El sondeo, de la empresa CPI, indica que Humala cuenta con una intención de voto de 40,6 por ciento, mientras Fujimori alcanza 36,8 y 11,9 de encuestados votarán en blanco o viciado, así como 10,7 dice no saber por quien hacerlo.
En un muestreo realizado el domingo último por la encuestadora Ipsos Apoyo, Humala registró 42 por ciento y su contrincante 36, con 22 por ciento de votos en blanco y nulos, y electores indecisos.
Con la modalidad de simulacro de votación, que elimina votos en blanco y viciados -igual que en la votación real-, en la nueva encuesta el abanderado del bloque Gana Perú llega a 52,5 por ciento y la del grupo Fuerza 2011 a 47,5.
La postulante conservadora se impone en Lima (40,2-35,6), la principal plaza electoral, y su rival tiene más fuerza en el interior (45-33,8).
Humala se impone en las regiones andina central (49,1-31,1), surandina (63,7-16,3), costera sur (42,4-26,9) y oriental amazónica (45-32,1), y Fujimori en la costera y andina norte (43,7-39).
Por otra parte, 49,3 por ciento de los encuestados cree que el exoficial del Ejército será el próximo presidente y solo 35,2 por ciento que ganará la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), encarcelado por delitos de lesa humanidad y corrupción.
El candidato tiene también un electorado más firme, pues 92 por ciento de sus electores dicen que no cambiará su voto, en tanto que mantienen la misma actitud hacia Fujimori 70,8 por ciento de sus adherentes.
La candidata tiene mayor resistencia entre los electores, pues hay 47,8 por ciento que declara que no votaría nunca por ella, en tanto que el rechazo a su rival alcanza a 44,2 de los consultados.
Entretanto, Humala calificó anoche de patraña la afirmación del derrotado candidato peruano-estadounidense Pedro Kuczynski, de que su campaña electoral de 2006 fue pagada con dinero enviado por el Gobierno de Venezuela.
Kuczynski era entonces primer ministro del gobierno saliente de Alejandro Toledo y ayer dijo a un periódico norteamericano que recibió informes de inteligencia sobre las supuestas remesas, sin mostrar prueba alguna.
La acusación, ya usada en 2006, es amplificada por diversos medios de prensa enfrascados en una campaña contra Humala y favorable a Fujimori.
Según Humala, la patraña no lo distraerá de su campaña electoral y de la promoción de su oferta de reformas sociales de beneficio ciudadano directo, como el pago de una pensión a los ancianos que carecen de jubilación o la rebaja del precio del gas.
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