Las reformas ratificadas por el congreso hondureño que abren camino a un referendo sobre reelección, evidencian que el ex presidente Manuel Zelaya fue derrocado por afectar intereses económicos y no por promover ese mismo cambio constitucional, dijeron analistas.
La noche del jueves último los diputados declararon ratificado constitucionalmente el artículo 5 del plebiscito y referéndum que abre las puertas a modificar los artículos "pétreos o inmodificables", cambios que hasta hoy constituían delito de traición a la patria.
En junio de 2009 el intento de convocar a una consulta popular de ese tipo para instalar una asamblea constituyente que habilitara la reelección presidencial provocó el derrocamiento del entonces presidente Manuel Zelaya, quien viraba a la izquierda y se había acercado a Hugo Chávez.
Ahora un año y medio después fue el presidente derechista Porfirio Lobo quien impulsó y logró sacar adelante la misma iniciativa que a Zelaya le había costado el cargo y ser sacado de la residencia presidencial un domingo en pijamas para ser expulsado a Costa Rica.
"Lo que se demuestra con esta reforma es que las verdaderas causas del golpe no fueron porque Zelaya pretendía convocar a la consulta sino por contraponerse a las políticas neoliberales, afectar intereses económicos de la oligarquía", dijo el sociólogo Roberto Briceño.
Recordó que Zelaya detuvo 47 concesiones de energía eléctrica con recursos renovables, algunas ya puestas en marcha de nuevo. El ex presidente también disminuyó las utilidades de los importadores de combustible y aprobó un decreto para otorgar tierra a 300 mil campesinos, ambas medidas revertidas.
A las clases dirigentes no les convenía que Zelaya, quien viraba a la izquierda, se perpetuara en el poder, opinó desde Costa Rica el politólogo e historiador Oscar Aguilar Bulgarelli.
Pero "ahora que está Lobo y él sí pertenece a los grupos de poder tradicionales, militares, a ellos sí les sirven las reformas que les permita (a ese sector) perpetuarse en el poder", añadió.
Contundente en su análisis, el analista político hondureño Juan Ramón Martínez explicó que Zelaya fracasó en su intento de reformar la Constitución "porque no leyó a Maquiavelo: uno no se puede pelear con todo el mundo al mismo tiempo".
Y ahora el oficialista Partido Nacional "le ha quitado la bandera a Zelaya y al Frente de Resistencia" sumándose a lo que está de moda en el mundo: la reelección presidencial, añádió Martínez.
Para Juan Medrano, investigador de la salvadoreña Fundación para el Desarrollo, la reforma llega "luego que la derecha calculó con suficiente tiempo cómo resguardar la Constitución sin poner en peligro el sistema de gobierno prevaleciente".
Pero, advirtió, "no cabe duda que esa enmienda llega por las diferentes presiones de la comunidad internacional".
También desde San Salvador el profesor universitario y analista político, Roberto Cañas, consideró que "en el fondo lo que busca ahora el gobierno de Lobo y la derecha en general en Honduras es salir del aislamiento sin precedentes que padecen".
Según Cañas, la derecha la está diciendo al mundo: "Miren nos hemos puesto al día, hemos ajustado nuestra democracia, ahora lo que proponía Zelaya ya no es delito".
Con esta modificación, el Congreso de todos modos tiene la última palabra en decidir si acepta la eventual petición de convocar a una consulta, una vez reunida la cantidad de firmas necesarias para solicitarla.
El diputado de la Democracia Cristiana Ramón Velásquez, que votó por la destitución de Zelaya y en favor de la reforma constitucional, advirtió que se opondrá a cualquier solicitud de modificar los artículos pétreos "porque si no cometo traición a la patria".
En el proyecto original de la reforma del artículo 5 se establecía que las consultas del plebiscito y el referéndum no se podían hacer sobre los artículos pétreos y los diputados eliminaron esa parte.
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