Antonio Gershenson
Se anunció que a
principios del mes en curso un enorme gasoducto fue inaugurado por Xi
Jinping y Vladimir Putin, mandatarios de China y Rusia, respectivamente.
El gasoducto que lleva el nombre de Fuerza de Siberia y que nació en el
norte de Rusia y parte de China crecerá a lo largo de, al menos 30
años, y será puntal para el desarrollo de ambos países.
La línea oriental del gasoducto es un proyecto histórico de la cooperación en energía entre China y Rusia y un paradigma de profunda convergencia de los intereses de ambos países y de la cooperación de ganar-ganar, dijo Xi Jinping a Vladimir Putin, en una videollamada desde Pekín, a través de la cual los dos jefes de Estado presenciaron la ceremonia inaugural del canal.
El gasoducto proveerá anualmente a China de alrededor de 38 mil
millones de metros cúbicos de gas natural ruso. Como se sabe, China es
el mayor consumidor en el mundo de este hidrocarburo. Los trabajos para
esta construcción empezaron en 2016. Cuando hablamos de 30 años para
terminar la construcción, es algo muy en serio, nos puede parecer un
largo periodo, pero no lo es si se toma en cuenta su magnitud. La
intención es llegar a todas las zonas donde haga falta el insumo.
El gas es la alternativa para sustituir al carbón. Rusia genera gas
natural licuado, pues propicia el consumo de energía más limpia.
Actualmente, en la ciudad de Vladivostok está en proceso la producción
del combustible. Hay en proceso posibles ductos en Chayanda y Kovikta,
con probables yacimientos de gas.
Al mismo tiempo, en las zonas de Pvobodni y Amur están en curso dos
plantas petroquímicas que serán muy útiles. Se produciría helio, etano,
propano, butano, pentano y hexano.
Asimismo, se cuenta con Yakutia, una de las zonas más frías de la
región, donde se consigue extracción de gas natural, pese a que la
temperatura puede llegar a 62 grados Celsius bajo cero.
La búsqueda para satisfacer la necesidad de energéticos es constante.
Hasta la fecha se han realizado cuatro cumbres presidenciales en
diferentes países productores de gas natural: Qatar, en 2014; Moscú,
Rusia, en 2015; Teherán, Irán, en 2013, y Santa Cruz de la Sierra,
Bolivia, en 2017.
Es claro que cuando las naciones cubren sus demandas de energía, el
desarrollo y el crecimiento no se detienen. Ejemplo de ello son los
ferrocarriles que se desplazan a 600 kilómetros por hora, como ha
sucedido con China o cuando vemos el avance tecnológico para la
extracción de recursos naturales de Rusia y otros países de la región,
la cooperación entre las naciones es una política económica productiva.
Recordemos que Rusia ha aumentado su producción de petróleo de manera
importante, hoy de poco más de 11 millones de barriles diarios, y con
ello superó a Arabia Saudita hace tiempo. De hecho, Rusia ya está
presente en todas las reuniones de la OPEP (Organización de Países
Productores de Petróleo), sin ser miembro oficial de ésta.
El gasoducto proporcionará a China gas natural ruso, que ascenderá a 5
mil millones de metros cúbicos en 2020 y se incrementará a 38 mil
millones de metros cúbicos anualmente a partir de 2024, con base en un
contrato a 30 años, firmado en mayo de 2014 entre la Corporación
Nacional de Petróleo de China y el gigante ruso Gazprom.
El gasoducto transfronterizo tiene una sección de 3 mil kilómetros en Rusia y otra de 5 mil 111 kilómetros en China.
Las obras de la parte china de la línea oriental del gasoducto
iniciaron en junio de 2015. Éste entra en China a través de la ciudad
fronteriza de Heihe y atraviesa nueve provincias y una región autónoma, y
se conecta con las redes de gas natural existentes en China para
permitir que el suministro de gas ruso llegue al noreste de China, a las
regiones de Pekín-Tianjin-Hebei y el Delta del río Yangtsé.
China busca elevar su uso de gas natural a 10 por ciento de la mezcla
energética para 2020 y a 15 por ciento para 2030, según la Comisión
Nacional de Desarrollo y Reforma. Con ello, la nación cumple su
compromiso para el uso de energía limpia a corto plazo, considerando,
además, la celebración de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en
2022.
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