Los manifestantes exigirán al presidente plenas garantías para el retorno inmediato al país del exmandatario constitucional Manuel Zelaya, el cese de las violaciones de los derechos humanos y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Además, repudiarán las políticas privatizadoras en el sector de la educación, los asesinatos de campesinos en el Valle del Aguán y el alza de los precios de los combustibles, los servicios públicos y los alimentos.
Juan Barahona, subcoordinador del FNRP, llamó a todas las organizaciones a sumarse a las protestas contra la actual administración.
Porfirio Lobo asumió el poder el 27 de enero de 2010 tras ganar las elecciones de noviembre de 2009, cuestionadas por amplios sectores populares y por la comunidad internacional por efectuarse bajo el golpe de Estado.
Un año después el país enfrenta una ola de violencia sin precedentes y no ha logrado su reinserción en la OEA, organismo del cual fue expulsado tras la ruptura institucional.
"La tarea de legitimarse en la comunidad internacional y garantizar los derechos humanos son los puntos débiles del gobierno", estimó el sociólogo Roberto Briceño.
Informes de la Secretaría de Seguridad indican que durante el período de Lobo se han registrado más de seis mil 200 crímenes y en la mayoría de ellos los móviles y autores no están esclarecidos.
El país se convirtió en el más violento de toda Centroamérica, con un promedio de 77 muertes por cada 100 mil habitantes.
Interrogados por el Instituto Universitario de Opinión Pública, de El Salvador, más de 40 por ciento de los hondureños opinaron que el país empeoró durante el primer año de Lobo.
Los encuestados mencionaron como los principales problemas el incremento de la violencia, la pobreza, el alto costo de la vida y el incumplimiento de las promesas gubernamentales.
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