
especulativos mediáticos (sin duda nutridos y hasta rigurosos) que no
fueron más allá de lo que sus ojos quisieron ver, al grado que se obvió
en muchos casos el análisis objetivo que lleve a los estrategas o
asesores de la oposición a contextualizar e identificar los errores y
debilidades de las fuerzas opositoras (a Evo Morales), en el pasado
inmediato y en el presente.
Desde ese mundo especulativo y
mediático los opositores al proceso de cambio asumieron como victoria
sus derrotas y llamaron traición a la desmovilización de sus cuadros
más radicales además de otras situaciones que las disfrazaron de
diversas maneras.
Son este conjunto de hechos los que pesan a
la hora de entender la correlación de fuerzas electorales y percibir el
bajo caudal electoral que las fuerzas contrarias al Movimiento Al
Socialismo (MAS) registrarán en las elecciones de 2014.
Y es
que no sólo es la fuerza y el voto “duro” a favor del “MAS”, lo que
explicará el fracaso electoral de la oposición; son sus errores y
debilidades que pesan y son causas en el pasado inmediato que incide en
las consecuencias negativas que sin creatividad y análisis apropiado en
la ciencia de la política intentan revertirla hasta antes del día de
las elecciones nacionales venideras.
Para tener una
radiografía política de la fuerza opositora al MAS a continuación se
toca algunos otros puntos que gravitaran en el quehacer electoral y la
campaña misma.
Lo que no puede olvidarse
Entre el 2006 y el 2009, la oposición apostó a una etapa de boicot
económico y político con afanes especulativos en el sistema económico -
financiero y con movilizaciones de grupos de la clase media en acciones
políticas militares separatistas en velado apoyo a grupos irregulares y
abierta militancia con la estructuras cívica prefectural radical de la
“media luna, pero no pudo de ningún modo, este boicot convertirse en
una ofensiva o boicot victoriosa ni en la capitalización del voto
preferencial para los referéndum revocatorios y menos para las
elecciones pasadas del 2009.
A partir de 2009 con el peso del
fracaso electoral, más las divisiones y contradicciones internas de sus
representantes en la Asamblea Legislativa de la gestión 2010 – 2015
tampoco supieron implementar una táctica defensiva opositora que pueda
ordenar y preparar nuevos momentos favorables o de recuperación
política sobre todo por que labraron sus propias barreras desde un
discurso débilmente propositivo y absurdamente negadora de las
transformaciones y cambios institucionales, económicos, políticos y
sociales de la gestión de Evo Morales.
En la presente etapa
de campaña electoral está claro que la oposición (Principalmente el
MSM) intenta borrar el pasado inmediato para revertir una preferencia
electoral notoriamente inclinado en su contra, pero sin dejar entender
ahora la consolidación de los proceso de cambio y lo perjudicial que es
ir en contra de estos.
Samuel Doria Medina, por el contrario
continúa con el error del pasado al proponer durante sus actos de
campaña electoral favorecer abiertamente a la inversión privada
estableciendo una repartición igualitaria con el Estado en las
ganancias generadas por la exploración, explotación, transporte y
comercialización de recursos naturales. Como empresario lamentablemente
no logra diferenciar entre el Capital, trabajo y Recurso Natural y la
lógica del nuevo modelo económico basado en que la realización de todo
producto debe proyectarse a la redistribución de los recursos con la
sociedad en la mirada del Vivir Bien y no en el lucro y enriquecimiento
privado.
Igualmente no se mueve en el espíritu del proceso
constituyente y la nueva la CPE y olvida adrede que los recursos
naturales no son mercancías de propiedad privada y a las que se puede
agregar valor de cambio para beneficios de la Empresa Privada y la
generación de Plusvalía en base a la explotación del trabajo.
Por su parte Jorge Tuto Quiroga se enfrasca en “chiquilladas” políticas
como aquello de cambiar el nombre del Palacio de Gobierno o demagógicas
posturas del pasado como el de volver a llamar al Estado Plurinacional
“República de Bolivia”. Si en eso radica su plan de gobierno sería
prudente para sus seguidores cambiar de candidatos.
Ambos
candidatos, tanto Doria Medina como Quiroga mantienen la vieja línea
estratégica que les llevó a cometer errores y actuar con debilidades, y
al parecer la falta de un balance racionalmente planteado desde una
mirada nacional, de inclusión social y profundización de los mecanismos
de la democracia plural aun pesará.
Dos periodos para analizar errores y debilidades en el marco de la maduración democrática.
El primer periodo está marcado por la instalación de la Asamblea
Constituyente el 2006 hasta pasada la mitad de la gestión presente del
Gobierno del MAS (mas o menos hasta la realización del censo de
Población y Vivienda realizado el 2013); y un segundo periodo lo marca
la difusión de los resultados del Censo Nacional hasta la designación
de candidatos a las elecciones de 2014.
El primer periodo de
la acción política opositora, al calor de la Asamblea Constituyente se
caracteriza por la propuesta de implantar un proyecto de poder radical
separatista impulsada por un grupo opositor y otro autonomista; con
raíces orgánica y de coordinación para ambos casos en el bloque cívico
prefectural de los departamentos que se autodenominaron parte de la
“medialuna”, con el apoyo de otras instancias cívicas departamentales.
Este periodo en su superación significó la derrota del proyecto de la
oligarquía cruceña y los grupos de poder económico transnacional,
minero y terrateniente. Así a la oposición no le quedó más que
alinearse al proyecto democrático en los tópicos de la democracia
plural y el Estado Plurinacional, y acá es donde se puede considerar el
segundo periodo importante en el análisis de los errores y debilidades
de las fuerzas opositoras.
El paso del primer periodo al
segundo significó indiscutiblemente la victoria del “MAS” y la
capitulación implícita del grupo duro de la oposición de la “medialuna”
separatista y autonomista, pero también con esta capitulación, obligada
por las circunstancias y por el bajón en el pensamiento radical
opositor se volvió a los viejos proyectos liberales democráticos sin
abandonar la vieja mirada republicana y restauradora del viejo estado.
En ese entendido la oposición al presentar un proyecto contradictorio
(que no es un proyecto alternativo en si mismo)tiene que enfrentar y
polarizar los derechos individuales con los sociales, colectivos y de
los pueblos y naciones indígenas originarios campesinos, donde esta
claro que siempre perderá. Tiene que polarizar la forma de organización
económica estatal, comunitaria y cooperativa con la privada, donde
también perderá y por razones obvias busca aún aferrarse al ejercicio
de la democracia representativa intentando vanamente quitar relevancia
a la democracia participativa, directa y asambleísta, otro absurdo y
error de su proyecto de la contradicción.
Los campos
propositivos del momento ya llevaron las viejas prácticas democráticas
al campo de la negación para desarrollase cuantitativa y
cualitativamente hacia nuevas formas de contradicción pero en ningún
caso con las del viejo sistema.
La oposición en este campo
vana e ingenuamente busca condiciones constitucionales del pasado a
objeto de revertir la preferencias del voto a favor del MAS e
inútilmente busca plantear contradicciones dialécticas que
objetivamente ya fueron superadas con la negación de lo viejo y el
nacimiento del nuevo orden constitucional. Definitivamente la oposición
se mueve en una realidad virtual.
Siguiendo la senda del fracaso separatista
La oposición liberal no salió de los esquemas de ir en contra del
Gobierno y de oponerse a la gestión y los cambios llevados a cabo. Se
arrimó a defender veladamente la acción de los derrotados de la
“medialuna” y atacar con discursos y esquemas de crítica dura la
represión (de la Policía Nacional y el Ministerio Público) al grupo de
Rozsa y la dirigencia radical de la “medialuna”. Se ocupó únicamente de
desgastar al Gobierno, recurriendo a un discurso sobre Derechos
Constitucionales en defensa a quienes atacaron la CPE.
Ante
la derrota de la Célula Armada de Rozsa la oposición se “proclamó” (tal
vez para conquistara más adeptos), ser un David Frente a Goliat pero
eso nunca ocurrió y su consigna táctica no pasó de ser una desoladora
metáfora mediática sin fundamento ni proyección, fundamentalmente
porque ningún proceso de cambio puede ser derrotado por una
circunstancia. Un solo golpe jamás podría hacer caer un proceso que se
construye y se fortalece en las mayorías de las organizaciones sociales
con mística de triunfo e ideología de revolución.
Erróneamente por la acción de masas a favor del Gobierno y del líder,
en contra intentos separatistas, la oposición atacó y agredió la
mística revolucionaria y del proceso de cambio sobre el que se sustenta
el voto electoral, sin entender que en un proceso de cambio y de
revolución al líder no se lo desgasta desde afuera, más si se ignora
que el líder se fortalece del proceso revolucionario, y que ese es su
medio y su hábitat.
Fue en ese sentido un error insistir en
desgastar el liderazgo de Evo Morales en tiempos de movilización de
masas a favor del líder o del caudillo, más aún sintiéndose débiles y
reconociendo la fortaleza de la institucionalidad estatal y la
centralidad del mando desde el Órgano Ejecutivo.
Para su
aprendizaje debieron entender que en el campo militar ningún ejército
se da la tarea estratégica de desgastar al general o comandante
enemigo, sino el de derrotarlo o anular en el campo de batalla. Ese era
en parte el objetivo del grupo de Rosza y de la embajada
norteamericana, pero cuando ocurrió lo contrario la oposición política
pretendió darle continuidad a una batalla perdida, desde un falso auto
martirio construido mediáticamente y atacando objetivos colaterales o
marginales del núcleo de la fuerza electoral del “MAS”, así aun se
ataca a supuestos operadores de la acción, a ex fiscales y al mismo
sistema de justicia, buscando votos. Esto último no ocurrirá.
La forma y los mecanismos a los que la Policía Nacional recurrió para
materializar la derrota y desmantelamiento del brazo armado e
incipiente instrumento político militar del bloque cívico prefectural,
por razones inexplicables no deja aún de embelesar a la oposición en
sus fines de desgaste al gobierno al grado que suponen estar trabajando
sobre una veta de acción política en el campo internacional; esto, se
dijo más arriba, nunca fue una veta de ataque político y aglutinador de
fuerzas opositoras y para desencanto suyo no lo es ahora y es evidente
que no les llevará a nada que les represente un voto más de lo poco que
tienen.
Es curioso pero la oposición sigue escarbando donde no encontrará votos.
Campaña electoral desde un colchón de inconsistentes críticas a la gestión gubernamental
Para empezar, es evidente que a lo largo de los 9 años del Gobierno de
Evo Morales, la oposición no puso el más mínimo esfuerzo para entender
el proceso desarrollado desde los movimientos sociales y los mecanismos
que estos (los movimientos sociales) generaron para ser parte
estructural de la institucionalidad Estatal.
Así la oposición
declaró la “guerra” a los mecanismos políticos que posibilitaron el
acercamiento del Gobierno a los sectores organizados y, lógicamente sin
entender estas nuevas relaciones ligadas a la democracia participativa
y la construcción institucional del Estado Plurinacional se opusieron a
la gestión pública concertada entre el Gobierno central y las
representaciones corporativas del sector popular (en principio alejadas
de los sectores de la “Gran Empresa Privada”).
Es prudente
decir entonces que este desconocimiento aún pesa y lleva al discurso
opositor a buscar formas de captar el voto desde la persuasión personal
en la clásica mirada de la democracia liberal y de representación
partidista.
Otro tópico negativo de la oposición es confundir
y no esforzarse por entender la diferencia entre prebenda y atención a
la demanda social.
Así, mientras el gobierno fue
fortaleciendo las relaciones con las organizaciones a través de la
gestión pública en base a la demanda de los sectores organizados,
fortaleciendo relaciones corporativas; la oposición pensó y especuló
sobre la compra o soborno de dirigentes. Esto alejó a los viejos
líderes y portavoces de las organizaciones políticas opositoras de los
sectores organizados que desde la gestión pública resultaron
beneficiadas. La oposición al respecto llegó al extremo de afirmar que
un doble aguinaldo era comprar el voto de los asalariados; ya más antes
lo habían hecho con los bonos a los estudiantes, a las mujeres
embarazadas, personas de la tercera edad entre otros.
Bajo la
mirada de la oposición (más perversa que analítica) es claro que ningún
asalariado o beneficiario de algún bono que no sea militante activo de
la oposición votará por quienes consideran prebenda al doble aguinaldo
y el bono.
Ya ni se diga sobre el tema de la nacionalización
de los hidrocarburos donde la oposición electoralista no considera que
hubo tal nacionalización pero insiste en demandar recursos y con estos
hacer gestión pública para el desarrollo regional y nacional ya sea
desde el gobierno nacional o gobiernos autónomos. De hecho ellos mismos
validan su desacertada actitud o balance inadecuado del proceso de
nacionalización, pero aún así siguen el camino de oponerse a la
nacionalización de los hidrocarburos.
Agarran uno y sueltan dos.
En los nueve años de gobierno de Evo Morales algunos disidentes del
“MAS” fueron cooptados por las fuerzas opositoras, pero en proporción
doble fue lo que perdieron. Evidentemente para que esto ocurra el “MAS”
tuvo que flexibilizar el discurso y hacer un llamado a otros sectores
que no fueron parte del proyecto inicial del Proceso de Cambio.
La oposición en ese entendido perdió a viejos militantes miristas,
emenerristas, adenistas, eneferistas entre otros, quienes podrían ser
considerados “expertos” en generar votos por lo que lógicamente sabrán
hacer lo que siempre han hecho en las elecciones sólo que ahora a favor
del “MAS” es decir capitalizar votos reales en su región; y en el campo
corporativo a las filas del “MAS” se pasaron un conjunto de
asociaciones empresariales, colegios de profesionales, asociaciones
juveniles, gremiales y otros.
Igualmente la oposición captó
algunos legisladores disidente del “MAS”, pero al mismo tiempo se
fueron de sus filas potenciales líderes con carrera política y caudal
significativo de votos de por medio.
La oposición en cuestión
de cambios y cooptación de líderes medios para canalizar el voto
ciudadano es más lo que perdió de lo que ganó cuantitativamente
hablando.
Buscando votos en la obscuridad de su propio laberinto
Definitivamente, son tantas las contradicciones en la que se ha metido
la oposición, tantas sus debilidades y errores, (ligadas indudablemente
a un posicionamiento político liberal y restaurador del viejo Estado),
que no están en condiciones de arrancar su campaña electoral de manera
coherente en miras a lograr un avance significativo en el caudal de
votos a su favor.
A cuenta del 12 de octubre de 2014 (fecha
de las elecciones nacionales) la débil y perversa oposición no podrá
salvar sus propias barreras y trinchera y sin duda serán vanos sus
intentos por capitalizar el voto ciudadano en la medida de sus
expectativas. Su destino es ir al fracaso y todo porque sigue
insistiendo caminar en el mismo rumbo de su pasado de fracaso; no se
anima a mirar más allá de su frente.
Candidatos con interese particulares y sin margen de crecimiento
Samuel Doria Medina más que político es un empresario y por ello mismo
su prioridad es proteger su patrimonio familiar. Su preocupación es
cuidar que no estaticen la empresa que compró a precio de gallina
muerta durante el periodo neoliberal y de privatización de las empresas
estatales.
Su mejor trabajo político fue vocear la derrota
electoral del “MAS” en Beni, al momento de elegir el Gobernador. En el
Beni no aportó a la victoria de Lenz (Gobernador de Beni) con votos a
más de aquellos que los llevó de La Paz y Santa Cruz, incluyendo el
suyo.
La alianza de Doria Medina con Rubén Costas no es
capitalizar en pleno del voto de los seguidores de Rubén Costas ya que
muchos grupos empresariales pertenecientes a las entidades logieras de
Santa Cruz prefieren apoyar la gestión conocida de Evo Morales más que
la incertidumbre que les plantea Doria Medina o finalmente optar por el
voto en blanco, que en los hechos son votos perdidos para la oposición.
Jorge “Tuto” Quiroga está en las elecciones buscando
plataformas políticas de protección al juicio que le sigue el
Ministerio Público en los estrados judiciales por el caso denominado
como “Petrocontratos”.
Electoralmente lo hace con votos que
podría darle la Democracia Cristiana, pero el caudal de la Democracia
Cristiana es el de sus dirigentes que son desconocidos en el campo
popular mediático. Su voto será cualificado en el campo de la clase
media, pero sin gravitación significativa en los resultados
electorales.
El voto útil
Con lo puesto en
consideración a lo más que podría llegar un voto útil para la oposición
que vaya a la cabeza de éstos, es de un máximo de 30 por ciento en el
caso ideal. El caso podría darse a sacrificio de bajos porcentajes para
la opción que encabeza Tuto Quiroga y cerca a nada para la opción que
guía Fernando Vargas.
Juan del Granado es un voto fijo cuyos
seguidores leales no se prestaran a votar por Samuel Doria Medina salvo
acuerdo previo pero imposible de darse entendiendo que el MSM se juega
a sobrevivir y salir vivo de esta aventura electoral.
La oposición ante la fatalidad de pensar para el 2019.
La elecciones de 2014 es victoria cantada a favor del binomio Evo
Morales y Álvaro García. La oposición a lo más que puede llegar para
salvar el honor es llamar a que sus viejos y leales seguidores no voten
en blanco. Muchos de ellos ya se fueron para el “MAS”.
Rescatar todo el caudal electoral perdido en estos dos últimos años es
imposible de manera que será prudente y responsable orientar y
proyectar sus estrategias electorales al 2019 y preparar la digna
“jubilación” de los actuales candidatos, si cabe el término, y por
supuesto promocionar nuevas caras y nuevos discursos que más que
criticar el proceso de cambio partan de ello y sumándose lo profundicen
o finalmente aparenten hacerlo para darle sentido real a cualquier
proyecto político alternativo al “MAS”.
Todo proyecto
político en crítica y rechazo a la actual gestión y a los cambios
producidos en los últimos 9 años está destinado a desaparecer antes de
aparecer.
Por ahora nada puede desarrollarse
significativamente, (políticamente hablando) al margen del apoyo a la
gestión actual, al apoyo a los cambios producidos y al margen de una
propuesta de relación corporativa en la gestión pública.
La
oposición debe entender, que el voto es decidido en instancias de
liderazgo intermedio, que así se derrotó a las dictaduras, al
neoliberalismo; así se construye la voluntad popular en el Estado
Plurinacional en Bolivia, lo cual legitima la Democracia.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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