Bajo La Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
▲ La caída del precio del petróleo afecta la aspiración releccionista de Donald Trump.Foto Ap
Las terapias esotéricas de
Trump para lidiar con la pandemia lo tienen arrinconado. Pero no hay
que subestimarlo cuando le quedan varios ases bajo la manga de aquí al 3
de noviembre (bit.ly/2VQOiuo).
Estrategas del Partido Republicano y el connotado politólogo Walter
Russell Mead consideran que la “mejor apuesta de Trump para su relección
es irse contra China ( on.wsj.com/3bDxrCb)”, al menos, de forma retórica.
Durante la guerra de precios entre su aliado Arabia Saudita (AS) y
Rusia, las medidas contradictorias que tomó Trump –más bien, su yerno
talmúdico Jared Kushner, quien maneja de manera ineficaz la triple
agenda de: 1. AS/Medio Oriente, 2. México y 3. El combate al Covid-19,
lo que resultó contraproducente y puso en agonía a la industria del
petróleo/gas lutita (shale oil/gas) de Estados Unidos (EU), cuya
viabilidad es sostenida con artificios por Wall Street (bit.ly/2yMahuY).
Los 38 votos electorales de Texas –segundo estado con el mayor PIB de
EU, tras California–, sumados de la demografía mexicana, son demasiado
importantes para descuidarlos sin rescatar a la industria del
petróleo/gas lutita.
Se desprenden dos hipótesis: 1. La del célebre Scott Ritter (SR), que
vislumbra una guerra de EU contra Irán para elevar el precio del barril
a niveles donde sea viable la extracción del petróleo/gas lutita, entre
40 y 60 dólares el barril (bit.ly/3eQ9ucS); y 2. La de un servidor que contempla una teatral tensión paroxística sin llegar a la guerra.
SR, ex espía de los marines e inspector de la ONU en la guerra del Golfo, quien desmintió la posesión de
armas de destrucción masivade Irak, aduce que
en tiempo de la pandemia, EU se prepara para la guerra, cuando
la debilidad (sic) de Irán es gravemente exagerada.
Mas allá de la vulgar
propaganda de guerra, SR comenta que
Irán está preparado para defendersey
cualquier movimiento de EU podría ser un pésimo cálculo con resultados devastadores.
SR refiere que el hoy secretario de Estado, Mike Pompeo, ex director de la CIA y
evangelista sionistaque defiende más los intereses de Israel que los de EU y Robert O’Brien, consejero de Seguridad Nacional, pugnan por una guerra contra Irán y su
cambio de régimencuando alucinan que las sanciones y la
máxima presión de EUhan desangrado al país persa.
Un operativo de EU contra las milicias chiítas en Irak, apoyadas por
Teherán, pudiera ser el atractivo fatal para aniquilar a Irán.
En contraste, el comandante en Irak, Robert White, quien sí sabe de
teatros de guerra, emitió una brutal advertencia para no desviarse de
los objetivos primarios de EU en Irak (bit.ly/35gjd85).
A diferencia de los blufs de Trump y Pompeo, los iraníes aún
no se emplean a fondo con sus nuevos misiles furtivos y sus novedades
tecnológicas como su satélite militar Nur-1.
SR arguye que una nueva guerra de EU en Irak para atraer a Irán sería una
carnicería para todosque, a mi juicio, el misticismo chiíta está dispuesto a tolerar, a diferencia de la sociedad hedonista de EU, que castigaría a Trump en las urnas funerarias y electorales.
Sólo bastaron las amenazas de Trump de represalias por un supuesto
amago de embarcaciones iraníes en el Golfo Pérsico –que según la prensa
iraní no existieron– para repuntar en 20 dólares el barril y romper su
letal espiral, en medio de la hazaña tecnológica del país persa al
irrumpir en la élite del Club Espacial de 10 países con la colocación en
órbita de su satélite militar Nur-1 (bit.ly/2VVpbqE).
Ni a EU ni a Irán les conviene una guerra. Las posturas son
prístinas: EU se encuentra a la ofensiva en el Golfo Pérsico, mientras
Irán se ubica a la defensiva (bit.ly/2W0juYa).
A EU e Irán les conviene mas una tensión paroxística de corte
teatral/hollywoodense en el Golfo Pérsico para elevar geopolíticamente
el precio del barril: uno de “los cinco precios del petróleo (bit.ly/3aEEU2C)”.
Facebook: AlfredoJalife
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