Pandemia de crisis y CoronaVirus:
Criança geopolítica observando o nascimento do homem novo
Introducción: Por la vuelta…
La
Pandemia de múltiples crisis que se conjugan en un tiempo y espacio,
recorre cada una de las naciones-países y asalta la realidad para ser el
escenario mundial presente y futuro. La crisis financiera estructural
norteamericana es el modo de expresarse de la denominada “perestroika
norteamericana 2020”, que iniciada en 1999-2001, tiene su primer gran
cúspide en 2008 con la caída del Lehman Brothers, y ahora, en marzo de
2020, ha llegado a su punto culminante donde se abre un juego de poder
de múltiples actores de poder internacional que le dan una impronta que
va más allá de una crisis financiera global. Asume, ahora, el modo de
una crisis sistémica del capitalismo financiero transnacional, donde las
opciones de poder del unipolarismo financiero transnacional están
presentes, así como también las opciones del pos capitalismo financiero
unipolar, que emergen bajo las formas del multipolarismo pluriversal,
económico político: BRICS y político cultural; Dialogo Poliédrico de
Civilizaciones e Interreligioso.
Y están hoy y aquí como
oportunidad para la historia de la humanidad. Son opciones que asumen un
planteo real y concreto de esquemas multipolares/poliédricos y
pluriversales, donde lo nacional (gobierno nacional, proyecto y modelo nacional, estado nacional y mercado nacional)
es legitimado por el conjunto de los esquemas de poder internacional.
Del mismo modo que sucedió durante las crisis mundiales de 1890-1914/18 y
de 1929-1939/44. Las crisis que cíclicamente producen los poderes
financieros transnacionales por sus pujas de intereses, siempre abren
oportunidades históricas para los proyectos nacionales y requieren que
éstos jueguen en posiciones siempre auxiliares, no con proyectos
soberanos propios.
Vaya curiosidad histórica, en 2019/20,
nos encontramos otra vez con una crisis semejante que asume el formato
de encrucijada político estratégica.
Hoy, el Globalismo
unipolar pierde terreno en las relaciones de poder internacional y
sorprende al exigir que el Estado Nacional se haga cargo de áreas
económicas, político-institucionales y culturales. Sorprende, porque
desde 1994 venía desalojándolo por acciones de fuerza, corrupciones de
la buena voluntad o con actos fraudulentos que tuercen la realidad por
manipulación de resultados. Para ellos, el único resultado posible es el
que los enriquece. La realidad, un simple empleado de sus caprichos.
Por entonces, tenían olvidado que el dialogo y la negociación política,
por lo menos, eran la base mínima de la democracia formal y del Estado
de Derecho.
Por otro lado, el Continentalismo
Norteamericano unipolar observa las oportunidades que las múltiples
crisis le abren. Por eso, actúa recuperando terreno con el control de
los instrumentos del estado nacional en Estados Unidos (Sec. del Tesoro,
Sec. de Estado, Reserva Federal, etc.), siempre en tensión con el
nacionalismo que expresa Trump. Y desde esa posición, el poder en
Estados Unidos plantea también su esquema de relaciones con los
gobiernos nacionales para intentar recomponer las relaciones desde una
concepción de Naciones Centrales a naciones dependientes, y periféricas,
de ese centro.
Esto lo plantea a todas las naciones de la Sudamérica Hispanoamericana (Celac-Unasur),
desde México y el Caribe hasta Brasil y el sur bicontinental
(Antártico) de Argentina y Chile. Pero también lo quiere para Alemania (Francia e Italia)
y la Unión Europea; y también para Japón, Corea del Sur y el área del
Asia Pacifico. La idea comprende recomponer el Tricontinentalismo, como
cuando éste existía y aún se encontraba subordinado al Contienentalismo
norteamericano (1979-2001).
Esto significaría que
la rueda de la historia debería retroceder a los días cuando la
oligarquía financiera continental norteamericana alcanzó su máximo
esplendor 1973-1991. En términos históricos, siquiera la resolución de
la crisis en 1347-1353, que se combinó con la peste negra matando al 60%
de la población europea, tuvo una resolución y salida a través de un
regreso de los poderes facticos que generaron las condiciones
socio-económicas vigentes para que se produjera.
Una última observación indica que el Multipolarismo Pluriversal en sus dos planos, económico-político-estratégico (BRICS-A) y cultural-político-estratégico (Dialogo Poliédrico interreligioso de civilizaciones),
propone una realidad ya en pleno desarrollo, que sería un dialogo
sincrético estratégico de nacional-multipolar en lo pluriversal-mundial.
En ese esquema, lo nacional es constituyente de lo mundial,
reconoce la Pluriversidad de voces-intereses-proyectos-modelos
nacionales en una asamblea general de Naciones Unidas, respetando la
multipolaridad poliédrica (heterogeneidad, diferencias y diversidad) de
actores/proyectos/modelos nacionales en un dialogo en el que todos
tienen voz (Pluriversidad). Allí se alcanza una sola voz (universalidad
diversa) creada por el conjunto, en la cual todos se encuentran
convocados, incluidos e expresados.
El Globalismo clama ahora por la vuelta del Estado: ¿Adiós Globalismo Unipolar?
El
Globalismo Unipolar pierde terreno en la puja internacional. Golpeado
en China en general, arrinconado en la City financiera Hong-Kong por el
multipolarismo. Golpeado también en Gran Bretaña por el Brexit de
Theresa May, Boris Johnson y la Corona que lo ha arrinconado y cercado
en la City de Londres; cercado también en Estados Unidos y arrinconado
en la City de Nueva York por el nacionalismo oligárquico Trumpista y el
contientalismo norteamericano. Rodeado en la City financiera de Paris y
Ámsterdam por el contientalismo industrialista de
Alemania-Francia-Italia y sus aliados.
Por ello, el tradicional periódico financiero Londinense “The Financial Times”, que expresa los intereses globalistas (Soros/Rothschild/),
describe que el Globalismo unipolar se aleja de su “línea
liberal”-global (neoliberal) para pedir ahora "cambios radicales": una
mayor presencia de los Estados en medio de la pandemia por el
coronavirus. Cuidado, son “estatistas” a la hora de exigir su asistencia
para que resuelva su crisis. Luego pedirán “libertades” para crecer con
los medios del Estado y los beneficios para sí. Lo que importa
entonces, es observar sus pasos en la controversia de estos días.
Piden,
legitimándolo, que los gobiernos desarrollen una mayor presencia del
Estado, de lo Público, para sostener lo que las empresas transnacionales
globales no pueden hacer desde su control de BC[1] y ETN’s[2], porque si no hay ganancias altas no habrá inversiones[3].
Por lo tanto solicitan, que los gobiernos nacionales desplieguen y
expandan el estado, las empresas estatales públicas, haciéndose cargo de
lo que las empresas transnacionales financieras dejan de lado porque ya
que no “pueden”, porque no es redituable en ganancias. O abandonan sin
más y no seguirán haciéndose “cargo” de una realidad donde los pueblos
de cada nación en crisis, población dirían ellos, solo tendrán
necesidades urgentes y prioritarias, que no redituaran en “ganancias” en
los próximos años.
Incluso se animan a fortalecer también
lo nacional-industrial-popular para distanciarlas y mantenerlas por
fuera de la esfera de influencia del continentalismo unipolar
norteamericano; y alejarlas así de la esfera de influencia que el
multipolarismo ya tiene desarrollado en sus dos vertientes económico-político-estratégico y religioso-filosófico-cultural-estratégico.
¿Por la crisis del coronavirus? No, por la crisis sistémica del
capitalismo financiero transnacional, a la cual viene a sumarse la
Pandemia del Coronavirus, que llegó para tapar y distraer del verdadero
conflicto de intereses en la “perestroika” del declive del
continentalismo norteamericano y cómo se manifiesta en el par Nacional-Transnacional.
La crisis se viene desplegando como una gran burbuja financiera (una burbuja de emisión de dinero –economía ficticia casino– sin respaldo en la economía real –economía real–) y crece inflándose a partir de 1997-2001 (la burbuja hace crecer de 0 a 3 veces la relación economía ficticia/real entre 2001-2008), y luego aceleradamente entre 2008-2019 (15 veces ficticia/real, a una escala 5 veces mayor a la de 2008) todo a fuerza de emisión sin respaldo[4].
Por
eso, este planteo de las Transnacionales Globales se dirige
enfáticamente a los gobiernos nacionales. Plantea una “negociación” en
condiciones de fortaleza para las ETN’s. Quieren que el gobierno
nacional pueda hacerse cargo de áreas de la economía real que no
producen altas ganancias, y dejar en manos globales los nodos
“intermedios” claves. Por allí, ellos pasarían a controlar el proceso de
apropiación de ganancias en general, donde se controla la cadena de
valor en su conjunto.
En estas condiciones, los gobiernos
nacionales estarían “autorizados” a hacer re-nacionalizaciones de
empresas de ‘todo tipo’. Que coinciden en general con las que fueron
privatizadas, una que las transnacionalizó (pasaron a control del
capital transnacional) en el periodo que va desde 1992-2001. En
1990-1992, a la República Argentina, las Transnacionales
Anglo-holandesas le imponen las condiciones de la “derrota” en la
llamada “Guerra de Malvinas”. Esas condiciones fueron la entrega de las
empresas estratégicas de Estado, de la administración estratégica de
Estado y de una Reforma Constitucional en 1994 donde reconoce la pérdida
de soberanía, de nación Soberana, cuando ésta reconoce que los “Pactos
Internacionales” (Tratado de Madrid-Londres de 1990) tienen prioridad
sobre los Pactos Nacionales. Pero la disputa seguiría por los eslabones
intermedios estratégicos.
Objetivos del Globalismo Transnacional Financiero en la renacionalización.
1-
El primer objetivo, es seguir controlando el proceso de apropiación de
riqueza nacional, reduciendo al máximo sus gastos operativos,
financieros e inversiones. Para ello, le es clave controlar posiciones
sobre los bienes intermedios en las diferentes cadenas de valor y
controlar posiciones claves en la city financiera y Banco Central, para
administrar el crédito a actores y sectores no-oponentes a su programa
estratégico.
Precisan para ello, actuar sobre su debilidad por
las posiciones sobreexpuestas en dinero, localizadas en actividades no
productivas (financieras). Al no disponer de mercados ni de capacidad de
dar crédito internacional para su propia cadena global de
comercio-ensamble de piezas y partes, se repliegan (no retroceden) para seguir controlando posiciones neurálgicas (controlar territorio social es su prioridad), por
ello abren grados de “libertad”. Para que cada Nación y Gobierno
Nacional puedan emitir en su moneda nacional y también intercambiar con
las cadenas de valor ya abiertas con centro en el área:
Rusia-China-India-etc., Alemania-Francia-Italia, Japón-Corea del Sur,
Sudáfrica-Egipto-Siria-Irán, Suramérica-Caribe-y-México. Obsérvese que,
los Puntos de Apoyo Local de la cadena transnacional-global, coinciden
con las naciones del multipolarismo BRICS. Todos estos hechos, de un
modo distinto, los observamos en la crisis de 1890-1922 y en la de
1929-1944 en Argentina, donde se combinó crisis financiera y guerra
militar. Y también el repliegue de los intereses Británicos, que
permitió que reemergieran los actores y proyectos nacionales (sudamericanos)
en tensión y puja permanente, para seguir controlando desde la
retaguardia los grandes puntos neurálgicos de la apropiación de la
riqueza nacional. Allí también se instalaron los nuevos intereses norteamericanos emergentes después la primera guerra mundial.
2- El segundo es impedir que el Continentalismo Norteamericano, muy dinámico con su secretario del tesoro (Steven Mnuchin de Goldman Sachs)
en el gobierno de Trump, aunque enfrentado al nacionalismo oligárquico
de éste de modo secundario, pueda avanzar consolidando su manejo de cada
vez mayores capacidades de gobierno en Estados Unidos, que incluyan a
la Reserva Federal, ahora intervenida por el presidente. Los continentalistas pretenden que
les “permitan” proyectarse sobre las posiciones transnacionales
globalistas en cada city financiera y banco central. Y desde ahí, luego
proyectarse para recuperar relaciones y posiciones con
Alemania-Francia-Italia y, también, con Japón-Corea del Sur, recreando
el abanico hacia el este y al oeste en una acción envolvente de EurAsia,
movimiento que caracterizo al Plan Marshall cuando actuó desde 1950.
El
objetivo del Continentalismo norteamericano, cercar a
Rusia-China-India, y a todo el programa de la tercera-posición
internacional del “programa acuerdo de Bandung”[5],
que en su primer anillo-objetivo abarco el acuerdo entre África-y-Asia,
pero que luego de las crisis de la “caída” de la URSS (1987-1991) y de
la primera crisis entre globalismo y continentalismo norteamericano
(1997-2001), suma a la Rusia pos-Yeltsin, y a Sudamérica en 2001/08, en
el marco general del denominado globalismo de las economías emergentes.
3-
El tercer objetivo, es un mensaje para la puja interna de poder en
Estados Unidos. Este proviene del Globalismo y tiene por destinatario a
Trump. Porque, además, tienen claro que pudieron imponer a Biden sobre
Sanders, pero no podrán vencer a Trump en Noviembre de 2020. Las
estimaciones dicen que la base electoral de Sanders volverá a votar a
Trump o se abstendrá como en 2016.
Las posiciones de
Kissinger muestran que el máximo nivel geoestratégico norteamericano
continentalista debe exponerse en un todo, con el interés y objetivo de
poder fortalecer los intereses transnacionales norteamericanos, que se
encuentran en declive estratégico desde 2008. Fortalecerlos para
posponer su declive y, tal vez, lograr una nueva “alquimia”
transnacional, con las transnacionales globales, que los devuelva al
gran juego del poder.
Luego, podrá entenderse la posición planteada por Henry Kissinger6,
de continuar golpeando a la China Globalista de Hong-Kong, Shanghái,
Taiwán, para debilitarla en general en su capacidad de influencia sobre
las Cities financieras de Nueva York y Londres. Pero también para que
las “predisponga” a aceptar el acuerdo que plantea y pretende imponer el
Contienentalismo norteamericano. De modo que, se articule como parte de este “gran frente norteamericano”, sumando fuerzas. Para poder operar contra el multipolarismo en Pekín, Moscú, Nueva Delhi, San Pablo, Johannesburgo, etc. Kissinger perdió el pelo pero no las mañas.
El
Globalismo unipolar se encuentra bajo dos fuegos, el del
Contienentalismo unipolar norteamericano y el del multipolarismo
pluriversal, en sus dos alas multipolares. Un unipolarismo
norteamericano que lo confronta desde Estados Unidos, reduciéndole la
influencia global en Sudamérica (desde México a Argentina-Chile); en
Estados Unidos como ya describimos y en Europa golpeando el proyecto del
shale gas; en Japón, Corea del Sur y el Asia pacífico en general
facilitando los acuerdos, que propuso Trump, entre las dos Coreas en la
península de Corea, que llevaron también a la “caída” del
continentalista secretario de estado, Tillerson.
El
Multipolarismo Brics-a también golpea al globalismo, “bloqueando” la
venta del Shale Oil&Gas (petroleo y gas de esquisto) en Europa
mediante la crisis en los precios del petróleo que los deja fuera del
gran juego internacional y debilitados incluso en Estados Unidos, donde
las acciones de Trump se suman y combinan sin chocar. Un multipolarismo
BRICS, a quien la debilidad del Shale Oil&Gas Globalista, facilita
el avance de Rusia en su articulación con la
Alemania-Francia-Italia-España y toda la UE, con sus gasoductos en
común. Consolidando los avances de la ruta de la seda. Que la pandemia
Corona Virus vino a paralizar, pero que Alemania enfrentó desde un
primer momento, desde una estrategia nacional-ampliada.
Gobiernos Nacionales más activos
El
Globalista FT (Financial Times) plantea que los gobiernos nacionales
deberán ponerse al frente de “reformas radicales”, estructurales (al
igual que hicieron entre 1912/18-1944/50-1973/79). Desplegando las
históricas herramientas e instrumentos de un estado presente, promotor,
emprendedor e incluso recreando el Pacto Social (New Deal) como
instrumento que organice la relación político-institucional entre
Trabajadores, Empresarios, Estado y el gobierno nacional. Un gobierno
Nacional también en relación con la realidad histórica de una
coordinación Universal/Pluriversal, como si fuese la Asamblea General de
las Naciones Unidas con todos los consejos, exceptuando al consejo de
seguridad que niega la asamblea general como instancia soberana.
Los
servicios públicos deberán ser considerados nuevamente como
“inversiones en lugar de pasivos (gastos)”, y buscar formas de hacer que
los “mercados laborales sean menos inseguros (informales)" reafirma.
Todas estas consideraciones nos deberían llevar a pensarnos como hasta
1973/75, antes que el capital financiero global diera por muerto, el
Estado Benefactor y el Pacto Social, en 1987-1994.
El
Pacto Social -“New Deal”- (Franklin D Roosevelt en 1933) entre los
actores de la economía real (Gobierno=Trabajadores+Empresarios+Estado),
fue uno los tres instrumentos que planteó Roosevelt para enfrentar a los
poderes financieros transnacionales en la crisis mundial de 1929.
Determinaron entonces, sumar la subordinación de la banca financiera a
los actores de la economía real: la banca comercial y la industria. Y,
el tercero, el Estado Emprendedor, presente y promotor de las
actividades de la economía real. Eso permitiría que el Gobierno pudiera
tener una política de desarrollo nacional, donde el estado fuera la pata
estratégica para potenciar a los empresarios y trabajadores de la
economía real. Además de ser la administración estratégica y operativa
de plan de gobierno nacional.
Hoy, en tiempos de pandemia y
crisis, existe la necesidad de un Banco Central subordinado al Gobierno
nacional, donde éste defina democráticamente (incluyendo a todos) la
política monetaria que organice y potencie la producción de la economía
real, las capacidades de consumo creciente y bloquee la timba de casino
financiero.
"La redistribución volverá a estar en la
agenda. Los privilegios de los ancianos y ricos en cuestión. Las
políticas hasta hace poco consideradas excéntricas, como los impuestos
básicos sobre la renta y la riqueza, tendrán que estar en la mezcla"
afirman los contientalistas contra la banca global. Estas afirmaciones
sorprenden, pero apuntan al objetivo de usar el Estado para forzar y
recomponer el campo de los intereses comunes con los globalistas. En ese sentido, afirmarán también "se requieren reformas radicales para forjar una sociedad que funcione para todos".
La pandemia de Coronavirus,
Covid-19, ha puesto de manifiesto la necesidad de “unidad” del todo
nacional y de lo nacional en lo internacional. Sin “consejos de
seguridad” que se impongan por la amenaza de la fuerza militar nuclear:
ni bipolarismos ni unipolarismos financieros. Una organización de las
Naciones Unidas que exprese lo nacional en toda su complejidad no solo
económica sino también cultural, política y regional.
Un
dato a tener presente, muy duro y concreto de la realidad, es que el 90%
de las muertes por Coronavirus son personas mayores de 70 años, con
jubilaciones y pensiones que ganaron trabajando y aportando toda la
vida. Los bancos financieros se hicieron con el “manejo” de sus
depósitos e ingresos, e hicieron grandes negocios y negociados a partir
de estos fondos de pensiones y jubilaciones mientras estos aportaban.
Ahora que sólo cobran y gastan, la expectativa de vida se extiende más
allá de los 80 años, los Bancos consideran que ya no sería un “negocio”
para sostener en sus manos y piensan en devolverlo a los gobiernos
nacionales.
A esto se suma un capitalismo financiero que
destruyó el sistema laboral formal, flexibilizando, rotando,
deslocalizando transnacionalmente empresas y trabajadores; de modo que
éstos ya no aportan a los fondos de pensiones y jubilaciones, lo cual
crea este estado de situación donde los grandes bancos se encuentran
quebrados porque no pueden sostener el sistema con las altas ganancias
que están acostumbrados desde 2001. Además, porque los dineros de los
fondos han sido usados por los Bancos, en inversiones que quebraron en
2008, 2013 y en 2019/2020. Y se mantienen desde 2008, solo porque sus
funcionarios gobiernan y acceden a la emisión sin respaldo desde los
bancos centrales de Estados Unidos, Inglaterra, Europa y Japón.
Por
lo tanto, se encuentran no frente al abismo, sino cayendo en sus
dominios oscuros e impredecibles. Hoy parece que llegó el tiempo de un
“cambio” donde es posible alcanzar la justicia social.
El Continentalismo Norteamericano plantea y propone
“Siento como si estuviéramos en la Batalla de las Ardenas”7,
escribió Kissinger. Esa batalla decisiva, diciembre de 1944, en el
curso final de la segunda guerra mundial, donde las fuerzas del oponente
se encuentran dispersas en más de un frente de combate, remitiéndonos a
hoy (2020): Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania-UE, China,
Rusia-Ucrania-Alemania-Francia-Italia; India, Japón, Península de Corea,
Brasil-Argentina-Bolivia-Venezuela-México, Sudáfrica-Libia-Egipto,
Siria-Irán-Turquía; Arabia Saudita-Yemen-Qatar, etc.
Refiriéndose a los puntos fuertes del Globalismo unipolar: que ha sido debilitado en Londres y en la UE por el Brexit Británico – Alemán;
en Estados Unidos por la crisis que significó el Triunfo de Trump,
sobre el globalismo de los Clinton-Obama principalmente, pero también
sobre el Continentalismo de los republicanos en plano secundario; en
China por la pérdida de peso de la región costera-marítima sobre el mar
de la china meridional: el área de la China-Británica de Hong Kong,
Shanghái, Taiwán.8
Donde, además, incluso sus mejores fuerzas se encuentran dispuestas en
los frentes más potentes (contra el multipolarismo), y no en el propio
(contra el Continentalismo en EEUU). Donde cualquier suceso inesperado
(algo que se abre como la Gran Depresión 2020 y debería estar cerrado),
algo por fuera de lo planificado (como el cambio de manos de
transnacionales de la IA, del control accionario de las FANG), algo que
debería requerir fuerzas entrenadas y no las tiene, o un error, podría
producir una ventaja inesperada que debería poderse aprovechar.9
Ahora
“en abril de 2020, como a fines de 1944, existe una sensación de
peligro incipiente, dirigido a ninguna persona en particular y que
golpea al azar y devastadoramente”. Hoy, “existe una diferencia
importante entre ese tiempo de 1929-44 y el nuestro”: “La resistencia
estadounidense fue entonces fortificada por un propósito nacional.
Ahora, es un país dividido”. Por lo tanto: “es necesario un gobierno
eficiente y con visión de futuro para superar los obstáculos sin
precedentes en magnitud y alcance global. Mantener la confianza pública
es crucial para la solidaridad social (reconstruir grados de unidad),
para la relación de las sociedades entre sí, y para la paz y la
estabilidad internacionales”. Por lo tanto, el continentalismo
necesitaría avanzar para reapropiarse del Estado, reapropiarse de lo que
perdió frente al Globalismo de Clinton/Obama, para recomponer fuerzas y
poder revertir la situación de declive y avanzar. Viejos métodos para
crisis presentes que algunos dirigentes políticos no conocen por no ver
la historia. Aunque la perspectiva histórica habla de lo difícil de
lograr este objetivo. Solo momentos, muy pocas veces y transitoriamente.
También
es muy importante entender que: “La realidad es que el mundo nunca será
el mismo después del coronavirus.” Y ahí mete la cuchara y procura
evitar la historia: “Hoy no es tiempo de discutir el pasado”. “La
administración (Trump) de los Estados Unidos ha hecho un trabajo sólido
para evitar una catástrofe inmediata”. Convocando aquí a todos los actores de poder del unipolarismo financiero transnacional a la unidad (la empresa común), para dar batalla a los Multipolarismos y para ello, ahora, no vacila en convocar hoy a Trump a quien combatían hasta ayer.
El desafío
para Estados Unidos, será si la propagación del virus puede ser
detenida y luego revertida, de una manera y en una escala que mantenga
la confianza del público en la capacidad de los estadounidenses para
gobernarse a sí mismos.
Luego de convocar a la Unidad
Nacional entre los factores de poder oligárquicos en Estados Unidos
(Globalistas –Clinton’s– y Continentalistas –Bush’s–) principalmente a
las dos fracciones estado profundo (deep state o establishment), para
luego también al Nacionalismo oligárquico –Trump’s–, Kissinger, desde el
continentalismo (a diferencia del globalista Zbigniew Brzezinski), va a plantear que se necesita una estrategia en dos frentes: “A- El que hace al esfuerzo de transitar la crisis, que por extenso y necesario no debe desplazar a la urgente tarea de, B- lanzar una empresa paralela para la transición al orden posterior”, aseguró. Sin embargo, advirtió que la agitación política y económica que ha desatado podría durar por generaciones.
“Ningún país, ni siquiera Estados Unidos, puede en un esfuerzo puramente nacional superar el virus. Abordar las necesidades del momento debe, en última instancia, combinarse con visión y programa de colaboración global.
Si no podemos hacer ambas cosas a la vez, enfrentaremos lo peor de cada
una”, expresó. Extrayendo lecciones del desarrollo del Plan Marshall11 y del Proyecto Manhattan12, Estados Unidos está obligado a realizar un gran esfuerzo en tres dominios:
Primero, apuntalar la resiliencia13 global (ponernos por sobre las circunstancias globales coyunturales que nos paralizan y nos arrastran a lo coyuntural inmediato)
que generan las enfermedades infecciosas. Resolver lo de la Pandemia en
Estados Unidos. Necesitamos desarrollar nuevas técnicas y tecnologías
para el control de infecciones y programas de vacunación a escala de
grandes poblaciones. La batalla política para mantener alineada a la población.
En segundo lugar,
sanar las heridas de la economía mundial. Los líderes mundiales han
aprendido importantes lecciones de la crisis financiera de 2008. La
actual crisis económica es más compleja: la contracción “desatada” a la
cual se suma la crisis por el coronavirus es, en su velocidad y escala
global, diferente a todo lo que se haya conocido en la historia. Y las
medidas necesarias de salud pública: el distanciamiento social y el
cierre de escuelas y negocios, están contribuyendo al dolor económico. La batalla económica[14].
Entonces
la decisión de no entrar en cuarentena inmediatamente, llevo a los
Estados Unidos a entrar en la batalla sanitaria tarde, con un número muy
elevado de personas infectadas, a lo que se suma la crisis en el
sistema sanitario por estar privatizado y financiarizado. Todo lo cual
extiende en el tiempo (septiembre/octubre) poder tener bajo control la
pandemia que, paraliza la economía, cierra empresas y desocupa a los
trabajadores desmoralizando y fracturando la realidad social y política
nacional. Todo esto se potencia porque la China, multipolar y global,
del gobierno nacional multipolar de Pekín ya está en abril nuevamente
produciendo y comerciando.
Tercero, deben
salvaguardarse los principios del orden mundial liberal. Donde el
individuo empresario debería ser el actor económico principal y único de
la batalla Cultural. Claro que el desarrollo
de las empresas transnacionales y sus propiedades de accionistas
controlantes asociados dan por tierra con este discurso, hoy reducido a
un orden cultural ideológico perimido.
Se plantea,
entonces, reforzar su posición afirmando que: “La leyenda fundadora del
gobierno moderno es una ciudad amurallada protegida por poderosos
gobernantes (Lores, Feudales, Campo), a veces despóticos, otras veces
benevolentes, pero siempre lo suficientemente fuertes como para proteger
a las personas de un enemigo externo. Los pensadores de la Ilustración
1650-1791 (Lores, Burgueses, Ciudad) los enfrentaron oponiéndose y
plantearon la ciudad abierta.
Discurso, éste, que entró en
crisis cuando los Señores (Lores, Financistas, City) de la gran Banca
Financiera retornaron (1997-2001-2008-2013-2020) al poder de las cosas y
las palabras. Cuando la neo-ilustración 1994-2001 (Francis Fukuyama,
Peter Drucker, Samuel Huntington, etc.) reformularon este concepto,
argumentando que el propósito del gobierno legítimo es satisfacer las
necesidades fundamentales de las personas: seguridad, orden, bienestar
económico y justicia. Cuando la empresa capitalista dejo de ser
industrial, agraria o comercial, y empezó a ser todo financiero:
servicios financieros a la industria, comercio, agro, banca comercial,
etc.
Entonces enfatiza: Las democracias del mundo necesitan defender y sostener los valores de la Ilustración. Un retiro global (del globalismo) del equilibrio del poder con legitimidad hará que el “contrato social” (financiero capitalista)
se desintegre tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo,
esta cuestión milenaria de legitimidad y poder no puede resolverse en
simultáneo con el esfuerzo por superar la pandemia (en EEUU). Todas las
partes deben hacer un ejercicio de contención, tanto en la política
nacional como en la diplomacia internacional. Se deben establecer
prioridades. Llama claramente a la unidad de los unipolarismos
transnacionales financieros. Kissinger llama a la ¿Unidad en qué
orden? El Desafío para los líderes es Manejar la Crisis, mientras se construye el futuro. El fracaso podría incendiar el mundo”, les advirtió.
La Pandemia de las Crisis múltiples
Las
crisis múltiples que confluyen y conforman la “pandemia” ha provocado
un “anacronismo”, algo del pasado o de otro periodo histórico, un renacimiento de lo nacional
en una época en que la prosperidad depende del “movimiento
transnacional del comercio mundial y del movimiento de personas
globalmente”. Sin embargo, es imposible desconocer que este renacimiento de lo nacional está en disputa.
Como
venimos ya describiéndolo en este trabajo, un renacimiento desde las
transnacionales financieras globales que conviven cotidianamente en cada
país con lo nacional y que necesitan transitoriamente “darle” espacios a lo nacional-estatal, pero reducido-controlado
desde un esquema local-en lo-global subordinando el Gobierno Nacional
al Banco Central, y éste dominado en su directorio por las bancas
globales de la city financiera local.
Desde las
corporaciones norteamericanas contientalistas la situación es más
compleja. No pueden frenar que renazca lo nacional estatal; no tienen la
fuerza ni la legitimidad y también lo “necesitan”, pero reducido a lo nacional periférico y dependiente de las corporaciones transnacionales continentales centrales de Estados Unidos,
en una suerte de regresión al periodo 1950-1980. Entonces, los
gobiernos nacionales y las empresas nacionales eran accesorias y
subordinadas a las casas matrices centrales y sus multinacionales.
Cuando una crisis financiera como la de hoy -2020-, pero en 1929, les
facilito la oportunidad de imponerse económicamente en Estados Unidos e
imponer su programa continental multinacional desde Estados Unidos sobre
Europa, vía Alemania, y vía Japón sobre el Asia pacifico, como puntos
de apoyo estratégico para su despliegue entre 1944-1994.
En cambio, desde el esquema multipolar/poliédrico económico-político-cultural en ascenso, lo nacional en lo multipolar/pluriversal
es constituyente del esquema de poder en ascenso y desarrollo. Porque
necesita potenciar lo nacional, como gobierno, estado, economía,
política y cultura nacional en lo pluriversal. En particular, necesita
potenciar el desarrollo integral de la economía nacional articulada en
lo multipolar pluriversal mundial. Donde si fuese necesario, fortalecer
el desarrollo de las economías nacionales dando prioridad a lo
estratégico del desarrollo estratégico integral, económico y cultural.
Lo cual implica considerar producir y reinvertir para desarrollar a
marcha forzada la inclusión sociopolítica, a costa de reducir a un
mínimo el reparto individual de ganancias.
A modo de conclusiones:
El globalismo transnacional unipolar
se encuentra en una situación estratégica de repliegue ofensivo en su
ascenso histórico estratégico, reconociendo que el terreno principal es
el de la guerra financiera y comunicacional. Repliega sobre lo nacional:
Gobierno, Estado y Economía, pero con el objetivo de mantener sus
posiciones de control sobre el Banco Central, las Plataformas de
Comunicación, Suprema Corte de justicia y Nodos en las cadenas de valor
significativos para mantener control de territorio político-económico;
control de la economía para apropiación de ganancias con un mínimo de
inversiones y desde allí condicionar a los gobiernos. De modo que la
nacionalización sea solo formal y parcial.
El Continentalismo Transnacional Unipolar Norteamericano
se encuentra en una posición de ataque ofensivo sobre el
multipolarismo, en su situación general de declive estratégico. Declive
con su pérdida de salto a la escala global, desgranamiento de su escala
tricontinental y reposicionamiento en lo continental en Estados Unidos,
mediante un gobierno con presidente afín pero no propio, Trump expresa
un nacionalismo oligárquico. Este continentalismo no puede no aceptar
que lo nacional en cada país se recomponga y fortalezca, porque es la
tendencia en medio de las crisis múltiples con pandemia. Pero aborda lo
nacional en cada país, como lo nacional periférico subordinado al
continentalismo norteamericano unipolar. Así reflexiona y actúa sobre la
región Hispano-Sudamericana desde México-a-Argentina/Chile.
El multipolarismo-poliédrico pluriversal se encuentra en
una situación de ascenso estratégico, y en una posición de despliegue
ofensivo en general desde sus naciones-regiones constituyentes. Que se
manifiesta de modo diferencial en el terreno de político sanitario,
comunicacional, energético, financiero, asistiéndose entre las partes
propias e incluso próximas como es el caso de Trump y de Europa.
Entendiendo que lo nacional en lo universal-pluriversal es
constituyente, la cooperación entre naciones para reforzar lo nacional y
la nacionalización de la política de gobierno, del estado, de la
economía, del banco central y de los nodos estratégicos de las cadenas
de valor, el desarrollo de las destruidas y de las nuevas es parte del
fortalecimiento de lo nacional como multipolar y pluriversal.
Central
aquí es observar que tiene dos dinámicas distintas que se combinan,
fortalecen y chocan-acuerdan. La económica política y la
cultural-política. El desarrollo de altos grados de soberanía e
independencia de cada nación es constituyente de lo Multipolar y
pluriversal de una organización internacional de naciones unidas a
construir, sin consejos de in-seguridad.
18 de Abril, 2020.
[1] BC refiere a bancos Centrales.
[2] ETN´s refiere a Empresas Transnacionales.
[4]
La otra curva exponencial: Al realizar QE, los valores que compra la
Fed llegan a su balance general. A continuación veremos cómo el balance
de la Reserva Federal ha crecido acumulativamente con cada iteración de
QE:
• QE1: $ 2.3 billones en activos
El primer
programa QE de la Fed se ejecutó desde enero de 2009 hasta agosto de
2010. La piedra angular de este programa fue la compra de $ 1.25
billones en valores respaldados por hipotecas (MBS).
• QE2: $ 2.9 billones en activos
El
segundo programa QE se ejecutó desde noviembre de 2010 hasta junio de
2011 e incluyó compras de $ 600B en valores del Tesoro a más largo
plazo.
• Operación Twist (Programa de extensión de madurez)
Para
disminuir aún más las tasas a largo plazo, la Fed utilizó los ingresos
de sus letras del Tesoro a corto plazo para comprar activos a más largo
plazo. Estas compras, conocidas como Operation Twist, no ampliaron el
balance de la Reserva Federal y concluyeron en diciembre de 2012.
• QE3: $ 4.5 billones en activos
A
partir de septiembre de 2012, la Fed comenzó a comprar MBS a una tasa
de $ 40B / mes. En enero de 2013, esto se complementó con la compra de
valores del Tesoro a largo plazo a una tasa de $ 45B / mes. Ambos
programas concluyeron en octubre de 2014.
• Programa de normalización del balance: $ 3.7 billones en activos
La
Fed comenzó a liquidar su balance general en octubre de 2017. A partir
de una tasa inicial de $ 10B / mes, el programa solicitó un aumento de $
10B / mes cada trimestre, hasta alcanzar una tasa de reducción final de
$ 50B / mes .
• QE4: $ 6 billones y contando
En
octubre de 2019, la Fed comenzó a comprar letras del Tesoro a una tasa
de $ 60B / mes para aliviar los problemas de liquidez en los mercados de
préstamos a un día. Si bien no es oficialmente un programa QE, estas
compras aún afectan el balance de la Reserva Federal.
Sin embargo,
después de que la pandemia de COVID-19 golpeara las costas
estadounidenses, la Fed retiró todas las paradas. Redujo su tasa de
interés objetivo a cero por primera vez, inyectó $ 1.5 billones en la
economía (con más estímulo por venir) y redujo el requisito de reserva
durante la noche a cero.
A pesar de recibir poca atención en los
medios, esta tercera medida puede ser la más significativa. Para
protegerse contra las corridas bancarias, históricamente se ha exigido a
los bancos estadounidenses que mantengan el 10% de sus pasivos en
reservas de efectivo. Bajo QE4, este requisito ya no se mantiene.
[5] La conferencia de Bandung fue una reunión entre el 18 y el 24 de abril de 1955 en Bandung, Indonesia,
de Estados asiáticos y africanos, que accedían o estaban en situación
de independencia. La convocaron los líderes independentistas Gamal Abdel
Nasser, presidente de Egipto; Jawaharlal Nehru, de India, y Sukarno, jefe de Estado de Indonesia, y líderes de Pakistán, Birmania y Ceilán. Participaron otros veinticinco países. Se trató la cooperación económica y cultural afroasiática que enfrentaba al colonialismo y el neocolonialismo de las antiguas metrópolis y los Estados Unidos, y el acercamiento a la Unión Soviética.
6 Henry Kissinger: “La pandemia de coronavirus modificará para siempre el orden mundial”, The Wall Street Journal, 4 de abril 2020. https://www.voltairenet.org/article209699.html
7 Henry Kissinger: “La pandemia de coronavirus modificará para siempre el orden mundial”, “The Wall Street Journal, 4 de abril 2020. https://www.voltairenet.org/article209699.html
9
En el 70 aniversario de la batalla, ha aparecido en España Ardenas, la
batalla (Pasado & Presente), un monumental y pormenorizado ensayo
del historiador militar sueco Christer Bergström https://elpais.com/cultura/2015/05/02/actualidad/1430571004_889434.html
11
El Plan Marshall —oficialmente llamado European Recovery Program (ERP)—
fue una iniciativa de Estados Unidos para reconstruir a Europa
Occidental a medida de sus intereses y proyección estratégica
Continental y Tricontinental. En la que los estadounidenses invirtieron
por el valor de unos 14 000 millones de dólares de la época para la
reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. El plan estuvo
en funcionamiento durante cuatro años desde 1948. Los objetivos de
Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra,
eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer
próspero de nuevo al continente; todos estos objetivos estaban
destinados a evitar la propagación del “comunismo”, y poner a los países
europeos lejos de Moscú y lejos también de Gran Bretaña. El Plan
Marshall requirió de una disminución de las barreras interestatales, una
menor regulación de los negocios y alentó un aumento de la
productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio
«modernos».
12
El Proyecto Manhattan fue un proyecto de investigación y desarrollo
llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial que produjo las
primeras armas nucleares, liderado por los Estados Unidos con el apoyo
del Reino Unido y de Canadá que permitió “disciplinar” a Japón para que
no quede en la órbita de Rusia y subordinarlo a la órbita del
bipolarismo norteamericano. Fecha de inicio: 1939. Fecha de finalización: 31 de diciembre de 1946.
13
La capacidad de superar circunstancias traumáticas. Superar mientras la
pandemia aún está presente, es decir poder instalar un eje superador
que subordina a la pandemia como problema principal. Poner a los
norteamericanos a apoyar la puja contra el coronavirus, que es decir
contra China y a favor de los Estados Unidos, logrando la unidad
nacional.
[14]
El ex presidente Jimmy Carter le dijo a Donald Trump durante su
reciente entrevista sobre China. «Temes que China se nos adelante, y
estoy de acuerdo contigo. ¿Pero sabes por qué la China se nos adelanta?
Yo normalicé las relaciones diplomáticas con Beijing en 1979. Desde esa
fecha, ¿sabe cuántas veces China ha entrado en guerra con alguien? Ni
una sola vez, mientras que nosotros estamos constantemente en guerra.
Estados Unidos es la nación más guerrera en la historia del mundo porque
quiere imponer los valores estadounidenses en otros países. China, por
su parte, está invirtiendo sus recursos en proyectos como ferrocarriles
de alta velocidad en lugar de utilizarlos en gastos militares.
¿Cuántos kilómetros de trenes de alta velocidad tenemos en este país?
Hemos desperdiciado $ 3 billones en gastos militares. China no ha
malgastado ni un centavo por la guerra, y es por eso que nos supera en
casi todas las áreas. Y si hubiéramos tomado $ 3 billones para instalar
infraestructuras en los E.U., tendríamos un ferrocarril de alta
velocidad. Tendríamos puentes que no colapsen. Tendríamos caminos que se
mantengan adecuadamente. Nuestro sistema educativo sería tan bueno como
el de Corea del Sur o Hong Kong.» Jimmy Carter. http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2019-05-23/lo-que-carter-le-dijo-a-trump ]]
https://www.alainet.org/es/articulo/206048
No hay comentarios:
Publicar un comentario