Los
sindicatos de Argentina aúnan esfuerzos para endurecer su postura
frente las reformas económicas que busca implementar el presidente del
país, Mauricio Macri.
Tras un congreso con los referentes
sindicales, se votó el lunes por un único consejo directivo para la
llamada Confederación General del Trabajo (CGT), que tenía tres
vertientes."Los trabajadores del movimiento obrero vamos a salir a defender los puestos de trabajo", aseguró Antonio Caló, uno de los referentes a la hora de oficializar el nuevo triunvirato conductivo.
La CGT se dividió en tres grandes corrientes en 2012. Una de las tres fuerzas sostuvo aquel año la postura histórica de respaldo al Gobierno peronista de Cristina Fernández (2007-2015). Las otras dos pasaron a la oposición.
No obstante, con la llegada al poder a finales de 2015 de una alianza de derechistas y socialdemócratas con Macri a la cabeza, los líderes obreros han visto la necesidad de reunificarse.
Esa decisión obrera se produce en momentos en los que una alta inflación y una economía en recesión complican las proyecciones de Macri, quien se ve también jaqueado por un creciente desempleo, según cifras privadas. Además, hay permanentes quejas por la presión tributaria.
Los sindicalistas electos analizan la instrumentación de un diálogo directo con el Poder Ejecutivo, pero no descartan masivas huelgas, si sus reclamos no son escuchados. El Gobierno tiene previsto anunciar su primer dato oficial de desempleo este martes en medio de reclamos callejeros, ausentismo y juicios laborales en aumento.
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