El líder religioso iraní acusa al presidente Mubarak de ser un "lacayo del régimen sionista"
Los ecos de la revuelta egipcia han llegado hasta Irán, pero la lectura de los acontecimientos difiere radicalmente de las del resto de la comunidad internacional. El líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, ha afirmado que las revueltas populares que se están produciendo en las sociedades árabes son una "señal del despertar islámico" en el mundo y ha pedido al Ejército de Egipto que "no acepte los llamamientos para oprimir a su pueblo".
"Lo que hoy sucede en Egipto es el eco de la Revolución Islámica iraní y tiene una significación particular para nosotros", ha asegurado Jamenei durante la oración del viernes en la Universidad de Teherán, comparando la situación actual en El Cairo con el triunfo de la revolución en su país en 1979. El líder religioso se ha dirigido directamente en árabe a los egipcios y al resto de los musulmanes que hablan esa lengua, para animarles en sus levantamientos populares.
Jamenei ha descalificado al ex presidente tunecino Ben Alí y al jefe del Estado egipcio por sus vínculos con Occidente y se ha referido a Hosni Mubarak, como a un "lacayo del régimen sionista" por haber "ayudado a los israelíes" en Gaza. El ayatolá ha asegurado que Occidente construyó "regímenes para establecer sistemas corruptos en Oriente Medio instalando líderes serviles".
En un sermón con tintes políticos muy marcados, ha afirmado que los dirigentes de Israel "son los que están más preocupados por lo que sucede en El Cairo porque saben que si Egipto cesa su alianza, se producirá una gran transformación en la zona". Además ha pedido a los ulemas egipcios de la Universidad de Al Azhar, una prestigiosa referencia en el mundo islámico, que tomen partido e intervengan en la crisis que atraviesa Egipto.
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