“Estimados pasajeros,
disculpen que interrumpa su atención. Soy ciudadano venezolano… Viajé
desde mi país ya más de 5 mil km. para llegar hasta aquí. Me faltan mil
km. para llegar a Brasil, pero me quedé sin dinero (…) Por eso, ahora
les ofrezco estos ricos caramelos (…) Espero me comprendan y me
colaboren”, irrumpe en un bus urbano en la ciudad del Cusco-Perú, un
joven esbelto, mejor vestido que muchos de los usuarios quechuas de
dicho transporte público.
Horas después, ya en el Hostel, sintonizo
Radio Programas del Perú que transmite un “debate” en directo entre
congresistas sobre la “necesidad de castigar internacionalmente al
dictador Nicolás Maduro”, quien horas antes había anunciado su
participación en la Cumbre de Las Américas, en abril próximo, en la
ciudad de Lima, Perú.
Desde el taxista que me recogió en el
aeropuerto, hasta mis amigos sacerdotes que me brindaron hospedaje, me
hablaron de la creciente migración venezolana hacia Perú. Casi todos
coinciden en repetir: “Venezuela vive una crisis humanitaria”. Pero,
ninguno de ellos visitó Venezuela. Y, en ninguno de los hoteles donde me
hospedé, encontré TeleSUR como parte del menú de la televisión.
Para
quienes conocemos Venezuela, o manejamos información diversificada
sobre Latinoamérica, sentimos que el Perú mediático actual vive en una
frenética campaña política en contra del Gobierno de Venezuela. “Crisis
humanitaria”, “dictador Maduro”, “gobierno corrupto”, “Venezuela
catastrófica”, son algunos clichés que difunden/repiten periodistas,
políticos, analistas, taxistas… Pero, cuando uno les pregunta: ¿Cuándo
fue la última vez que Ud. estuvo en Venezuela?, la respuesta casi
siempre es: nunca.
En mi paso fugaz por Perú, oí, vi, a
periodistas y políticos convocando (desde los medios de comunicación) a
protestas y manifestaciones (a venezolanos y peruanos) en contra de la
anunciada vista del Presidente Nicolás Maduro. Pero, en esos mismo días,
los indígenas peruanos, productores de papa, que protestaban (por la
depreciación de sus productos), en diferentes ciudades, fueron
reprimidos violentamente, hasta con un saldo de dos muertos. Pero, los
periodistas y analistas anti Maduro, en el mejor de los casos, guardaron
un silencio racista y cómplice.
Al parecer en el Perú, la
protesta social es legítima y permitida sólo si es para defender los
intereses norteamericanos. Pero, si es por los derechos legítimos de
peruanos, simplemente es reprimida militarmente.
¿Quiénes son las y los venezolanos que “huyen” hacia el Perú?
No
existe una información oficial de la cantidad exacta de venezolanos en
el Perú. Se dice que a finales de 2017 eran cerca de 100 mil. Otros
medios dicen que ingresan cerca de 10 mil venezolanos mensualmente al
Perú.
Lo cierto es que no son los venezolanos más necesitados
que ingresan al Perú. Eso evidencia por el lenguaje, el discurso y los
hábitos de estos migrantes en relación a los peruanos.
Sin mayor
esfuerzo sociométrico, uno llega a la conclusión que el o la venezolana
promedio en el Perú habla un castellano más pulido y fluido que el
común de los peruanos. Tiene un bagaje cultural/académico superior que
el común de los peruanos.
Me sorprendió observar a
venezolanos/as repartiendo rosas a peruanos y peruanas, en las calles
del Perú, como acto de desagravio por un altercado que ocasionó alguno
de ellos en dicho país. ¡En ningún lugar del mundo vi a migrantes o
refugiados regalando rosas para disculparse de algún malentendido con
los nativos!
¿Por qué el gobierno peruano promueve la emigración venezolana hacia el Perú?
El
gobierno norteamericano, al no poder derribar al “dictador” Nicolás
Maduro en y desde el suelo venezolano, ensaya agresiones multiformes
desde suelos extranjeros. Y para ello desvirtúa y corrompe aún más a
gobierno colonizados como el de Perú, Colombia, Guatemala, México,
Honduras u otros.
El estadounidense Pedro Pablo Kruzinski,
actual y aún Presidente del Perú, luego de asumir el cargo, organizó el
famoso grupo de Lima, conformado por gobiernos de doce países de
América, con la finalidad de derrocar diplomáticamente al gobierno
venezolano de Nicolás Maduro. Este encargo/mandato norteamericano sigue
su curso. Suficiente ver u oír el discurso del Secretario de Estado de
los EEUU. en su última visita y reunión en Lima.
Como parte de
la estrategia de agresión, los enemigos del pueblo venezolano,
“trasladan” a los clasemedieros insatisfechos de este país a suelos de
Colombia, Perú, Guatemala u otros, con la finalidad que desde afuera se
fije en el imaginario internacional una falsa imagen de “crisis
humanitaria” en Venezuela, y así exigir/justificar intervención militar
norteamericana en nombre de la democracia y derechos humanos.
Por
eso, el estadounidense Presidente del Perú, firmó hace algunos meses
atrás el inédito Permiso Temporal de Permanencia (PTP) exclusivamente
para la regularización migratoria de los “empobrecidos” venezolanos que
“huyen” hacia el Perú en decenas de miles. Mientras, más de 3 millones
de migrantes económicos peruanos sobremueren limpiando inodoros o
ancianos en Europa o en los EEUU.
Así de paradójico es el Perú
neoliberal. Sus gobernantes hacen leyes para promover actividades
políticas partidistas de extranjeros en el Perú. Incluso contraviniendo
su propia Constitución Política. ¡En ningún país del mundo se permiten
actividades políticas a extranjeros!
El delirio peruano anti chavista
Cada
año, en el Perú, más de 500 mil jóvenes son expulsados de los centros
de estudios a buscar trabajo en el reducido mercado laboral. Pero, este
ilusorio y sobre endeudado país no tiene capacidad para absorber
laboralmente a la totalidad de sus jóvenes. Eso sí, promueve/absorbe la
migración “laboral” de venezolanos que ya sobrepasan los cien mil, con
tal que hagan campaña “anti chavista” con sus cuerpos .
Es de
ingenuos creer que Venezuela vive una crisis humanitaria. Lo que ocurre,
aparte de la implementación de la guerra contra Venezuela desde suelos
vecinos, es que, por los tipos de cambio y el bajo costo de la canasta
básica vital, una familia en Venezuela con 100 dólares puede vivir hasta
varios meses. Pero, no es fácil conseguir 100 dólares en aquel país. En
el Perú es más fácil conseguir 100 dólares, pero más difícil para las
familias subsistir con ese monto.
En el Perú, el salario mínimo
casi se aproxima al equivalente de 300 dólares. Por tanto, el o la
venezolana en Perú trabaja incluso por salarios hasta de 200 dólares con
tal de enviar dólares a su país. Pero, eso no significa que haya hambre
en Venezuela.
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