Santiago de Chile, 25 abr (PL) Los cuatro líderes mapuches condenados por un tribunal chileno tras un criticado proceso judicial presentan un delicado cuadro de salud por el ayuno que protagonizan desde hace más de 40 días.
Héctor Llaitul, Ramón Llanquileo, José Huenuche y Jonathan Huillicall tienen una acentuada pérdida de peso, además de una marcada fragilidad en su organismo, dadas las secuelas además de una anterior huelga de hambre en 2010 que rebasó los 80 días.
A esta fecha los líderes mapuches presentan debilitamiento general, cefaleas, mareos, calambres y baja temperatura corporal, señalan sus familiares citados por Radio Universidad de Chile.
Precisa el reporte que la baja de peso, de entre 11 y 16 kilogramos, supera ampliamente la afectación que tuvieron con respecto a ese mismo parámetro en el ayuno de mediados del año pasado.
Este lunes, los sentenciados, sindicados como líderes de la Coordinadora Arauco Malleco, denunciaron intenciones de la Fiscalía para que la Corte Suprema desestime el recurso de nulidad del juicio presentado por la defensa, reclamo también realizado por personalidades e intelectuales del mundo, incluidos dos Premios Nobel de la Paz.
El drama de los mapuches en Chile, habitualmente silenciado en los medios de comunicación chilenos, tuvo ayer su oasis mediático al irrumpir una manifestación de indígenas en medio de la homilía del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, con la que daba cierre a las conmemoraciones por la Semana Santa.
En la ocasión, una docena de voceros y familiares de los cuatro condenados logró desplegar un lienzo en la Catedral de Santiago con un llamado a la liberación de Llaitul y sus compañeros.
La acción de protesta terminó con la detención de dos manifestantes, lo que fue denunciado por la vocera indígena Natividad Llanquileo.
Nuestros hermanos llevan más de 40 días en huelga de hambre y resulta que no ha pasado nada, subrayó Llanquileo, quien criticó la actitud pasiva del Estado y de la Iglesia chilena ante el dolor mapuche.
Los dirigentes indígenas fueron condenados a penas de entre 20 y 25 años de cárcel por un supuesto atentado a un fiscal chileno en 2008, considerado por las comunidades indígenas aquí y por fuerzas de la izquierda como un montaje orientado a criminalizar la lucha de los nativos por sus derechos.
Los Premios Nobel de la Paz Rigoberta Menchú (1992) y Adolfo Pérez Esquivel (1980) pidieron la anulación de llamado juicio de Cañete, en el sur chileno y la asunción de un nuevo proceso con un tribunal imparcial y sin aplicación de la ley antiterrorista, creada en pleno régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).
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