La
actual canciller del Gobierno de Argentina está involucrada en un
delito relacionado con tapar casos de pederastia cometidos por cascos
azules de la ONU.
La página Web miradasalsur, citando a la revista estadounidense Foreign Policy, hizo público que dicho escándalo fue desvelado por otro empleado de la ONU, el especialista en Derechos Humanos de Suecia, Anders Kompass, quien ante la pasividad del ente internacional en cuanto a este tipo de delitos informó en julio de 2014 a las autoridades francesas sobre la pederastia perpetrada por militares galos en países africanos.
Tras esta revelación, Malcorra se reunió en la ciudad de Turín (noroeste de Italia) con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para discutir el tema. Luego, Kompass fue suspendido de su cargo y perseguido por la ONU por haber filtrado los abusos sexuales en la República Centroafricana (RCA).
En cuanto a la sanción que fue aplicada contra el sueco, Malcorra dijo a los periodistas que “Kompass estaba siendo investigado porque era culpable de mala conducta”.
Unos meses después, el juez de un tribunal de apelación Thomas Laker consideró “ilegal” la suspensión de Kompass como director de Operaciones de Campo para la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) y ordenó a la organización internacional que anulara inmediatamente la decisión adoptada.
Hace unos días, un panel independiente creado el pasado junio por Ban, sostuvo que “varios funcionarios de alto rango, entre ellos Malcorra, habrían estado más preocupados en silenciar y perseguir al denunciante del escándalo, Anders Kompass, que en proteger a los niños que se encontraban en peligro o de sancionar a los abusadores”.
Las acusaciones de abusos sexuales contra niños, que afectan a cascos azules en varios países africanos, han desacreditado el sistema de la organización internacional.
Un grupo independiente de expertos de la ONU, en un informe, desveló el 17 de diciembre que los cascos azules habían abusado sexualmente de niños africanos a cambio de dar dinero y comida.
Esto se suma a otro informe de la ONU de abril de 2015, en el que se reveló que las tropas de Francia, Chad y Guinea Ecuatorial que trabajan como fuerzas de paz de Naciones Unidas en la República Centroafricana están presuntamente involucradas en el abuso sexual de niños refugiados hambrientos en un centro de desplazados localizado en Bangui (capital), entre diciembre de 2013 y junio de 2014.
Francia envió tropas a República Centroafricana a finales de 2013, cuando el país estaba sumido en la violencia tras el derrocamiento del presidente Francois Bozizé (2003-2013).
msm/anz/rba
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