Entrevista
Criselda Lobo, más
conocida como “Sandra”, y Jairo Reinaldo son colombianos, ella senadora
y él representante a la Cámara, ambos pertenecen al partido FARC,
heredo directo de la antigua guerrilla FARC-EP. Sus 35 y 36 años de
militancia armada abalan sus firmes y profundos compromisos políticos.
Se encuentran de gira por Europa para explicar los incumplimientos por
parte del Gobierno de los Acuerdos de Paz de La Habana, y la grave
situación que atraviesa ese proceso de paz, por el asesinato sistemático
tanto de ex-guerrilleros como de lideres sociales y campesinos.
Durante
su estancia en Euskal-Herria han realizado encuentros con electos al
Parlamento de Gasteiz y representantes de EH-Bildu, PNV y Unidas
Podemos.
¿Cuales son los objetivos de su gira política europea?
Sandra-
Nuestro partido nos dio la tarea de hacer una gira por diversos países
de Europa para dar a conocer el incumplimiento del avance de la
implementación del Acuerdo de Paz y la crisis humanitaria que tenemos en
nuestro país por el asesinatos sistemáticos de lideres y lideresas y
militantes de nuestro partido, queremos sensibilizar a la UE antes estos
hechos gravísimos que están ocurriendo en nuestro país.
Jairo
R. Calas- El proceso de reincorporación de los excombatientes se
encuentra en una etapa muy difícil por la falta de garantías, igual pasa
en lo referente a los asesinatos que se vienen dando en el territorio
nacional, también el transito a la actividad económica en la legalidad
por parte de los excombatientes, el Gobierno no ha cumplido con lo
básico que es entregarle la tierra a los casi trece mil campesinos que
somos los excombatientes de las FARC-EP, algo que necesitamos para
comenzar nuestra actividad productiva.
¿Que responsabilidad consideran que tiene la llamada comunidad internacional en la aplicación de los Acuerdos de Paz?
S-
Cuando iniciamos conversaciones fue con apoyo de la comunidad
internacional, con países garantes y acompañantes, además el Acuerdo fue
radicado en Berna, como acuerdo especial en los Convenios de Ginebra, y
también fue llevado al Consejo de Seguridad la la ONU, por lo tanto
nuestro Acuerdo tiene el blindaje internacional y eso es por lo que
estamos aquí, para hacerles sentir la necesidad de que la comunidad
internacional se persone de verdad en lo que está ocurriendo con la
implementación del Acuerdo en nuestro país.
¿En qué aspectos concretos se podría implicar Europa?
JRC-
Hay una situación que para los colombianos es muy grave que es el tema
de la violación de los DDHH a los que se ve sometido el campesinado de
Colombia ante el anuncio gubernamental de reiniciar el proceso de
fumigación con grifosato en todo el territorio nacional. Se va a
presentar una situación humanitaria pero también ambiental sumamente
compleja y queremos traer esa alerta a Europa. Además queremos decirles
que a pesar de sus esfuerzos por contribuir al fondo multi-donante para
la construcción de la Paz en Colombia estos fondos no están llegando a
cumplir los objetivos para los cuales han sido desembolsados. Creemos
que las naciones de Europa deben contribuir de manera significativa a
darle un giro al destino de estos recursos para que puedan contribuir de
manera efectiva a la construcción de la paz en el país.
Además de los incumplimientos que habéis citado ¿cuales serían otros incumplimientos que consideráis significativos?
JRC-
La crisis del Acuerdo es general porque este es un Acuerdo para la
modernización del Estado colombiano, para la modernización de la
sociedad colombiana. Cada uno de puntos convenidos apuntan a eso y
fundamentalmente apuntan a resolver un problema que es muy complejo en
Colombia: los orígenes del conflicto colombiano están en el campo, por
lo que el punto uno y cuarto del Acuerdo mismo tienen como objetivo
producir transformaciones muy importantes en los espacios rurales
colombianos. Buscar una ruta que permita resolver las problemáticas de
esa población es uno de los objetivos centrales del Acuerdo.
Hay
otros aspectos de incumplimientos, por ejemplo, en materia de seguridad
para la actividad política y para la actividad de las organizaciones
sociales. En el punto 3 y 4 del acuerdo final se crean los mecanismos de
seguridad para la búsqueda y persecución de los bienes del narcotráfico
y de los grupos paramilitares, para poder desarrollar una política de
Estado tendente a su desmantelamiento, eso no se ha cumplido.
El
Presidente Iván Duque anuncio hace semana y media una serie de medidas
para garantizar la integridad física de los ex-guerrilleros.
¿Consideráis que el Gobierno tiene voluntad política de cumplir ese
objetivo?
S- El gobierno no tiene voluntad. Desde su
campaña electoral Duque dijo que iba a hacer trizas el Acuerdo y es lo
que ha intentado.
En cuanto a garantías
aprobaron unas instancias que ya están en el Acuerdo, no son nuevas, son
parte de lo que se acordó, como la comisión nacional de garantías, que
se reunió por primera vez en enero, estamos en julio y no se ha
convocado ninguna más. Tenemos seguridad en cuanto a escoltas pero esto
no es suficiente. Las garantías de seguridad dependen también del
desmantelamiento de los grupos paramilitares, el Gobierno no lo ha
hecho, ese es otro punto que esta acordado.
También
hay que desescalar ese lenguaje tan violento que se usa contra quienes
firmamos un acuerdo, nosotros firmamos para construir la paz, para
construir un nuevo país, no para que nos asesinen.
¿La situación actual en Colombia puede derivar en la continuación de una violencia estructural en el país?
JRC-
Cada momento de la historia del país va teniendo connotaciones
distintas, yo creo que el esfuerzo que estamos pidiendo a la comunidad
internacional es para completar la paz en Colombia, y eso significa una
política de Estado, primero para la implementación del Acuerdo ya
firmado, pero también para continuar el proceso de diálogo con el ELN y
establecer una ruta efectiva de sometimiento del paramilitarismo. En
todo los procesos de negociaciones que han ocurrido en el mundo la gente
que no se acoge al proceso siempre ha existido, en Colombia creemos que
es la excepción, al día de hoy el porcentaje de la gente que ha
regresado a esa actividad realmente es muy mínimo.
Algunos
ex-combatientes de las FARC-EP, tanto dirigentes como cuadros
intermedios, se han distanciado de los Acuerdos, incumpliendo algunos de
los compromisos adquiridos, ¿como valoráis esta situación?
JRC-
Algunos compañeros han decidido resguardarse, nosotros lo que creemos
es que este proceso lo tenemos que consolidar entre todos los que
participamos activamente en él: los ex-guerrilleros de las FARC-EP, el
Estado colombiano, y la comunidad internacional y por eso estamos aquí
porque creemos que este proceso debe consolidarse para bien del
continente pero también como un reto de la comunidad internacional.
¿Y cual es la posición del partido FARC ante estas actitudes?
S-
La implementación del acuerdo y la paz no depende de individuos, tiene
que ver con nuestra nación entera. Los procesos no son rectos como
nosotros quisiéramos, tienen altibajos, el primero ha sido el
incumplimiento del Gobierno en cuanto a la reincorporación lo que ha
incidido en dar diferentes lecturas en compañeros que han decidido optar
acciones individuales, no en lo que nosotros unánimemente nos
comprometimos. Ellos no están fuera del proceso pero sí fuera de la
linea de nuestro partido, eso hay que decirlo claramente.
JRC-
Cuando decidimos adoptar la lucha armada lo hicimos de manera colectiva,
cuando tomamos la decisión de hacer dejación de las armas lo hicimos de
manera colectiva, luego cualquier decisión de ocultarse, de tomar
alguna acción preventiva debe ser una acción del partido, no puede
obedecer a decisiones de carácter individual. Lo que reclamamos de todo
el mundo es que la autoridad moral de la continuidad de este proceso
está en la cohesión colectiva, y todos debemos estar para respaldar la
decisión que tomamos los más de 13 mil ex-combatientes que hoy somos el
partido FARC, porque la política del partido es una sola.
*Publicado por el diario BERRIA
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