Las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen actualmente más de 200.000 militares desplegados en un centenar de países de todos los continentes, de acuerdo con reportes del Departamento de Defensa.
Unos 9.800 permanecen en Afganistán, mientras cerca de 3.500 en Irak y Siria con el pretexto de combatir al Estado Islámico (EI), la mayoría de estos últimos de la 82 División Aerotransportada.
La Marina mantiene desplegados alrededor de 40 buques, el mayor de los cuales es el portaaviones USS Harry S. Truman -con unos 5.000 marineros y oficiales a bordo-.
En los últimos días, esta unidad naval cruzó el Canal de Suez junto a sus barcos escoltas para basificarse en el Golfo Pérsico, y desde ahí participar en los bombardeos contra objetivos del EI en la región.
Estas embarcaciones se unen a la campaña aérea que iniciaron Washington y sus aliados en agosto de 2014 y extendieron a Siria en septiembre del mismo año, operaciones calificadas de ilegales por las autoridades de Damasco.
También en esa zona del Levante opera un grupo anfibio de infantería de marina, con capacidades para cumplir misiones ofensivas de desembarco, y encabezado por el buque USS Kearsarge, con unos 5.000 marines a bordo.
En Asia Pacífico hay unos 50.000 militares en Japón, otros 28.500 en Corea del Sur y cerca de 1.000 en Australia y Singapur.
Tras la experiencia del atentado en septiembre de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, donde murieron el embajador Christopher Stevens y otros tres diplomáticos, el Pentágono tomó medidas para responder con urgencia a situaciones similares en el futuro.
Fue así que surgió la Fuerza de Tarea Combinada Conjunta del Cuerno de África, ubicada en Camp Lemonnier, Djibouti, la mayor base norteamericana en ese continente. Allí hay más de 4.000 uniformados norteamericanos, mientras otros mil están desplegados en diversos lugares en toda la región.
Además, la Casa Blanca ordenó en 2013 el despliegue de unos 500 infantes de Marina en la base militar de Rota, en el sur de España, cuya misión es actuar como elemento de intervención rápida en caso de amenazas a intereses estadounidenses en territorio africano. Según el diario Stars and Stripes, en los últimos dos años, unidades de la primera División de Infantería del Ejército estadounidense, con sede en Fort Riley, estado de Kansas, participaron en más de 100 ejercicios y entrenamientos en cerca de 40 países de la región.
Según el Pentágono, más de 64.000 militares estadounidenses están estacionados en Europa, en enclaves castrenses ubicados en Alemania, España y las repúblicas ex soviéticas del Báltico y otros 3.000 en Turquía. En los últimos dos años Washington incrementó sus actividades bélicas en el continente europeo, acciones denunciadas por Rusia como una amenaza a sus intereses.
En Centro y Suramérica hay unos 5.500 militares del país norteño. En áreas del Caribe el Pentágono mantiene una presencia naval permanente, con el pretexto de la lucha antidrogas, mientras en Cuba está la base naval de Guantánamo, ubicada en territorio de la isla contra la voluntad del Gobierno y el pueblo de la mayor de las Antillas.
Todo este despliegue a nivel global en varios centenares de bases, estiman expertos, está destinado a hacer valer los intereses de Washington y en algunos casos, como en Afganistán cumplen misiones de ocupación.
El presidente Barack Obama, anunció el 15 de octubre pasado su decisión de mantener los 9.800 militares que están en Afganistán actualmente y reducir esa cantidad a 5.500 a principios de 2017, después que termine su mandato como jefe de la Casa Blanca.
El gobernante señaló que algunas de las unidades cumplirán misiones de entrenamiento y asesoría a fuerzas locales y otras participarán en la búsqueda y aniquilamiento de combatientes de Al Qaeda, del Estado Islámico y de otros grupos que operan en la nación asiática.
Desde el inicio de la guerra en Afganistán en octubre de 2001, murieron más de 2.400 oficiales y soldados estadounidenses, y otros 20.000 resultaron heridos.
PL
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