Habrá más claridad
acerca de cómo afrontar las epidemias del futuro: más Estado y
fortalecimiento de la tríada salud/educación/ comunicación; más
conciencia ambiental y del cambio climático que ya empezó, y más
necesidad de rayar la cancha del one per cent de la economía, que en seguir dando cuerda a los expertos en
pobretología.
En lo cotidiano, las dificultades aguardan a la vuelta de la esquina:
eventos masivos del deporte y la cultura suspendidos hasta nuevo aviso;
obligación de presentar análisis de sangre legalizados en notaría para
abordar un avión o un autobús; el policía que nos diga, respetuosamente,
que gozamos de libertad para pasear con nuestra pareja, manteniendo la
sana distancia.
Por ahora, confinados, afilemos el lápiz. Acabo de leer el largo artículo
La pandemia y el sistema-mundo, de Ignacio Ramonet, publicado por este diario el sábado último (47 páginas). Años que no leía al maestro. Dejé de hacerlo porque de antemano coincidía con casi todo lo que escribía, y así pa’ qué.
El artículo de marras, por ejemplo, confirma con gran poder de exposición lo sabido: una vulgar partícula de
ácido ribonucleico(que no configura vida porque no posee el ADN de los seres vivos) ha puesto en jaque a la especie más evolucionada del planeta. Cercada por el neoliberalismo, la naturaleza optó por vengarse.
Mientras iba tomando nota de la escalofriante big data que ofrece el texto de Ramonet (Kafka diría:
Como una guillotina, así de pesada, así de lógica), se me cruzó una frase de Otto von Bismarck:
Si quieres que no te crean, di la verdad. Sentí un tironcito (eléctrico) en la nuca. Me dije: ¿será el coronavirus? ¡Me mato! ¿Y luego?... Mejor no. Dirán que el virus me mató, y no la abrumadora investigación del gran periodista gallego.
Guardo cierta envidia frente a los intelectuales de la izquierda
socialdemócrata. Construyen textos serios (demasiado serios);
documentados (demasiado documentados); equilibrados (demasiado
equilibrados); redondos (demasiado redondos); fundacionales (demasiado
fundacionales). Pero en los que hay algo que no termina de cerrar.
Imposible de sustentarlo de buenas a primeras. En particular, cuando
lo leído ha sido perfecto (demasiado). Bien dicho, Ramonet:
Algún día, cuando esta pesadilla se desvanezca, tendremos que erigir monumentos en honor de esos mártires con bata blanca. Para recordar por siempre su coraje, su abnegación, su humanidad. Junto (obvio), con una cita de Albert Camus:
La peste enseña que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.
En efecto. Pero cuando
esta pesadilla se desvanezca(y para que no se nos olvide) también será necesario erigir monumentos a los profesionales del odio que, en plena pandemia, escupieron en el rostro angustiado de la humanidad con posiciones ética y moralmente inaceptables.
Fue el caso de la llamada Fundación Internacional para la Libertad (FIL), presidida por el marqués Mario Vargas Llosa, gran
virus de dos patasy devoto de la
democracia liberaly la
economía de mercado.
Acompañado de una fauna que sería injusto asociar con cerdos,
víboras, alacranes, murciélagos, etcétera, es posible que si la temible
tecnología 5G consiguiera que un buitre o un chacal hablasen, dirán que
ellos se alimentan tan sólo de carroña, y los de la FIL de la miseria
planificada y el dolor humano.
Ramonet incluye en su texto un acertado comentario de Naomi Klein:
“Es un modelo económico empapado en sangre. Y ahora la gente empieza a
darse cuenta. Porque encienden la televisión y ven a los comentaristas y
políticos diciéndoles que tal vez deberían sacrificar a sus abuelos
para que los precios de las acciones puedan subir… Y la gente se
pregunta: ¿qué tipo de sistema es este?”
Joan Manuel Serrat ya los había señalado en Los macarras de la moral:
“Y te acosan por la vida / Azuzando el miedo / Pescando en el río
turbio / Del pecado y la virtud…“Vendiendo gato por liebre / A costa de
un credo / Que fabrica platos rotos / Que acabas pagando tú…
“Anunciando el apocalipsis / Van de salvadores / Y si les dejas te
pierden / infaliblemente...“Manipulan nuestro sueños / Y nuestros
temores“Sabedores de que el miedo / Nunca es inocente.
“Son la salsa / De la farsa / El meollo / De un mal rollo…” https://www.youtube.com/watch?v=t1YN0wD1reg
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