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jueves, 27 de enero de 2011

ALEPH: Ixtab y Chamer

Carolina Escobar Sarti
Ixtab, la diosa del suicidio y esposa del dios de la muerte, Chamer, en la mitología maya, está muy afanada. Y es que parece que, en Guatemala, relacionarse sentimentalmente con un “hombre” significa un suicidio para muchas mujeres. Pobre Ixtab, no se da abasto para protegerlas. En el Ministerio Público esperan turno 40 mil denuncias de casos de violencia contra mujeres, y solo en el año 2010 fueron asesinadas 695 más.


La última víctima de este horror se llamaba Mindi Rodas Donis, la joven de 23 años que fuera torturada y ahorcada el 17 de diciembre del 2010, y enterrada como XX al día siguiente. Su historia, como tantas otras, había comenzado varios años antes, en ese espacio que algunos llaman de manera generalizada e idílica “hogar”. Su esposo, Eswin Esteban López Bran, la encerraba, la golpeaba, ejercía violencia sexual y emocional contra ella, hasta que Mindi decidió cortar por lo sano e irse con su pequeño hijo. Para entonces, este tenía aproximadamente 3 años, y ella, 22.

Por supuesto, esto enfureció al despechado marido, quien, con engaños, la llevó a la orilla de un río en Santa Rosa, Jutiapa, en julio del año 2009. “O mía o de nadie”, como dice la regla número uno de la tabla de mandamientos patriarcales. Allí le propinó un golpe en la cabeza con una piedra y con un arma cortante le cercenó la frente, la nariz, los labios y el mentón hasta dejar su rostro completamente desfigurado. Cuando terminó esta carnicería la desnudó y se llevó sus pertenencias, creyéndola muerta.

La escena me recordó que hay que acercar mundos porque el patriarcado no tiene límites cartográficos. La foto de Bibi Aisha, la joven afgana a quien su marido le cercenó la nariz y las orejas por haber huido del maltrato que sufría en su casa, apareció hace muy poco en la revista Time. Perversamente, la imagen la usaron los señores de la política estadounidense para justificar su presencia en Afganistán, lo cual me recuerda que cuando los políticos se apropian de lo estructural y lo vuelven superficial, da náuseas.

Volviendo a Mindi, ella despertó y vivió. Despertó para denunciar a su agresor en el MP, para constituirse en la voz de tantas mujeres oprimidas y violentadas; despertó en un país acostumbrado al sueño, al silencio, la indiferencia y la muerte. Desde ese momento asistió a varios espacios de denuncia, incluso con la cara cubierta. Y, paralelamente, se sometió a una serie de intervenciones para reconstruir su rostro en México, gracias a la generosidad de muchas personas.

Mientras, López Bran había entrado y salido de la cárcel, debido a que el abogado del criminal había falsificado la firma de Mindi, en un documento donde ella supuestamente desistía de la denuncia. Pero ella, junto con la Fundación Sobrevivientes, lograron que volviera a prisión, y el proceso sigue, ya no por lesiones graves como al inicio, sino por femicidio en grado de tentativa. Será el 16 de junio de 2011 cuando se dicte la sentencia, y estaremos pendientes. No quepa ninguna duda.

Este caso paradigmático para la justicia guatemalteca no terminó bien y tiene una serie de elementos que podrían arrojar luces para otros casos. ¿El agresor quiso terminar su trabajo y buscó cómplices para ello? ¿Cómo se hace esto desde la cárcel? ¿Por qué estaba Mindi en la capital y no en Jutiapa? ¿Qué pasó con la protección de testigos? Chamer está en la cárcel y espera por justicia. A lo mejor Ixtab se quiere separar de él y cambiar de oficio.

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