En medio de un ataque de rabia y frustración en marzo pasado, el presidente Donald Trump llegó al extremo de sugerir a sus colaboradores disparar a las piernas de los migrantes que intentaran cruzar la frontera en busca de asilo, construir un muro de acero reforzado con alambradas o un foso con serpientes y lagartos.
Esto como alternativa al cierre total de la frontera al que se oponían sus asesores porque habría traído consigo un caos económico y las protestas de millones de personas que viven en ambos lados de la línea divisoria.
Según la reconstrucción realizada a través de una serie de entrevistas por The New York Times, esta disputa entre Trump y sus colaboradores para contener a toda costa el ingreso de migrantes marcaría el principio del final para la hoy ex secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, y el origen del proyecto para amenazar a México con una guerra arancelaria.
Maltrato a Kirstjen Nielsen
Tras estas reuniones en la oficina oval de la Casa Blanca, en las que el presidente despotricó contra Nielsen y su secretario de Estado, Mike Pompeo, los más cercanos a Trump sugirieron “comenzar a presionar a sus homólogos mexicanos para aumentar rápidamente las detenciones de los migrantes.
El señor Kushner y otros mostraron al presidente una gran cantidad de correos electrónicos que demostraban que los mexicanos ya habían comenzado a detener a más inmigrantes antes de que pudieran ingresar a Estados Unidos, consignó el diario para mostrar así la línea de tiempo seguida por Trump antes deobligar a México a jugar, en los hechos, el ingrato papel de tercer país seguropara transformarse en antesala de miles de migrantes que hoy esperan en distintas localidades de la frontera norte una respuesta a sus peticiones de asilo.
Según reporta The New York Times, en esta primera aproximación a las obsesiones y pataleos de Trump respecto a la frontera y los migrantes, una de las víctimas de sus ataques constantes fue Kirstjen Nielsen, a quien él acostumbraba humillar por ineficaz.
El momento menos tenso entre Trump y Nielsen –según The New York Times— había sido “unos meses antes, cuando agentes fronterizos estadunidenses lanzaron gases lacrimógenos a México para tratar de evitar que los migrantes cruzaran a Estados Unidos.
Las organizaciones de derechos humanos condenaron la medida, pero a Trump le encantó. Más a menudo, sin embargo, ella provocaba el desprecio del presidente.
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De la Redacción
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2019, p. 15
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