Próximo martes empieza el juicio
John Roberts, presidente de la Suprema Corte de EU, presidirá el proceso
▲ La secretaria del Senado estadunid
tantes al Senado, con lo cual dará inicio el tercer juicio
político contra un presidente en la historia de Estados Unidos.
En un ritual simbólico para marcar el carácter solemne de este acto,
los siete diputados nombrados por la cámara para actuar como fiscales en
el juicio político entregaron físicamente los dos documentos con los
cargos formales llamados “artículos de impeachment” al Senado,
caminando en silencio por el Capitolio desde el lado de la cámara baja
al otro extremo, donde se encuentra la cámara alta, pasando por la
famosa rotonda al centro de la sede legislativa. Todo fue transmitido en
vivo por los principales medios nacionales del país.
Horas antes, la cámara baja votó a favor (228 contra 193) de enviar los dos artículos de impeachment
al Senado y aprobó el nombramiento de los siete diputados –encabezados
por los presidentes de los comités de Inteligencia, Adam Schiff, y
Judicial, Jerry Nadler– encargados de presentar el caso y argumentar por
la destitución del presidente ante el Senado cuando empiece el juicio
la próxima semana.
Hoy haremos historia, proclamó la presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, al firmar los artículos de impeachment para su entrega al Senado.
El presidente violó su juramento, minó nuestra seguridad nacional, puso en riesgo la integridad de nuestras elecciones, afirmó.
Este presidente rendirá cuentas.
Los republicanos repitieron que todo el proceso ha sido una maniobra
política de los demócratas para intentar derrotar a Trump antes de las
elecciones. El magnate una vez más acusó que el proceso en su contra es
una farsa.
El juicio va a empezar el próximo martes. El Senado, en este proceso,
se convierte en un tribunal, con el jefe de la Suprema Corte, John
Roberts, presidiendo el juicio y los senadores como un jurado. Los siete
diputados ejercerán como fiscales, o sea, la parte acusadora. El
mandatario tendrá un equipo de abogados defensores, encabezado por el
abogado de la Casa Blanca Pat Cipollone y el abogado personal de Trump,
Jay Sekulow, junto con otros aún por ser nombrados.
Este jueves se realizarán los procedimientos preliminares para el juicio: se
exhibiránlos artículos de impeachment, y el juez Roberts tomará juramento a todos los senadores, quienes se comprometerán a cumplir su tarea de manera
imparcial.
Pero el liderazgo republicano ya indicó públicamente que se estará
coordinando con la Casa Blanca, y con el Senado bajo su control, y si no
hay sorpresas mayores, el pronóstico es que el veredicto final será la
casi segura exoneración de Trump.
Sin embargo, por ser espectáculo histórico y transmitido en vivo a la
nación, y con un acusado que está en busca de su relección este año, el
manejo y los posibles errores políticos tendrán consecuencias políticas
que serán parte de la disputa electoral a lo largo de 2020.
Por otro lado, Trump ha dejado claro que no aguanta haber sido tachado para siempre como un presidente que fue impeached
–o sea, formalmente acusado de delitos que ameritan su destitución–,
aun si este proceso no culmina con su remoción. Durante los últimos días
no ha dejado de atacar al proceso y a sus acusadores, insistiendo:
no hice nada mal.
Batalla política
Pelosi rehusó enviar lo artículos de impeachment aprobados
el pasado 18 de diciembre hasta ahora para presionar al liderazgo
republicano en el Senado a permitir la comparecencia de testigos y otros
documentos como parte del juicio, argumentando que sin esa condición,
los republicanos estarán realizando
un encubrimiento políticodel presidente.
Pero el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se negó a
garantizar tal cosa, y ha dejado claro que prefiere no hacerlo y llevar
al juicio a su conclusión lo más rápido posible. Esta semana argumentó
que se opone a continuar con la investigación, ya que eso
era tarea de la cámara bajaantes de votar por el impeachment, y si
el caso es débil, ni siquiera se debería haber presentado.
Sin embargo, la demora rindió algunos frutos para los demócratas. La
semana pasada, el ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton sacudió a
la Casa Blanca al declarar que estaba dispuesto a comparecer ante el
Senado si es convocado en el juicio.
Por otro lado, el martes, demócratas divulgaron nueva evidencia
proporcionada por Lev Parnas, socio cercano del abogado personal de
Trump, Rudy Giuliani, que parece confirmar el esfuerzo para retirar a la
embajadora estadunidense en Ucrania y buscar información negativa sobre
contrincantes demócratas de Trump.
Todo esto incrementa la presión sobre McConnell de ceder en el tema
de convocar testigos, y podría ser obligado a ello si por lo menos
cuatro senadores republicanos se suman a los demócratas en el Senado
(por ahora, tres han expresado que podrían contemplar eso).
Por su parte, altos funcionarios de la Casa Blanca insistieron ayer en que
no hay necesidad de testigos en este juicio, pero indicaron que si se llega a eso, buscarán bloquear el testimonio de Bolton y amenazaron con solicitar la comparecencia de otros testigos que sospechan incomodarán a los demócratas.
Lo que viene
Con el envío de los cargos, concluye la fase de impeachment e inicia el juicio del presidente. Lo que viene después de
exhibir los cargosante el Senado este jueves, es que se convocará al jefe de la Suprema Corte, Roberts, quien llegará al Senado para tomar juramento a los senadores, quienes prometen hacer
justicia imparcialde acuerdo con la Constitución.
Inmediatamente después se emite un comunicado al presidente
informándole de los cargos en su contra y ordenando su comparecencia en
el juicio, aunque serán sus abogados y no el acusado quienes estarán
físicamente ahí. Se supone que tendrá una presencia activa a través de
su canal favorito, Twitter. Por ahora, Trump tiene programado estar en
Davos la próxima semana, pero aún no se sabe si decidirá cancelar.
Al iniciar el juicio el martes la parte acusadora presentará su caso
seguido por la respuesta de la defensa. Esto podría alargarse durante
días, y aún más si se convoca a testigos.
Al final, la defensa ofrece su conclusión y los acusadores proceden
con la suya, o sea, la cámara tiene la primera y última palabra. Con
ello, se inician las deliberaciones de los senadores y todo culmina con
el voto de cada uno de los cargos. Se requiere de una mayoría de dos
tercios de los senadores presentes (si están todos, de 67) sobre
cualquiera de los dos cargos para condenar y destituir a Trump. Por
ahora, eso implica que un mínimo de 20 republicanos de su mayoría total
de 53 se sumen a los demócratas, algo que por ahora es poco probable.
Foto Ap
David Brooks
Corresponsal, Periódico La Jornada
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