Intervención en el Foro Social Mundial
CADTM
Para entender la deuda
hay que empezar por tener claro que la deuda no es un problema
meramente técnico; que la deuda no es un problema meramente económico;
la deuda es un problema político, es un problema de las relaciones de
poder, de las relaciones de dominación que hay en el mundo.
El
papel fundamental que juega la deuda es la reproducción y el
mantenimiento de las jerarquías que existen a nivel del sistema
capitalista mundial, por ello hay que enfrentarlas, hay que buscar
mecanismos para salir del sistema capitalista que utiliza la deuda como
una herramienta de dominación.
El sistema capitalista se nutre de 4
procesos de saqueo que están interconectados: el primero es el saqueo
de la riqueza creada por los trabajadores y trabajadoras a nivel
mundial, el segundo es el saqueo del trabajo de las mujeres, del trabajo
doméstico o lo que se llama “Economía del Cuidado”, porque el capital
necesita que las mujeres estén sometidas a este proceso para que los
hombres y las madres cabeza de familia incluso por medio de su fuerza de
trabajo garanticen la reproducción del capital. El tercer proceso es el
saqueo de los bienes o recursos naturales, que involucra todas las
riquezas naturales que hay en el planeta bajo el dominio de los países
hegemónicos; y el cuarto es el proceso del saqueo de la riqueza de los
países periféricos, haciendo alusión al conjunto de recursos físicos y
naturales que siendo propiedad de los pueblos son apropiados por los
países imperiales.
Existe un sobreendeudamiento de los Estados, de
las Empresas y de las Familias del Norte que están alimentando factores
para empeorar la crisis planetaria, porque dichas deudas no son
sostenibles. Hay que tener en cuenta que el Caribe juega un papel
fundamental en los procesos de acumulación intermundial, lo que se
demuestra explicando que el incremento de la producción industrial en
Asia, genera un constante tránsito creciente de mercancías por el Caribe
hacia el Atlántico y el Pacífico, produciendo una exportación de flujos
de capital que pasan constantemente por el Caribe. Para nadie es un
secreto que en el Caribe hay concentración de paraísos fiscales,
graficando qué hay edificios con 45.000 empresas; es decir, que sin duda
alguna hay más empresas que población. Con lo explicado hasta acá
resulta evidente que en ese ejercicio comercial irregular por el Caribe
hay sobre y sub-facturación para incrementar los beneficios de las
compañías multinacionales.
Así mismo resulta de elemental sentido
entender que el mar Caribe es una reserva de recursos biológicos, es una
reserva de mano de obra barata, a la vez que es un conjunto de pueblos
rebeldes, porque no se puede olvidar que Martí, Castro, Bolívar y Chávez
fueron líderes de las grandes gestas rebeldes en contra de la
desigualdad e incluso contra la esclavitud; liderando importantes
movimientos revolucionarios en la historia contemporánea incluso.
Recuérdese
que en los últimos años han nacido y se ha intentado desarrollar
importantes alternativas regionales, como el ALBA, UNASUR, la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños “CELAC” el Banco del Sur, el
Sistema Unitario de Compensación Regional “SUCRE”, entre otras; pero se
requiere de respuestas más contundentes, se requiere diseñar estrategias
para globalizar la resistencia y las luchas anticapitalistas.
Por
lo expuesto, es necesario aceptar que hay que articular la lucha con
una estrategia común sin olvidar una importante frase pronunciada en el
año 2005 por el comandante Fidel Castro Ruz con relación al
endeudamiento ilegítimo de los pueblos del Sur, cuando dijo: “No podemos
pagar la deuda. No debemos pagar la deuda. No queremos pagar la deuda”,
explicando que además de que los gobiernos de los países del Sur ya han
pagado mil veces su deuda ilegítima, resulta de natural entendimiento
que no se puede pagar porque no existen recursos para ello sin abandonar
las obligaciones de los gobiernos para con los pueblos, que no debemos
pagar porque resultaría inhumano destinar los recursos escasos que
existen para satisfacer las necesidades básicas de la población
entregándoselos a la banca foránea; y no queremos pagar porque la
rebeldía que caracteriza a los pueblos del sur nos debe llenar de
argumentos para mostrarle al mundo entero que tenemos la razón y que hay
que luchar por construir el mundo que los pueblos se merecen.
Camille
Chalmers, economista, profesor, representante de la Plataforma para el
Desarrollo Alternativo de Haití (PAPDA), integrante de la red CADTM-
AYNA
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