Las batallas continúan dentro y fuera del gobierno estadunidense
Un discurso para
demonizar a los inmigrantes: columnista del NYT
Pese a que críticos y expertos resaltaron las mentiras del presidente
Donald Trump en su informe sobre el estado de la Unión, las primeras
encuestas realizadas al terminar la ceremonia indican que 75 por ciento
de estadunidenses aprueba su discurso y 80 por ciento cree que el
mandatario sí quiere unificar al país. La imagen, ayer en un encuentro
del gobernante con trabajadores estadunidenses en el salón Oval de la
Casa Blanca
Un torrente de mentiras y medias verdades empapó el informe de Donald
Trump, mientras detrás de intentos retóricos para proyectar un país
renovado y
orgulloso, pintó uno bajo amenaza, casi sitiado, por fuerzas extranjeras dentro y fuera del país, concluyeron expertos, editorialistas, políticos y defensores de derechos civiles y humanos.
Mientras tanto, continuaron las batallas dentro y fuera del gobierno
sobre la legitimidad del presidente que el martes por la noche se
presentó como el unificador del país, con nuevas disputas entre la Casa
Blanca, los jefes de seguridad pública nacional y hasta entre
republicanos.
Muchos comentaron que el discurso fue
tradicional, y que
le bajóa la retórica conflictiva que ha caracterizado a Trump durante la campaña y su primer año de gobierno, porque el cálculo político de los estrategas republicanos es que no podrán lograr mucho este 2018 sin algunos acuerdos
bipartidistasque necesitan para protegerse ante elecciones intermedias que por ahora no los favorecen, sobre todo con un presidente con índices de aprobación históricamente bajos. Algunos señalaron que también necesitaba un tono más moderado y placentero después de meses en los que políticos de ambos partidos y un amplio segmento de la población estaban cuestionando sus capacidades, e incluso su salud mental.
Tal vez lo logró, según algunos, pero las reacciones mostraron que no
cambió mucho antes y después del informe presidencial, y que a pesar de
su invitación a la unidad entre la clase política y la nación, sus
propuestas, sobre todo en torno a la migración, sólo nutrieron aún más
las divisiones, incluso las raciales.
Lo que no mencionó
“Trump dibujó un mundo oscuro y amenazante en el cual los
inmigrantes, quienes están en el corazón de la idea estadunidense,
fueron igualados a pandillas, criminales homicidas y ‘gente horrible’”,
comentó el columnista Roger Cohen, del New York Times.
Si hubo tema, fue el de demonizar a los inmigrantes y al resto del mundo, combinado con una exaltación del poderío de Estados Unidos. Indicó que las palabras
mujer,
paz,
derechos humanos,
derechos civiles, entre otras, jamás fueron mencionadas.
Líderes y defensores de inmigrantes denunciaron el discurso por su
insistencia en criminalizar a los inmigrantes, y rechazaron de nuevo sus
propuestas de ofrecer legalización para dreamers a cambio de expulsar sus comunidades y la construcción del muro.
El economista premio Nobel Paul Krugman declaró que el punto central del discurso fue:
Trump quiere que le tengamos miedo a la gente de color café, basado en nada. Eso es realmente feo.
¿Alguna vez han sonado tan huecas las palabras de un presidente?, preguntó el editorial del Washington Post en lo que consideró
un discurso divisivo y engañoso.
Otros señalaron que había partes alarmantemente nostálgicas con la
promoción del arsenal nuclear, y hacer su propia versión –como lo
reportó Franco Ordóñez de McClatchy– del
eje del malde George W. Bush, con Cuba, Venezuela junto con Irán y Corea del Norte.
Algunos líderes neonazis como Richard Spencer y el ex dirigente del
Ku KLux Klan David Duke resaltaron la frase del presidente de que su
primer deber es
defender a estadunidensesporque “son dreamers también”, robando así el nombre de los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad y que encabezan el movimiento de defensa de inmigrantes. Eso les encantó.
Tampoco sorprendió, después de un año de
realidades alternasy fake news, la larga lista de múltiples mentiras y frases engañosas en el discurso del estado de la Unión. Entre éstas, por ejemplo, es falso que por primera vez se estén registrando incrementos de salarios; es falso que Chrysler esté trasladando una planta de México de regreso a Michigan (la planta en México permanecerá abierta con otra línea de producción); es falso que se emiten visas de residencia al azar sin tomar en cuenta méritos y evaluaciones; es falso que un inmigrante legal puede traer a un número ilimitado de familiares (pueden hacer una solicitud, pero hay una lista de espera que puede tardar más de 12 años); es falso que su reforma fiscal y recorte de impuestos sea la más grande de la historia del país (la de Reagan y tal vez otras 11 anteriores fueron mayores).
Pero aunque expertos, críticos, demócratas y defensores de
minorías condenaron sus propuestas, resaltaron sus mentiras y repudiaron
sus políticas, una de las primeras encuestas realizadas inmediatamente
después del discurso mostró que por el momento, Trump triunfó: 75 por
ciento de los estadunidenses que vieron el espectáculo aprobaron el
discurso, y 80 por ciento opinó que Trump sí estaba tratando de unificar
más que de dividir al país, según el sondeo de CBS News.
Tal vez en parte esto se explique por los resultados del
índice de ignorancia, el magno sondeo en 40 países realizado por Ipsos MORI para medir el conocimiento de sus poblaciones sobre las políticas de sus propios gobiernos. Estados Unidos está en el quinto lugar de los países más ignorantes (México en el 11; Holanda, Reino Unido y Corea del Sur son los menos ignorantes en la lista).
La investigación
El tema que nunca mencionó Trump en su informe es el de
la investigación sobre la posible colusión de su campaña con los rusos y
ahora sobre su equipo en la Casa Blanca, incluido él mismo, encabezada
por el fiscal especial Robert Mueller.
Mientras se preparaba el informe, representantes republicanos
encabezados por el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de
Representantes, Devin Nunes, anunció su deseo de hacer público un
informe que mostraba –según ellos– la parcialidad de la FBI al inicio de
la investigación sobre la campaña de Trump y aprobaron su difusión. El
presidente ha dicho que tiene la intención de aprobar la difusión
pública del documento. Todo esto es parte de un masivo intento que
pretende desviar la atención sobre la investigación y el mandatario
hacia la descalificación de los propios investigadores, coinciden varios
medios.
El Departamento de Justicia de Trump ha advertido que sería un paso
imprudente, que el memorando es engañoso y que su difusión pública dañaría los procesos de investigación. El director de la FBI, Christopher Wray, y el subprocurador general (y subsecretario del Departamento de Justicia), Rod Rosenstein, habían apremiado al equipo de Trump, entre ellos al jefe de gabinete, John Kelly, a mantener el documento en privado, sin éxito.
La FBI dio este miércoles el paso inaudito de enfrentarse públicamente a Trump por primera vez sobre el asunto, reiterando:
tenemos graves preocupaciones sobre las omisiones de hechos que fundamentalmente impactan la precisión del memorando. Eso ahora expone a Wray a la ira de Trump, quien despidió a su antecesor, James Comey.
El demócrata de mayor rango en ese comité, Adam Schiff, en un artículo publicado este miércoles en el Washington Post, escribió
que el memorando elaborado por los republicanos abre la puerta para que
la Casa Blanca pueda despedir a Mueller y/o al subprocurador general de
la nación, Rod Rosenstein, el segundo a cargo del Departamento de
Justicia. Eso, advirtió,
incrementa el riesgo de una crisis constitucional.
Foto Afp
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
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