La ciudad sede de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nueva York, considerada como
el lugar donde se mezclan muchas culturas, identidades, nacionalidades y
manifestaciones diversas de las prácticas humanas, tiene en su Central
Park tres gigantes monumentos ecuestres: Simón Bolívar, José de San
Martín y José Martí, los máximos representantes de la unidad de América
Latina y el Caribe durante el siglo XIX y símbolos del proyecto
emancipador de "nuestra América".
Ver y analizar este cuadro resulta
a momentos paradójico y contradictorio y al mismo tiempo un
reconocimiento universal a la talla revolucionaria de los precursores de
la liberación nacional, así como los ciclos y las estrategias de las
potencias mundiales en el periodo de la modernidad.
Bolívar
estuvo en Nueva York en 1807 cuando comenzaba la gesta de la
independencia, en conexión directa con los levantamientos
revolucionarios de los negros en Haiti y concebía la lucha anticolonial
como un proyecto de unidad de las entonces colonias del Imperio Español,
leyendo e interpretando la formación de Estados Unidos desde 1776 como
la unidad de las trece colonias de Inglaterra que enfrentaron al Imperio
Británico.
La derrota española durante el siglo XIX estuvo
vinculada al ascenso del Reino Unido de Gran Bretaña como la nueva
potencia metropolitana con un control hegemónico de los mares y el
comercio mundial, en tanto Estados Unidos había conseguido romper el
dominio colonial inglés y avanzaba en su estrategia proteccionista para
perfilar su rol de potencia del capitalismo internacional.
San
Martín no estuvo en Nueva York pero sí José Martí, el comandante de la
Independencia cubana de 1898 y apóstol y precursor de la revolución
socialista del siglo XX. En 1880 Martí desarrolló las tareas de
organizador, periodista, escritor y revolucionario en Nueva York, donde
desentrañó y criticó la situación precaria de los inmigrantes y los
obreros e identificó la tarea de impulsar la unidad de mestizos, negros,
indios y criollos de hispanoamérica para conseguir la unidad
emancipadora de América Latina y el Caribe.
Estados Unidos había
conseguido y consolidado ya su poder en la región desplazando a España y
desarrollando su estrategia panamericanista que implicaba asegurar su
dominación y control geopolítico de América Latina y particularmente del
Caribe, como zona clave de la economía y el comercio a través de lo que
será años después el Canal de Panamá.
Una reproducción
idéntica del monumento de Martí se puede ver en la Habana desde 2017
trasladada desde Estados Unidos, cuando las relaciones entre los dos
países tuvo una importante apertura, las mismas que ahora quedaron
maltrechas por las decisiones de Donald Trump de hostigamiento e
intervencionismo en Venezuela y Cuba.
Corresponde reproducir
las palabras de Martí: "dar mi vida por el deber de impedir a tiempo,
con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los
Estados Unidos y caigan sobre nuestras tierras de América" y las de
Bolívar "los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a
plagar la América de miserias en nombre de la libertad"
Asimismo, las de Thomás Jefferson tercer presidente norteamericano, en
1815, cuando calificó de "vandalismo británico" la operación inglesa de
quemar la biblioteca donada por George Washington al Congreso
norteamericano. Aunque años después, 1823, James Monroe definía la
política expansionista de Estados Unidos sobre América Latina con la
consigna "América para los americanos", siguiendo los pasos del
colonialismo de Gran Bretaña.
Sin duda la tesis de la
“Insubordinación Fundante” de Marcelo Gullo es pertinente para entender
la sucesión de dominio hegemónico mundial de España, Inglaterra, Estados
Unidos y ahora China a partir de la lógica de defensa y protección
económica primero, para luego pasar al pleno librecambio. América Latina
y el Caribe han dado pasos importantes para ser protagonista de la
geopolítica mundial en los primeros quince años de este siglo con la
unidad e integración impulsada por el comandante Hugo Chavez y la tesis
de la emancipación y unidad bolivariana socialista de la región.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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