Los 81 ayunantes marcharon por Manhattan acompañados de cientos de personas
El silencio se ha roto; exigimos a la empresa que se una al Programa de Comida Justa, dice dirigente
Al grito de “boicot Wendy’s” los miembros de la Coalición de
Trabajadores de Immokalee, acompañados por estudiantes, religiosos,
artistas y deportistas, se manifestaron ayer en Nueva York
La Coalición de Trabajadores de Immokalee concluyó su huelga de
hambre de cinco días con una marcha por el centro de Manhattan
acompañados por cientos de aliados de su campaña nacional que exige a la
cadena nacional de comida rápida Wendy’s sumarse al Programa de Comida
Justa, por medio del cual los jornaleros están transformando la
industria alimentaria de este país.
La marcha de los 81 huelguistas acompañados por cientos de
estudiantes, religiosos, artistas, atletas –entre ellos la estrella
nacional de futbol Abby Wambach– avanzó por avenidas y calles del centro
con títeres gigantes, banderas, pancartas y una banda de metales entre
gritos de “boicot Wendy’s”, pasando frente al edificio donde están las
oficinas de Nelson Peltz, el mayor accionista y directivo de la cadena,
frente al cual se realizó la huelga de hambre durante cinco días de
frío, música y resistencia.
La campaña nacional ha cruzado el país con el apoyo de las mismas
alianzas que ha tejido la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW,
por sus siglas en inglés) con sectores estudiantiles, religiosos, de
derechos humanos y otros sindicatos durante años y que han culminado con
acuerdos históricos con las principales cadenas nacionales de comida
rápida y supermercados (McDonalds, Burger King, Subway, Taco Bell,
Walmart y Whole Foods, entre otros).
Wendy’s no sólo ha rehusado sumarse, sino que trasladó sus compras de
Florida a México, para huir de esta campaña de los jornaleros, muchos
de los cuales son mexicanos.
Lucas Benítez, cofundador de CIW y huelguista, declaró a La Jornada que
“muchas veces lo único que le interesa a la gente es ir a la esquina
por su comida recién hecha sin preguntarse de dónde viene, y ahora
algunos neoyorquinos se están enterando –con esta acción– que los
tomates que se consumen aquí vienen de Florida y que mucha de la gente
que está aquí en este ayuno son los que los cosechan, son seres humanos,
no máquinas, y exigen sus derechos”.
Al preguntarle si hay una diferencia en estas luchas ahora, con la
presidencia de Trump, comentó que “esté quien esté, y particularmente en
estos momentos en que tenemos a este presidente en la Casa Blanca, es
aún más importante exigir los derechos humanos (...) creo que esta
acción emprendida por una organización conformada principalmente por
inmigrantes ofrece una perspectiva a trabajadores de otras industrias.
Tal vez algunos sienten que deben tomar una pausa en este momento porque se está poniendo más dura la Casa Blanca, pero creo que esta acción demuestra que se puede, la hicimos los trabajadores de más abajo en la cadena de producción de grandes empresas, somos una organización de trabajadores completamente pobres en el sur del país, pero ahorita estamos en el norte, en Nueva York, y declaramos: aquí estamos, no nos vamos a dejar, no nos vamos a detener.
Lupe Gonzalo, otra dirigente de CIW, comentó a La Jornada: “nuestra
acción se llama ‘romper el silencio’, y mostramos al público los abusos
que Wendy’s está cometiendo. Ese silencio que los trabajadores han
guardado por años se ha roto, y ahora es la empresa la que está callada
(...) Ya no estamos pidiendo que vengan a la mesa, ahora lo estamos
exigiendo, que nos respeten. Ha sido una semana difícil para nosotros,
por el clima, pero tenemos mucho ánimo y sabemos que estos esfuerzos se
tienen que hacer para que estas empresas no sigan pisoteando la dignidad
de los trabajadores y mucho menos la dignidad de las mujeres”.
CIW ha logrado transformar las vidas de decenas de miles de
jornaleros en por lo menos siete estados logrando acuerdos sin
precedente –fruto de largas luchas– con algunas de las empresas más
grandes del sector alimenticio. Su Programa de Comida Justa ha
beneficiado a jornaleros con mejor remuneración, derechos laborales
básicos y la virtual anulación del hostigamiento sexual sufrido por las
trabajadoras. Estos esfuerzos han sido reconocidos con la Medalla
Presidencial, otorgada al CIW por el presidente Barack Obama, así como
otros premios de fundaciones y organizaciones defensoras de los derechos
humanos nacionales e internacionales. (http://ciw-online.org/).
El modelo de CIW ahora es utilizado en otros estados y por otras
organizaciones aliadas. Una nueva agrupación de trabajadores de lácteos
en Vermont impulsó el proyecto de
Leche justa, que en octubre obtuvo su primer triunfo, cuando la empresa de helados nacional Ben & Jerry’s firmó un acuerdo basado en el ejemplo de la CIW. Algunos de sus integrantes se sumaron a la marcha de este jueves.
Durante la huelga, el CIW realizó encuentros con viejos y nuevos
aliados, que incluyó un extraordinario intercambio entre el CIW, dos
sobrevivientes de la matanza en la preparatoria en Florida hace un mes y
madres afroestadunidenses de Harlem que perdieron hijos por la
violencia de las armas, donde se exploraron posibilidades de nuevas
alianzas contra varias formas de violencia.
Estamos, a fin de cuentas, en una misma lucha, comentó Greg Asbed, uno de los cofundadores del CIW.
Foto David Brooks David Brooks
Corresponsal Periódico La Jornada
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