El primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, de 92 años, seguía hospitalizado el jueves en una clínica de Johannesburgo para "pruebas de rutina", pero según su partido, en el poder desde la caída del apartheid, no hay motivo de alarma.
"Nelson Mandela sigue en el hospital de Milpark, en Johannesburgo, donde se sometió a un chequeo de rutina", señaló el Congreso Nacional Africano (ANC) en un comunicado.
"Madiba tiene 92 años y ya no es un joven (...) En el hospital se ocupan bien de él", agregó el ex movimiento de lucha contra el apartheid, en el poder desde el advenimiento de la democracia multirracial en 1994.
"Llamamos a todos los sudafricanos a permanecer tranquilos y a no ceder al pánico, porque no hay ningún motivo para ello", agregó el ANC.
Nelson Mandela ingresó el miércoles en la clínica privada Milpark para someterse a "pruebas de rutina". "No está en peligro y su moral es buena", aseguró su fundación en un corto comunicado el miércoles por la tarde.
Desde entonces no se ha filtrado ninguna información sobre el estado de salud del Nobel de la Paz y símbolo de la lucha contra la segregación racial, quien pasó la noche en el establecimiento.
Según el diario The Star, lo examinó un neumólogo, el doctor Michael Plit.
El jueves por la mañana, la policía controlaba estrictamente los accesos al hospital, frente al cual numerosos periodistas esperaban noticias.
Su ex mujer, Winnie Madikizela-Mandela, llegó a últimas horas de la mañana a la clínica, constató un fotógrafo de la AFP. La que fuera la pasionaria de la lucha contra el apartheid, separada de Mandela desde 1992, no hizo comentarios.
Un poco antes habían entrado en el edificio, escoltadas por guardaespaldas, la asistente personal de Nelson Mandela, Zelda La Grange, y Josina, la hija de su tercera esposa, Gra a Machel.
La víspera varios familiares se apresuraron a visitar al abuelo "Madiba" (el apodo afectuoso con el que se conoce).
"Madiba, te queremos", proclamaba una banderola en la ventada de una escuela situada al lado del hospital. De la reja colgaban dibujos de niños y mensajes deseándole salud.
"Es muy importante apoyar al ex presidente porque consiguió cambios enormes para nuestra generación", afirmó Ntho Molena, una estudiante de 16 años. "Luchó por nuestra libertad y le estamos agradecidos", añadió la joven.
El primer presidente negro sudafricano (1994-1999) pasó 27 años en prisión durante el régimen segregacionista blanco. Luego su mensaje de reconciliación le valió el cariño y el respeto de sus compatriotas.
Desde que se retiró de la política en 2001, Mandela apareció cada vez menos en público. Fue visto por última vez, con aspecto endeble, en la clausura del Mundial 2010 de Fútbol, el pasado 11 de julio en Johannesburgo.
En octubre, se publicó "Conversaciones conmigo mismo", un libro de recopilación de documentos personales cuya promoción se hizo sin la participación del protagonista. Un mes después, su fundación pedía a los admiradores de "Madiba" que dejaran de contactarlo.
En internet fluyen los mensajes de solidaridad. "Señor, protege a Mandela", se leía en Twitter, donde otros internautas se quejaban de la falta de información sobre su salud: "No entiendo este silencio (...) ¿Por qué no hay más transparencia sobre un tema tan importante?"
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