Por Por Nils Castro*
Panamá,
31 dic (PL)Tras algunos días de "drama humanitario", se le reabrió el
camino a unos 6 u 8 mil migrantes cubanos atascados en Costa Rica. Un
drama menor si se compara a los peligros que plagan la ruta de sus
análogos centroamericanos y, ni qué decir, del millón de hijos del
Oriente Medio que últimamente han cruzado al Mediterráneo.
Migrantes privilegiados, los cubanos viajan con la certeza de que
podrán atravesar México sin grandes percances y establecerse enseguida
en Estados Unidos.
Si bien lo acordado entre los gobiernos
centroamericanos estableció que estos transeúntes pagarán sus boletos
aéreos a El Salvador y los pasajes en autobús de allí hasta la frontera
estadunidense, ellos tienen cómo costeárselos, como bien saben los
coyotes que los llevaron hasta Costa Rica.
Todo lo contrario
ocurre a los cientos de miles de mexicanos, centroamericanos y
dominicanos que cada año enfrentan múltiples infortunios intentando
llegar a Estados Unidos, o después de lograrlo.
Janet Murguía,
presidenta del Consejo Nacional de la Raza (NCLR) afirma que durante la
administración del presidente Obama 2 millones y medio de extranjeros
han sido deportados, un promedio de 650 diarios o casi 2 por minuto.
Diversas personalidades intercedieron por los cubanos varados en
Centroamérica, pero generalmente sus declaraciones pasaron por alto la
situación de los millares de migrantes centroamericanos, cuyo trayecto
está brutalmente sujeto a vejámenes, secuestros y asesinatos, a los que
después siguen las deportaciones.
Según el Departamento de
Seguridad Nacional (DHS), en el año fiscal que terminó en septiembre de
2015, las autoridades estadunidenses capturaron y deportaron a 235,431
inmigrantes indocumentados, mayormente mexicanos (146,132),
guatemaltecos (33,249), salvadoreños (21,920), hondureños (20,309) y
dominicanos (1,946).
Respecto al año anterior, eso representó
una reducción de las deportaciones. Los funcionarios y expertos la
atribuyen a que ahora México ataja y deporta -a sus expensas- mayor
número de migrantes centro y sudamericanos.
Según la Oficina de
Aduanas y Protección Fronteriza norteamericana, uno de los efectos de
esta colaboración es que en 2015 Estados Unidos "solo" detuvo a 39,970
menores sin acompañantes que intentaban entrar al país, 42% menos que el
año anterior.
Incluyendo a los adultos, en los primeros 10
meses de 2015 México deportó 130,826 centroamericanos que buscaban
llegar a la frontera estadunidense, 41% más que en 2014. De estos,
60,120 eran guatemaltecos, 44,696 hondureños, 24,887 salvadoreños y
1,123 nicaragüenses.
Recientemente el Washington Post informó
que en enero Estados Unidos iniciará la deportación masiva de menores y
familias que ingresaron irregularmente al país. Esto afectará a muchos
millares de personas. No sorprende, pues, la renuencia con que varios
gobiernos centroamericanos accedieron a resolver -por esta sola vez- el
tránsito de los cubanos.
Carlos Raúl Morales, canciller de
Guatemala -el país más castigado por las deportaciones estadounidenses y
mexicanas- transparentó el tema al aclarar que su gobierno cooperará a
condición de que se respete la legalidad de cada país y su
seguridad, permitiendo el paso gradual de quienes ya están varados en
Costa Rica.
Pero reclamó que otros asuman el gasto logístico,
que México confirme que facilitará el paso de estos migrantes, que se
garantice que no habrá retorno y que no se mande un mensaje equivocado a
los tratantes de personas que luego de lugar a otras oleadas de
migrantes. En tal caso, advirtió, "pudiéramos estar terminando el
trabajo que inició el coyote".
Varios funcionarios reiteraron
que esta situación -que ahora se regionalizó involucrando a Ecuador y
Colombia, a siete países centroamericanos y a México- no es generada por
los centroamericanos sino por la permanencia de la política
estadounidense de hostigamiento a Cuba, con su Ley de Ajuste Cubano y su
política de "pies secos pies mojados".
Por consiguiente, que el
gobierno de Washington debe asumir su responsabilidad, no solo
ofreciendo facilidades y asumiendo costos, sino terminando cuanto antes
esas políticas, que han pasado a ser una causa regional de conflictos.
ag/nc
*Profesor, escritor y diplomático panameño, colaborador de Prensa Latina. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario