Entrevista con Carmen, cuñada de la última desaparecida durante la dictadura militar, Ana María Martínez
M.H.: Vamos a
hablar del caso de la última desaparecida durante la dictadura militar
argentina un 4 de febrero de 1982. Una compañera de militancia, Ana
María Martínez, Carmen es su cuñada y una de las personas que ha
mantenido vivo el reclamo por el juicio y castigo por su desaparición.
Me gustaría que compartieras en qué condiciones fue desaparecida Ana
María Martínez.
C.: A ella la agarran cuando sale a hacer
unas compras para llevar al día siguiente a su trabajo. Logra escapar,
pero la agarran en la puerta de la casa. Con un golpe que le dan atrás
de la cabeza, según los que vieron, y la meten adentro de un Falcon
verde. Según los vecinos que nos han contado cuando recorrimos el barrio
para ver si habían visto algo, o si recordaban algo, hay una señora que
declaró e identificó al Comisario Luis Abelardo Patti como el que la
mete adentro del coche. Aparentemente eran dos hombres.
M.H.: ¿Cuándo pasó esto Carmen?
C.: El 4 de febrero de 1982 a las 20:30.
M.H.: Terminando la dictadura militar. ¿Por qué piensan ustedes que se da la desaparición de Ana María?
C.:
Nosotros hemos investigado y hemos llegado a la conclusión de que en
esos momentos habían dos fuerzas, una que era la que quería seguir
secuestrando y matando gente, y la otra que estaba totalmente debilitada
y que ya no quería saber más nada. Entonces esto fue para mostrar quién
tenía más fuerza.
Previamente al secuestro y al asesinato de
Ana María habían secuestrado a tres compañeros del Partido Socialista de
los Trabajadores en la zona, a una compañera le encuentran periódicos,
la sacan de adentro de la fábrica, buscan a su pareja y también lo sacan
de la fábrica y a la tercera compañera la sacan de Terrabusi. Así fue
cerrando el círculo. Cuando Ana se enteró fue visitar a los familiares
para avisarles la situación y se sospecha que ahí fue seguida. Amén de
que ya estaba hecha la infiltración en la lucha de los bancarios. Esto
fue en San Martín.
M.H.: Ana María Martínez era
militante del Partido Socialista de los Trabajadores y se había radicado
en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, porque venía
escapando de Mar del Plata, ¿por qué circunstancias?
C.:
Ella estaba trabajando en la fábrica de alfajores Havanna y le avisan
que su casa había sido allanada. Hay muchos que no saben la historia, en
Mar del Plata hubo una gran masacre donde 29 compañeros del PST fueron
asesinados. Aunque el caso de Ana se separa de esto, se logra confirmar
mediante un documento que halló la Comisión Provincial de la Memoria,
que hubo un infiltrado. Nosotros siempre tuvimos esa idea.
M.H.: En el momento de la desaparición de esos 29 militantes.
C.:
Sí. Eso fue en Mar del Plata, entre 1976 y 1979. Ella viene a Buenos
Aires escapando cuando su casa fue allanada en 1978. Dejó su trabajo y
organizaron todo para que ella y otros compañeros vinieran a Buenos
Aires.
M.H.: Y continúa militando en la Zona norte del conurbano.
C.: Sí. En Florida.
M.H.: Era trabajadora metalúrgica. ¿Y qué tiene que ver esa historia con bancarios?
C.:
Porque en ese momento se dividieron los grupos de los compañeros, ella
toma la lucha de los bancarios, repartiendo un famoso volante para que
no les saquen las conquistas que tenían. Ella con dos o tres compañeros
se van a San Martín y se distribuyen por los bancos para entregar este
volante, así caen en lo que era el antiguo Banco de Londres, donde ahora
funciona el Credicoop. Ahí preguntan si hay alguien encargado y les
presentan a un personaje que estaba barriendo con cara de no saber nada.
Hacía tres meses que había entrado y era delegado. Cosa que les pareció
extraña, pero era lo único que tenían para hacerles ver el volante,
para que fuera distribuido en el Banco. Y en el Banco Río también había
otro, pero a ese personaje no hemos podido llegar, esa era una mujer.
M.H.:
Ustedes creen que después de esta actividad que Ana María desarrolla en
estas dos sucursales bancarias, se produce su desaparición.
C.:
Sí. Porque durante todo 1981, hasta octubre de ese año, en la
documentación que nosotros tenemos hubo todo un seguimiento de este
personaje hacia ellos. La seguía hasta debajo de la cama.
M.H.: ¿Quién es el personaje?
C.: Te lo puedo decir porque ha fallecido, Juan Pedro Peter. Era del servicio de inteligencia de la Policía.
M.H.: ¿Ana María Martínez estaba embarazada?
C.:
De tres meses. Justo ese día va al médico por control y al mostrarle
los análisis el médico le confirma el embarazo. Así que cuando mi
hermano llega del trabajo, que en ese tiempo estaba en la Ford, ella le
cuenta. Y fue una cosa de un momento, porque al rato ella sale a hacer
las compras y se la llevan. Un golpe muy duro.
M.H.: Mencionaste al ex comisario Patti.
C.:
En ese momento la vecina no logra reconocerlo, pero cuando se da el
caso de María Soledad Morales, se lo empieza a ver a Patti, porque hasta
ahí nadie le conocía el rostro, y la señora lo reconoce y le dice a su
hija que había sido el que se llevó a Anita. El coche que se lleva a Ana
estaba parado frente a la casa de esa vecina y ella lo reconoce.
M.H.: ¿En qué estado está la causa que lleva adelante el abogado Pablo Llonto?
C.:
En estos momentos estamos esperando, y no sabemos cuándo se va a
producir porque esta todo re atrasado. La causa de ella fue elevada a
juicio hace 3 años y todavía no tenemos novedades de ninguna fecha.
M.H.: ¿Querés agregar algo más?
C.:
Lo único que quiero decir es que nosotros estamos esperando por
justicia. Y que todo esto que esta pasando en el país no va a lograr
vencernos. No sé cuando se va a dar la justicia pero lo lograremos, por
Ana y por lo 30.000 compañeros desaparecidos, que no son ni 8.000 ni
9.000 como nos quiere hacer creer este gobierno.
Hace poco estuve
en Mar del Plata y vi lo que era ese gran paredón de los más de 400
compañeros asesinados allí. Es una cosa impresionante, me quedó
penetrado cuando me mostraron el túnel por el que tiraban los cuerpos.
Ni perdón ni reconciliación, nada. No puede haber perdón cuando hubo
tanta sangre derramada. No nos tenemos que olvidar, tiene que quedar en
la memoria de nosotros y de nuestros hijos que es la generación que nos
sigue. Gracias Mario y a todos los que nos ayudan. Cuando me localizan y
me dicen de levantar la causa me dije, por qué no, no está mi hermano
pero estoy yo. Esperaba en algún momento algo de justicia, saber quiénes
fueron los hijos de puta que la asesinaron. Quizás no sabemos quien
disparó pero sí tener una idea de cómo fue la cosa.
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