Por Luis Beaton La
Habana, 29 dic (PL) El plan de la administración del presidente Barack
Obama para deportar de Estados Unidos a cientos de familias
centroamericanas es hoy un verdadero dolor de cabeza para los demócratas
y sus aspiraciones de mantenerse en el poder.
El tema es espinoso y puede acaparar importantes espacios de cara a las
elecciones presidenciales de 2016, comentan expertos y medios de
prensa.
Análisis indican que si la Casa Blanca pone en práctica
el plan de deportaciones acuñaría la retórica antiinmigrante del puntero
en las encuestas por los republicanos, Donald Trump, cuyas posiciones
apuntan a expulsar del país a 11 millones de personas sin papeles.
Influyentes medios de prensa como The New York Times consideran que de
consumarse a inicios de 2016 sería como la explosión de una bomba para
los demócratas, quienes se sienten optimistas sobre sus perspectivas con
los votantes hispanos, dada la dura retórica de Trump y otros
candidatos republicanos.
En 2012, Obama ganó casi el 70 por
ciento del voto hispano y los del partido azul creen que su casi segura
nominada, Hillary Clinton, podría mejorar en ese número si los
republicanos mantienen sus posiciones contra la inmigración ilegal.
No obstante, si el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deporta a
cientos de familias de inmigrantes que huyen de la violencia en América
Central, ello supondría un duro golpe para Clinton, pese a que su
mensaje no acoge la iniciativa de la Casa Blanca.
El gobierno de
Obama expulsó ya a más de dos millones de indocumentados desde 2009,
denunciaron este lunes activistas que preparan actos de protesta con la
esperanza de frenar esta política.
Según la Oficina de
Inmigración y Aduanas (ICE) el plan estaría dirigido a individuos, solos
o con familiares, que no califican para asilo o ningún otro alivio,
fueron detenidos mientras intentan entrar ilegalmente o los que cruzaron
recientemente, así como los que recibieron una orden final de
deportación desde 1 de enero de 2014.
Frank Sharry, director
ejecutivo de Americaâ�Ös Voice, expresó recientemente su esperanza de
que la prioridad no sea deportar a familias vulnerables de vuelta a la
violencia de la que huyeron sino buscar formas de protegerlas.
Observadores miran con preocupación que las protestas estarán dirigidas
al DHS, a la sede del Comité Nacional Demócrata y a sus precandidatos
presidenciales, para que presionen a la Administración, lo cual da una
idea de la amenaza en cierne para el partido en el gobierno y la pérdida
del importante apoyo de la comunidad latina.
Activistas como
Thanu Yakupitiyage, portavoz de la New York Immigration Coalition,
llaman al gobierno a cancelar sus planes y consideran que su consumación
sería una bofetada para los latinos.
Por otra parte, críticos
de la administración Obama, estiman que las políticas de "mano dura"
contra los indocumentados no logró concesiones de los republicanos en el
Congreso respecto a una reforma migratoria ni frenó la emigración
ilegal desde Centroamérica.
Para defensores de los derechos de
los inmigrantes, desde el momento en que el gobierno actúe, la
distinción entre los demócratas y los republicanos será cada vez más
borrosa.
La campaña de Clinton, por otra parte, trata de
desligarse del problema y sus voceros manifiestan preocupación por la
iniciativa gubernamental.
El asunto es realmente espinoso para
los del partido azul que enfrentan duras críticas de los republicanos y
están obligados a aclarar sus posiciones.
Según voceros gubernamentales, la estrategia tiene por objeto disuadir a otra ola de inmigrantes de cruzar la frontera.
En octubre y noviembre, la Patrulla Fronteriza arrestó a 12 mil 505
familias a lo largo de la frontera suroeste, frente a cuatro mil 577
familias durante esos mismos meses del año pasado.
Nuestra
frontera no está abierta a la inmigración ilegal y si las personas
vienen aquí ilegalmente, no califica para asilo u otra reparación y
tienen órdenes finales de expulsión, serán enviadas de vuelta, en
correspondencia con nuestras leyes y nuestros valores, dijo la
secretaria de prensa del ICE, Gillian Christensen.
Según
trascendidos, las redadas se esperan en Houston, Nueva Orleans, Los
Ángeles y el Área de Washington, DC, donde existen las mayores
concentraciones de inmigrantes centroamericanos. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario