“No existe la globalización, eso es mentira, existe la globocolonización y el gobierno de Estados Unidos del presidente Barack Obama ha sido muy malo para el mundo porque ha perfeccionado ese proceso con intervenciones como la última en Ucrania”, afirma Frei Betto.
Así se expresó el fraile dominico brasileño en una larga entrevista
concedida a Prensa Latina aprovechando su paso por Panamá donde fue
invitado por la Fundación Ciudad del Saber a dictar una conferencia
magistral sobre el futuro de América Latina.
Tomando como referencia esa temática, abordamos con el destacado
analista asuntos puntuales que dieran la oportunidad de hacer
valoraciones más allá de la coyuntura actual.
¿Cómo usted aprecia el gobierno del presidente Barack Obama, más positivo o más negativo para América Latina que los anteriores?
Yo diría que es más positivo para América Latina en el sentido de
que Obama no tiene ningún conocimiento de América Latina ni ninguna
otra sensibilidad, y por eso ha sido menos agresivo que los Bush o
Reagan y que otros anteriores.
Pero ha sido un gobierno muy malo para el mundo porque es un
gobierno que ha perfeccionado todo el proceso de globocolonización, con
intervenciones por ejemplo en Ucrania, en Siria, en Libia y otros
países. Es la policía del mundo.
Descaradamente ha estado por encima de todas las leyes y los
tratados internacionales, no le da ninguna importancia a esos acuerdos
y no hay cómo sancionarlo.
Por suerte ya no somos aquel rebaño de ovejas que bajaba la cabeza
ante el pastor de la Casa Blanca, hoy tenemos más soberanía, más
independencia y más claridad de qué caminos liberadores queremos seguir.
Tomando como fiel de la balanza a ese mismo gobierno de
Obama, ¿cómo aprecia usted la correlación de fuerzas políticas en
América Latina? ¿Está a favor o en contra de Estados Unidos?
Yo diría que la correlación de fuerzas es bastante desfavorable para
Estados Unidos por todos los avances de jefes de Estado
latinoamericanos identificados con los pobres y elegidos
democráticamente.
Es un proceso que comenzó con la elección del presidente Hugo Rafael
Chávez en 1998 y ahora sigue con muchos jefes de Estado de América
Latina que unánimemente han estado apoyando a Cuba y están contra el
embargo de Estados Unidos.
Obama y los líderes de la Casa Blanca se han dado cuenta que ya no
pueden tratar a América Latina como hacían en los años 60 y los
anteriores, y tienen que estar muy preocupados por ese desequilibrio.
Ya América Latina dejó de ser el patio trasero de la Casa Blanca y los
países que estaban atados a Estados Unidos se han emancipado como
Panamá en el año 1999, y ahora solo falta Puerto Rico por liberarse de
la tutela estadounidense para completar ese proceso de liberación de
las fauces del imperio.
Por eso creo que la correlación de fuerzas es más favorable hoy para
nosotros los progresistas que cuando Estados Unidos no solamente metía
la pata en nuestros países sino que promovía golpes militares fascistas
que han tenido un costo humano, político y económico muy alto para
América Latina.
¿Cuáles son los principales peligros que acechan a América
Latina que podrían cambiar esa correlación de fuerzas contraria a
Estados Unidos?
Bueno la principal es la contradicción esa que vivimos de tener
políticas progresistas con una economía capitalista, es decir, todavía
no hemos encontrado un modelo económico post capitalista que permita
dar un paso de ese capitalismo a una economía más solidaria, más
cooperativista, más popular.
Este es un nudo sin desatar muy preocupante, como también la falta
de un trabajo más intenso de concentración y organización política
sobre todo en los sectores populares y los jóvenes.
Creo que no se hacen avances políticos solamente con consignas y
políticas sociales más positivas hacia los jóvenes, sino que es
necesario también otro tipo de alimento para los más pobres, que es el
alimento espiritual, ideológico, educacional para que la gente,
cumpliendo el significado de ese proceso, avance hacia un futuro de
justicia y de paz.
¿No cree que los instrumentos de integración que se han
creado en la región, y no solamente los económicos y comerciales,
pudieran contribuir a ese avance hacia el futuro de justicia y paz que
usted señala?
Si, yo creo que es muy importante que haya esa multiplicación de
organismos, el problema es que por ahora todos ellos son
superestructurales, y el futuro no está tanto en esos organismos, sino
en la manera como la gente mira ese proceso.
La gente solo puede soportar las dificultades, desde caminar hasta
lo que sea, si comprende la razón del por qué hay que enfrentarlas, y
muchas veces no hay una concientización de ese proceso y la gente que
está siendo beneficiada desde el punto de vista económico, no tiene
conciencia política de qué significa.
Por lo tanto hay que valorar los instrumentos creados, incluso
mediáticos como Telesur; estar atentos y hacer un trabajo de base
justamente para mantener viva y actuante la organización popular con un
proceso intenso de educación del pueblo.
No creo que fuera de ese contexto vayamos a esperar que la gente
asuma una posición progresista por sí misma en el mundo de hoy cada vez
más de derecha en general.
En el Parlamento Europeo las fuerzas de derecha han crecido mucho,
no hay fuerzas de izquierda lo cual es una lástima porque Europa en el
siglo XX tuvo una fuerte tradición izquierdista, incluso en Italia, y
el mundo socialista europeo.
Ahora prácticamente el único continente que tiene esperanza de
futuro es América Latina, y la responsabilidad que tenemos es priorizar
y preservar ese proceso progresista, pero eso no se consigue con
consignas y con avances electorales solamente. Es necesario crear
raíces más profundas, sobre todo en las redes sociales que son muy
manipuladas por los conservadores, los capitalistas, la derecha, y de
ahí la responsabilidad que tenemos de profundizar el trabajo político y
educativo.
En el plano económico hay muchos fantasmas que rondan la
integración latinoamericana. ¿Con la Alianza del Pacífico usted lo cree
así?
Sí, claro, pero esta esquizofrenia que he mencionado antes de que
tenemos una política progresista en la mayoría de los países con una
economía conservadora puramente capitalista, es lo más peligroso,
aunque la ventaja es que hay más solidaridad entre los países de
América Latina desde el punto de vista económico.
Hay crédito, facilitación en el comercio de productos, hay una
integración económica mucho más significativa que en décadas
anteriores, pero con muchas dificultades para mantener baja la
inflación, actualizar anualmente los salarios, y sobre todo crear
posibilidades a las pequeñas y medianas empresas privadas sin que eso
sea la semilla de un proceso capitalista monstruoso.
Estamos por la tanto ante un desafío muy fuerte, como crear una
economía compatible con esas políticas progresistas, con esos anhelos
populares por gobiernos como el de Dilma en Brasil, Mujica en Uruguay,
el de Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, y así en
otros países.
Hablando de los países de América Latina ¿Qué está pasando en Venezuela y por qué?
Bueno, lo primero es tomar en cuenta que Venezuela es el principal
foco de subversión estadounidense en América Latina, y pasa algo muy
sencillo, y es que Venezuela es el segundo suministrador de petróleo de
Estados Unidos después de Arabia Saudita.
Ocurre que para que un barril de petróleo de Arabia saudita llegue a
estados Unidos tienen que pasar 45 días, y uno suministrado por
Venezuela llega en cuatro días, por lo tanto la diferencia de precios
es enorme entre uno y otro.
Por eso todo lo que Estados Unidos pueda hacer para desestabilizar a
la revolución bolivariana lo va a seguir haciendo y no podemos ser
ingenuos.
Venezuela cuenta con la solidaridad de todos los países que están en
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y eso es
muy bueno, ya sea una solidaridad activa como la de Cuba, Brasil, o
pasiva de países que al menos no condenan ni están en contra del
gobierno de Maduro, pero se mantienen en silencio porque tiene sus
intereses con Estados Unidos.
Ahora, yo creo que también hay un desafío interno en Venezuela
fuerte que requiere un trabajo político intenso sobre todo con los
jóvenes.
Yo creo que algo que todavía no se hizo debidamente en Venezuela es
un trabajo político con el movimiento estudiantil, un trabajo de
organización de base que lleve a los muchachos a comprender el proceso
bolivariano con más profundidad, más conciencia y más participación.
Y en el caso de Brasil, que es diferente al de Venezuela,
¿por qué esas manifestaciones? Si no son contra el gobierno, ¿por qué
se producen entonces?
Bueno, en verdad lo de Brasil es diferente a Venezuela, allí se ha
avanzado mucho en los años de gobierno del Partido de los Trabajadores,
pero ha sido un gobierno madre de los pobres y padre de los ricos, y
hasta cuándo esa contradicción va a sobrevivir no sé.
Este año tenemos elecciones, yo estoy seguro que Dilma va a
reelegirse, aunque uno siempre tiene sus temores porque la oposición
puede volver al gobierno.
Porque si por un lado el Partido de los Trabajadores ha promovido
una fuerte inserción económica de los pobres donde 55 millones de
personas han sido beneficiadas con mejorías efectivas desde el punto de
vista económico, es también un gobierno despolitizante por más
paradójico que te parezca.
Es decir, un gobierno que no trató ni trata de hacer todavía un
trabajo político de valorar los movimientos sociales y sindicales, y
por eso las manifestaciones, y los muchachos en las calles y en el
mundial de fútbol van a seguir en sus demandas de lograr un lugar
político porque quieren participar, pero no han sido convocados ni
movilizados, y esa es la preocupación porque ellos saben por qué
protestar pero no saben cómo o qué proponer.
Entonces eso puede ser un caos en el futuro que puede ser aprovechado por la derecha.
Hasta donde tenemos entendido no es un movimiento contra el
gobierno, sino en demanda a una mayor participación en los procesos y
decisiones oficiales ¿es así?
Sí, es así, lo que sucede es que el gobierno ha cometido el equívoco
de facilitar al pueblo de Brasil acceso a los beneficios personales, un
coche, créditos, nevera, televisión, cada casita en las fabelas tiene
de todo eso, pero siguen viviendo en la fabela y no tienen beneficios
sociales.
Y cuando ellos reclamaban mejoras sociales el gobierno decía que no
tenía dinero, y de súbito para la Copa del Mundo sí hay y han
construido estadios deportivos enormes por millones y millones de
dólares.
Pero la gente no tiene educación de calidad, transporte público,
sanidad, vivienda decorosa, y de ahí las protestas, pues cómo dices que
no tienes dinero y cuando viene la FIFA empieza a aparecer tanto dinero
como si cayera del cielo, entonces ahí está la cosa.
La gente no está contra el gobierno, pero está manifestando su
desacuerdo con la administración que no priorizó el mejoramiento de la
calidad de vida y la situación social del país.
Y en el caso de Colombia, qué ha ocurrido que, para sorpresa
de muchos la ultraderecha sale mejor parada como si la gente hubiera
votado minoritariamente por el proceso de paz?
Bueno, el problema de Colombia es un poco el reflejo de toda esta
política imperialista de la que hemos estado hablando, de hacer que la
gente vaya cambiando la libertad por la seguridad, y la propaganda del
miedo es eficaz y por eso hay gente que termina favoreciendo a la
derecha y no al proceso de paz.
Pero yo tengo la esperanza de que el proceso de paz es el que va a
ganar, porque no hay otra salida, e incluso a los propios Estados
Unidos no les interesa más seguir incrementando esa guerra y les es
mejor el proceso de paz, y por eso pienso que al final ganan los que
opten por la paz.
Luis Manuel Arce
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