El gobierno boliviano denunció planes de la oposición y de algunos aliados al gubernamental Movimiento al Socialismo para desestabilizar al país con ataques a sus principales autoridades.
El propio presidente Evo Morales manifestó que ahora la estrategia es desgastar la imagen del vicepresidente Álvaro García.
Morales sugirió incluso identificar a los enemigos políticos, al comentar la solicitud de Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) de revocar el mandato de García, una demanda que consideró arbitraria.
El dignatario cuestionó así el pedido de Sergio Hinojosa, lider de Conamaq y del dirigente cívico de Potosí, Celestino Condori, al tiempo que recordó que en 2009 este último fue el promotor de manifestaciones y un bloqueo de 19 días, sin argumentos razonables.
Para el estadista, en lugar de inventar conflictos y dividir a los movimientos sociales y al Ejecutivo, esos dirigentes deberían acusar la injerencia de Estados Unidos o los verdaderos planes de la oligarquía y la derecha para subvertir el país.
Para Conamaq, García ha sido el responsable del reciente auge de los precios de la canasta básica familiar, acusación que aún está por demostrar, según Palacio Quemado.
Por su parte, el diputado Javier Zabaleta, del Movimiento sin Miedo, explicó que el pedido para revocar el mandato de García sólo es viable cuando la autoridad haya cumplido el 50 por ciento de su gestión.
También el gobernador de La Paz, César Cocarico, pidió a la población diferenciar a los dirigentes sindicales de las bases y aseguró que el Vicepresidente tiene respaldo en las provincias de la región sede del gobierno boliviano.
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