Por Pedro Rioseco
Quito, 4 ene (PL) La intención de la Unión Europea con los Tratados de Libre Comercio (TLC) que promueve con algunos países suramericanos es una forma de neocolonialismo para salvarse de la crisis económica, afirmó el vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas.
En entrevista con Prensa Latina, Lucas analizó el trasfondo de la invasión comercial de países desarrollados a los subdesarrollados y estimó que el camino correcto es fortalecer la integración de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y negociar en bloque.
Si creemos que vamos a firmar un TLC con Europa para favorecernos es caer en demasiada ingenuidad, dijo, y explicó que esas nuevas formas de neocolonialismo la fomentan mediante esos tratados comerciales y con intervenciones como la de Libia.
Aquí nadie es inocente, señaló, y la única forma de contrarrestar todo eso es seguir fortaleciendo la integración de Unasur, la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la próxima Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Este último, aclaró, es un proyecto embrionario pero al que todos tenemos que apostar.
Junto al fortalecimiento político, en Unasur comienza a darse otro tipo de consolidación, y el hecho de que haya la posibilidad de que México pueda entrar como Estado Asociado junto a otros países del Caribe interesados, también le fortalece políticamente, acotó.
Es la Unasur, enfatizó Lucas, quien tiene que negociar comercialmente y políticamente con los otros bloques, no cada país individualmente, y la integración es fundamental para poder salir y mantenernos como bloque de poder en un mundo multipolar.
Después de la ratificación del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), comentó, los retos que vienen son consolidar sus Consejos por áreas y la integración de América del Sur, proyectada a toda la América Latina.
Unasur se ha afianzado políticamente de alguna forma, con las distintas acciones que ha tenido a lo largo del 2010, entre ellas la condena al intento de golpe de Estado en Ecuador y el acercamiento entre países que estaban distanciados.
Fue una actividad política fundamental, recalcó Lucas a Prensa Latina. Tras su cimentación jurídica con la ratificación del Tratado, le sigue el reforzamiento de la integración social con la de sus infraestructuras y la económica.
En infraestructura era esencial que se ratificara el Tratado, aclaró, porque para trabajar grandes proyectos a nivel de unificación vial era necesaria esa condición.
Después tiene que venir un fortalecimiento de la integración económica, pero, puntualizó, ya no vista como el libre comercio por el libre comercio. Una diferencia de Unasur con los proyectos anteriores fue que se inició como una unión política y social, en cambio el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina de Naciones, en su momento, pusieron énfasis en el libre comercio.
Ahora, señaló, tenemos que ir a un comercio equitativo, y juntarnos si tenemos que negociar distintos acuerdos de comercio con la Unión Europea u otros bloques de países, para negociar la Unasur de conjunto y no cada país por sí solo.
Cada país negociando por sí solo termina firmando TLC, que consolidan una posición en política económica que fomenta el libre comercio y la visión neoliberal que estamos combatiendo.
Además, agregó Lucas, va contra la propia integración regional, porque cuando cada uno realiza acuerdos comerciales con un bloque como la Unión Europea (UE), lo cual ha ocurrido con algunos países, lo que hace es ir contra la integración suramericana.
Tenemos que consolidar, enfatizó Lucas, un área de comercio justo, lo que en la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se está fomentando como el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP).
Eso, de alguna forma, tenemos que impulsarlo desde Unasur, acotó, y con todas las diferencias políticas que tenemos sí podemos fortalecer el comercio intrarregional y luego las negociaciones desde el bloque hacia los otros bloques.
A Ecuador, comentó, le ha faltado fortalecer el comercio con los países de la región. Ha sido funcional el intercambio con Estados Unidos, o en parte con la Unión Europea, pero no ha abierto nuevos mercados en el mundo ni logrado reforzar el comercio intrarregional.
¿Cómo se fortalecen los países?, preguntó para responder de inmediato que su comercio fundamental es dentro de la propia región, potenciar su capacidad de vender y comprar en ella, lo cual refuerza su soberanía alimentaria y la industria nacional.
En cambio, reflexionó, cuando dependen de determinados mercados fuera de la región, como le ha ocurrido a Ecuador con Estados Unidos y la Unión Europea, esos mercados lo que hacen siempre es condicionar al país.
Así ha ocurrido con Estados Unidos, subrayó, y hemos vivido prácticamente pidiendo dádivas y ahora también condicionados por la UE, la cual con su crisis y la mundial, está desesperada por conseguir y monopolizar nuevos mercados.
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