Cuba
ha exigido este martes al Gobierno de EE.UU. que ponga fin a sus
planes subversivos, ilegales y encubiertos contra La Habana, un día
después de que Washington reconociera que infiltró a jóvenes en la isla
caribeña.
“Estos hechos ratifican que el Gobierno de los Estados Unidos no ha desistido de sus planes hostiles e injerencistas contra Cuba, que pretenden crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en nuestro ordenamiento político y a los cuales dedica millones de dólares cada año”, señala la Cancillería cubana, en una declaración.
Este pronunciamiento se da en reacción al programa encubierto del Gobierno de Barack Obama para enviar a jóvenes latinoamericanos a Cuba a fin de que recluten a personas con fines subversivos, según revelaron nuevos documentos publicados el 4 de agosto por la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP).
La nota indica que estas revelaciones confirman una vez más las reiteradas denuncias sobre los planes subversivos de la Administración estadounidense contra Cuba.
Según los documentos, dicho programa estadounidense fue lanzado en 2009 bajo la supervisión de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés) al mismo tiempo que la Administración del entonces recién nombrado Obama, hablaba de “un nuevo comienzo” con Cuba después de décadas de desconfianza.
Los infiltrados, eran jóvenes inexpertos venezolanos, costarricenses y peruanos que trabajaban para USAID a cambio de 5,41 dólares a la hora, haciéndose pasar por turistas en algunas ocasiones y por activistas del área de salud en otras viajaban por toda la isla caribeña con la esperanza de reclutar ciudadanos cubanos para poner en marcha una rebelión.
Hasta la fecha, no hay indicios que demuestran la eficacia de este programa en crear un movimiento político en contra del actual Gobierno del presidente cubano, Raúl Castro.
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