"Todavía hay enterrados por lo menos más de 500 cadáveres que no han sido extraídos y esto lo sé por propias declaraciones de los delincuentes", señaló a la prensa Isabel Miranda de Wallace, de la ONG México Unido Contra el Secuestro, al referirse a los asesinatos que el gobierno ha atribuido al grupo narcotraficante Los Zetas.
De Wallace señaló que cotejó estos datos en una reciente visita a San Fernando, -un poblado de 50 mil habitantes a 160 km de la frontera con Estados Unidos- donde ocurrió la masacre de inmigrantes de El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador y Brasil y han sido halladadas este año más de 40 fosas comunes con al menos 193 cuerpos.
"Tanto los policías de ahí y los (propios) familiares de las víctimas me platicaron lo mismo", señaló De Wallace a la prensa.
La masacre ocurrida el 23 de agosto contra un grupo de inmigrantes que viajaban escondidos en camiones de carga fue atribuida a Los Zetas, organización creada a fines del siglo pasado por militares que desertaron para unirse al Cartel del Golfo, y que ahora, en disputa con sus antiguos jefes, han hecho del secuestro una de sus formas de financiación.
Las autoridades mexicanas ha procesado a 81 personas por la masacre. Algunas de ellas han confesado su pertenencía a Los Zetas y su participación en los crímenes.
San Fernando es un cruce de caminos, por donde pasan cientos de miles de personas que cada año intentan cruzar México hacia Estados Unidos.
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