Llamado a la Acción Internacional
El 30 de noviembre y 1ero de diciembre 2018 se reunirán en Argentina los Jefes y Jefas de Estado de los 20 países geopolíticamente más importantes del mundo. Según indican, el objetivo es "abordar los grandes desafíos globales y buscar generar políticas públicas que los resuelvan." Lo que no nos dicen, es que son sus gobiernos y sus políticas los principales culpables de los problemas que ahora dicen querer resolver.
Ellos dicen querer combatir el cambio climático, mientras son los responsables del 82% de todas las emisiones de CO2 a nivel mundial.
Dicen que están preocupados por el futuro del trabajo, mientras promueven reformas laborales que acaban con derechos conquistados durante siglos de lucha, atentan contra las organizaciones de trabajadores/as y fomentan la generación de empleo basura.
Dicen que hace falta más y mejor educación, mientras que son quienes promueven las políticas de ajuste y privatización de los servicios públicos para garantizarles más esferas de generación de ganancias a las empresas, en detrimento de los sistemas de salud y educación pública.
Dicen que están preocupados por el empoderamiento de las mujeres y la brecha salarial, pero sus políticas neoliberales en todas las esferas de gobierno nos empobrecen y arrojan a realidades cada vez más violentas a mujeres, trans y personas de la disidencia sexual.
Dicen querer un futuro alimentario sostenible, mientras avanzan los monocultivos (transgénicos) asociados al paquete tecnológico y a un modelo productivo extractivista que tiene a su disposición “la infraestructura para el desarrollo”.
Dicen buscar "consenso para un desarrollo equitativo", mientras que su club informal y exclusivo de gobiernos excluye a la gran mayoría de los países del mundo. Asimismo, la noción de “desarrollo equitativo” nada tiene que ver con la política comercial y de protección de inversiones que estos países llevan adelante, ya que promueven cada vez más cantidad de Tratados de Libre Comercio y de Inversión que sólo dan derecho a las corporaciones y quitan posibilidades de buen vivir a los pueblos del mundo.
Desde los movimientos sociales, organizaciones de trabajadores/as, políticas, de mujeres, feministas, de la disidencia sexual, pueblos originarios, campesinos/as, estudiantiles, en defensa de los bienes comunes, colectivos de migrantes, rechazamos enérgicamente la presencia del “Grupo de los 20” (G20) en Argentina. Son ellos los responsables de la crisis económica, social, política y ambiental global, y su única propuesta para resolverla es profundizar un modelo que excluye a amplios sectores de la población y destruye el medio ambiente.
Denunciamos además la farsa que existe detrás de los llamados “grupos de interés” del G-20, donde se reúne el club selecto de empresarios, mujeres, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, thinks tanks y científicos, miembros avalados por el gobierno de Macri. La democracia que propone el G-20 es una pantomima de participación: estas reuniones, presentadas como el adalid de la democracia, son en realidad no vinculantes, es decir que la cumbre presidencial no está obligada a acatar lo que en esas reuniones de la sociedad civil se decida. Eso no es democracia; eso no es consenso; eso no es participación.
Advertimos que la organización de esta Cumbre servirá para militarizar el país, en momentos en que las protestas sociales por despidos, de mujeres por sus derechos y de pueblos originarios están en alza. Argentina gastará 3.000 millones de pesos (más de 150 millones de dólares) de los cuales destinará 1.100 millones para “seguridad y defensa”, comprando armamento y equipamiento “antidisturbios” y de defensa aérea. Exclusivamente para los dos días de Cumbre de Jefes de Estado se destinarán 1.072 millones de pesos. Simultáneamente, a esta inversión para no quedar “fuera del mundo”, se cierran programas de asistencia social y escuelas, se despide científicos, personal de hospitales, de institutos estatales y de cientos de empresas, se recortan jubilaciones y pensiones, empeorando así las condiciones de vida de la población argentina, afectando de manera particular al 32% que se encuentra bajo la línea de pobreza.
Cabe destacar que no es casual que la cumbre se haga en la Argentina. El gobierno de Mauricio Macri pretende ponerse a la cabeza de la ofensiva anti-popular en toda la región sudamericana. Su agenda es la agenda de las grandes empresas y del capital financiero y especulativo. En ese mismo sentido van las negociaciones de Tratados de Libre Comercio que proliferan en el continente, aún a sabiendas de que implican la entrega de las industrias nacionales, de los sectores productivos del campo y la ruptura de cualquier proceso de integración regional alternativo. Por eso la presencia del G-20 en Argentina afecta a toda la región y debe ser repudiado en todos los países.
Invitamos entonces a los pueblos del mundo a sumarse a la lucha contra el G20 en la Argentina a fines de noviembre de este año.
¡Construyamos puentes entre nuestros países y pueblos!
¡Vivamos la solidaridad internacional!
¡Unamos nuestra creatividad para ponerle fin a un sistema que excluye, explota, destruye, contamina y mata!
¡Alcemos nuestras voces y nuestros cuerpos contra los gobiernos del G-20 y a favor de la vida!
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