La activista puertoriqueña Aurora Muriente
explica los motivos por los que la lucha independentista quiere librarse
del yugo estadounidense
CADTM
Aurora Muriente
Pastrana, pertenece al Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de
Puerto Rico (MINH), una organización política de izquierda que se
dedica a la lucha por la independencia y la soberanía nacional de Puerto
Rico, así como a las luchas sociales, a la defensa de los derechos de
los trabajadores y de los derechos humanos.
Nos cuenta porque se debe
seguir hablando de “colonialismo” al respecto de Puerto Rico, ya que el
presidente electo en Estados Unidos es quien gobierna sin que la colonia
participe en esa elección.
¿Después de haber vivido durante
más de 400 años bajo posesión colonial española, podemos seguir hablando
de “colonización” para Puerto Rico o más bien de “neocolonialismo”
estadounidense desde 1898?
En nuestro caso debemos seguir
hablando de “colonialismo” y no de “neocolonialismo”. Puerto Rico es una
nación caribeña que surge como resultado del complejo y contradictorio
proceso de conquista y colonización de España en América y el Caribe.
405 años después de la llegada de los españoles, en 1493, y como
resultado de la Guerra Hispano-Cubano-Americana de 1898, Puerto Rico
pasó a manos de Estados Unidos como botín de guerra, junto a Cuba, Guam y
Filipinas. Desde entonces Puerto Rico es colonia de Estados Unidos.
Aunque en 1952 se dio la creación del Estado Libre Asociado (ELA) de
Puerto Rico acompañada de una constitución propia y se presentó al mundo
como un ejercicio de descolonización, ello no alteró la condición
colonial del país. Puerto Rico es una nación pero no es un Estado
nacional, pues carece de soberanía.
¿Cuál sería la diferencia principal de lo que era el Puerto Rico del siglo XIX comparado con el del siglo XXI?
El
Puerto Rico del siglo XIX era un país mestizo con unas características
culturales muy propias que lo diferenciaban del resto de las islas
caribeñas, como Cuba y La Española. Lo conformaban principalmente
familias criollas de origen español y de otros países europeos que se
asentaron aquí; familias de origen africano, por la presencia de miles
de esclavos y la influencia que quedó de nuestro pasado indígena. La
economía se basaba principalmente en la agricultura. Durante ese siglo
se libaron luchas importantes. En 1868 sucedió el Grito de Lares,
insurrección armada en contra de España para declarar la República de
Puerto Rico. En 1873 se abolió la esclavitud y a finales del siglo XIX
cientos de puertorriqueños se trasladaron a Cuba, donde pelearon junto a
los cubanos por la independencia de ambas islas en la llamada Guerra
Necesaria de 1895, encabezada por el Partido Revolucionario Cubano (PRC)
fundado por José Martí. A este proceso independentista cubano y
puertorriqueño se incorporaron personajes tan importantes de nuestra
historia como Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos.
Posteriormente,
tras la invasión militar de Estados Unidos, el proceso fue distinto.
Nuestra población no es de origen estadounidense, así que somos una
nación bajo dominación colonial por un país extranjero. Nos vincula a
ellos una relación política y una historia caracterizada por los pasados
120 años de resistencia, pero no nos une a ellos lazos de origen étnico
como tal de nuestra población. A diferencia de los puertorriqueños del
siglo XIX que pelearon contra España, que muchos eran hijos o nietos de
españoles, a partir del siglo XX la lucha fue en contra un país que es
totalmente distinto a nosotros con una cultura distinta, con un idioma
distinto. Hay un enfrentamiento mucho más fuerte entre ellos y nosotros.
La
primera mitad del siglo XX bajo el dominio estadounidense estuvo
marcada por el establecimiento de una economía de monoproducción
azucarera, la población vivía en condiciones de extrema pobreza y la
represión política a los obreros y al movimiento independentista fue
brutal. A partir de la década de 1930, miles de puertorriqueños se
vieron forzados a emigrar a Estados Unidos donde trabajaron en
condiciones miserables en fábricas e industrias tras la Gran Depresión. A
partir de la década de 1940 se instalaron numerosas bases militares
estadounidenses en el país y se comenzó a utilizar nuestro territorio
como campo de batalla para las prácticas militares, como ocurrió en las
islas municipios de Vieques y de Culebra. Cabe señalar que en 1917 a los
puertorriqueños se les impuso la ciudadanía estadounidense y desde
entonces hasta la década de 1970 en Puerto Rico el servicio militar era
obligatorio, provocando que miles de jóvenes boricuas participaran en
las guerras en las que Estados Unidos se involucraba.
La segunda
mitad del siglo XX comenzó con el surgimiento del Estado Libre Asociado
(ELA) de Puerto Rico en 1952, que quiso proyectar una nueva situación
política y que facilitó el enclave de un nuevo sistema económico
industrial. El país se modernizó rápidamente conforme a los intereses
económicos de Estados Unidos. El siglo XX también estuvo marcado por
luchas importantes: huelgas de trabajadores, luchas por el derecho al
sufragio universal y a los derechos de la mujer, por la excarcelación de
nuestros prisioneros políticos, levantamientos armados por la
independencia, lucha en contra de la militarización, luchas
estudiantiles, ambientales, entre otras.
Actualmente, en el Puerto Rico del siglo XXI se vive el desgaste y el
colapso del modelo político del ELA y del modelo económico establecido
por Estados Unidos. También nos han impuesto una junta de control
fiscal; ente externo creado para garantizar el pago de millones de
dólares a los bonistas. Este siglo que corre está marcado por la crisis
económica, la deuda y la emigración masiva a Estados Unidos. Estamos viviendo tiempos muy difíciles.
¿Difícil hablar de soberanía?
Absolutamente.
De hecho, una de las razones por la que existe un deseo de que se
resuelva nuestra situación política es precisamente por la falta de
soberanía. En el año 1952, con la creación del Estado Libre Asociado
(ELA) de Puerto Rico, el Congreso de Estados Unidos impuso una
constitución y a partir de entonces hemos tenido un sistema político a
la manera republicana con poderes ejecutivos, legislativos y judiciales.
Sin embargo, todo nuestro ordenamiento está sujeto a las imposiciones
que vengan desde el Congreso de Estados Unidos. Los gobiernos locales
administran la colonia, pero no toman decisiones trascendentales, esas
vienen directamente desde Washington. Como ejemplo de la falta de
soberanía los puertorriqueños no tenemos derecho a una ciudadanía propia
sino que somos ciudadanos estadounidenses por imposición congresional
desde 1917. No tenemos ninguna representación en las instituciones
estadounidenses como el Congreso, la Cámara y el Senado, salvo un
representante denominado comisionado residente en Washington, que tiene
voz pero no tiene voto en la Cámara de Representantes de los Estados
Unidos.
Tampoco tenemos derecho al voto presidencial, o sea que el
presidente electo en EE UU es quien nos gobierna sin que Puerto Rico
participe en esa elección. No tenemos embajadas ni diplomáticos, tampoco
representación en las Naciones Unidas. Eso no es otra cosa que
colonialismo. Nosotros, como independentistas, lo que deseamos es poder
elegir a nuestro propio presidente, y a nuestro propio gobierno, crear
un proyecto de país para el presente y para el futuro. Entendemos que la
soberanía es un derecho fundamental para todas las naciones.
¿Cómo surgió la idea de recoger el nombre de Eugenio María de Hostos para su organización?
El
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano nació aproximadamente
hace 15 años como resultado de la unión de dos organizaciones políticas,
por un lado, el Congreso Nacional Hostosiano y por otro lado el Nuevo
Movimiento Independentista Puertorriqueño. Viendo que había más
coincidencias que diferencias, estas dos organizaciones decidieron
unirse. Cuando hubo que decidir un nuevo nombre para la formación se
mantuvo lo de hostosiano.
Eugenio María de Hostos era un personaje
puertorriqueño muy importante del siglo XIX, un educador, luchador por
la independencia de Puerto Rico contra España. Además, ayudó en el
desarrollo de la educación en países como República Dominicana y Chile.
Siendo una figura tan destacada en nuestra historia que combatió el
imperialismo y el colonialismo se decidió acuñar su nombre como una
reivindicación a su memoria.
Además de vernos reflejado en el
espíritu de Hostos, también nos inspira Ramón Emeterio Betances. Es
reconocido como el Padre de la Patria. Betances es otro personaje
puertorriqueño muy importante del siglo XIX que luchó por la
independencia de Puerto Rico contra España. Estuvo exiliado en Francia
gran parte de su vida donde representó a los independentistas cubanos y
puertorriqueños y planteó a todo un sector de revolucionarios europeos
la necesidad de escuchar y respaldar lo que estaba sucediendo en ese
tiempo en el Caribe. Nosotros tenemos una historia de hombres y de
mujeres extraordinarios que reivindicamos para que no queden en el
olvido.
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