Líder vigente
La Jornada
Un mundo mejor,
utopía posible
Fidel Castro y Camilo Cienfuegos el 8 de enero de 1959 en la base
militar Columbia, hoy llamada Ciudad Libertad, después de la huida de
Fulgencio Batista
Foto Afp
Afp, Xinhua y Dpa
Periódico La Jornada
La Habana.
A 57 años del triunfo de la revolución cubana, a 54 de la crisis de los misiles que estuvo a punto de desatarse en medio de la guerra fría y 10 desde que dejó el poder; Fidel Castro sigue vigente.
El líder histórico de la revolución cubana y uno de los hombres más
influyentes del siglo XX, llega a las nueve décadas, habiendo
sobrevivido a más de 634 intentos de asesinato y conspiraciones, todas
ellas comprobadas con evidencias documentales, testificales y
periciales.
Cerca de 170 de estos planes han sido desarticulados directamente por
los órganos de seguridad del Estado cubano con las pruebas que
confirman el intento de magnicidio.
Dentro de ellas, cargas explosivas utilizando C3 y C4, sustancias
químicas y venenosas en una veintena de oportunidades, así como
armamento de todo tipo.
La mayoría de estas maniobras, que se iniciaron a finales de la
década de 1940, cuando Castro comenzó a destacar como dirigente
estudiantil, con firmes posturas contra los regímenes dictatoriales de
la época, han estado dirigidas y financiadas por el gobierno de Estados
Unidos.
Concretamente, la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus
siglas en inglés) reconoció en 1975 haber organizado directamente ocho
complots para asesinar a Castro desde 1960, algunos de los cuales no
pasaron de la etapa de planificación.
El analista del Centro de Investigaciones de la Seguridad del Estado
cubano, Pedro Etcheverry, detalló en entrevista con la agencia Xinhua
que uno de estos planes incluso comprendía la participación de figuras
de la mafia estadunidense.
En 1963, uno de los camareros que servía a Fidel fue reclutado por la CIA con la instrucción de envenenarlo con un batido de chocolate. El plan fracasó porque la pastilla de veneno se congeló en la nevera de los helados y se rompió recordó Etcheverry.
Combate a la dictadura
Tras el golpe de Estado perpetrado en 1952 por Fulgencio
Batista, Castro organizó y entrenó a un centenar de jóvenes con quienes
asaltó el 26 de julio de 1953 los cuarteles Guillermo Moncada, en
Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. La acción
militar fracasó. Castro fue condenado a 15 años de prisión, de los
cuales sólo cumplió 22 meses debido a un indulto presidencial.
Tras su excarcelación fundó el Movimiento 26 de Julio y unos meses
después, mostrada la imposibilidad de proseguir la lucha contra Batista
por medios legales, Castro partió hacia México para organizar la
insurrección armada.
Allí se le unieron su hermano Raúl Castro y otros revolucionarios, como Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos.
Entrenaron durante un año y medio y en diciembre de 1956 formaron parte de la expedición del yate Granma, a bordo del cual 82 combatientes navegaron desde el río Tuxpan, Veracruz, hasta las costas del oriente cubano.
Al llegar a la isla combatieron con las tropas de Batista y sólo
sobrevivió un reducido grupo, el cual logró reagruparse y dirigirse a la
región de la Sierra Maestra, para continuar desde allí la lucha
revolucionaria.
A partir de entonces el ejército rebelde comenzó a crecer y
fortalecerse con Castro como comandante en jefe, durante 25 meses de
combate.
Luego de obtener contundentes victorias contra las tropas de élite
del gobierno de Batista, al amanecer del primero de enero de 1959,
Batista huyó del país y triunfó la revolución con Fidel Castro a la
vanguardia, quien comenzó a fungir de comandante en jefe de las fuerzas
armadas y un mes más tarde, asumió el cargo de primer ministro.
Durante cinco décadas, el comandante Fidel impulsó y dirigió la lucha
por la consolidación del proceso revolucionario en la nación caribeña y
su avance hacia la construcción de una sociedad socialista con
características propias.
Fidel Castro en imagen del 11 febrero de 2001Foto José Núñez
Óleo sobre tela de Roberto RobainaFoto Yazmín Ortega Cortés
Como secretario general del Partido Comunista de Cuba (PCC) y
presidente de los consejos de Estado y de Ministros, volcó sus energías
en desarrollar la educación, la salud, el deporte, la cultura y la
ciencia, concebidos como derechos adquiridos por la totalidad de la
ciudadanía desde enero de 1959.
Baluarte antimperialista
El líder cubano es, además, pionero en la conducción de
una activa política exterior humanista, solidaria y antimperialista,
basada en los principios más altruistas, que ubicó a la pequeña isla
como baluarte y paradigma para el resto de los países subdesarrollados.
Por tal motivo, el dirigente promovió a escala mundial la batalla del
tercer mundo contra el orden económico internacional vigente, en
particular contra el sistema capitalista, la globalización neoliberal,
la deuda externa y la explotación de los recursos naturales.
Ello a consecuencia de los gastos militares de las naciones poderosas y los intereses de las grandes trasnacionales.
Entre 1979 y 1983, ostentó la condición de presidente del Movimiento
de Países No Alineados y envió tropas cubanas en apoyo a la liberación
de naciones de África, cuya participación fue decisiva para vencer el
régimen de segregación racial, el apartheid.
Fue un activo promotor, junto al fallecido líder venezolano Hugo
Chávez, en la creación de mecanismos de integración regional como la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y el acuerdo
energético Petrocaribe.
A ello se suman otros convenios de solidaridad que han permitido el
envío de misiones cubanas en áreas médicas, educativas, deportivas y
culturales a más de 120 naciones.
Se suma también la realización de estudios universitarios gratuitos
en Cuba para decenas de miles de jóvenes de pocos recursos provenientes
de África, Medio Oriente, Asia y América Latina.
Por estos y otros aportes a la humanidad, el dirigente comunista ha
recibido más de un centenar de altas condecoraciones cubanas y
extranjeras, así como decenas de distinciones académicas honorarias de
numerosos centros de enseñanza superior en América Latina, Asia y
Europa.
El 31 de julio de 2006, tras asistir a la cumbre del Mercado Común
del Sur en Córdoba, Argentina, Fidel Castro fue sometido a una compleja
intervención quirúrgica intestinal que lo apartó de su cargo, no sin
antes delegar todas las funciones de gobierno a su hermano Raúl.
En febrero de 2008, presentó su renuncia definitiva debido a
problemas de salud e inició una nueva etapa en su vida política, marcada
por la publicación de sus conocidas Reflexiones, cuyos
artículos, difundidos en medios locales y foráneos, están enfocados en
su mayoría a alertar sobre temas de interés mundial, como el cambio
climático, el peligro de guerras, la alimentación y la supervivencia de
la especie humana.
Sus apariciones públicas han escaseado con el paso de los años. La
más reciente de ellas fue en la clausura del séptimo Congreso del PCC
(abril 2016), pero su sabiduría cardinal y autoridad moral, continúan
influyendo en importantes y estratégicas decisiones de la revolución
cubana.
Fidel Castro sigue siendo referente indiscutible no sólo para los
habitantes de la isla, sino del resto del orbe, para quienes defienden
las causas justas del planeta y no cejan en el empeño de construir un
mundo mejor, porque como él mismo dijera, es una utopía posible.
Castro llega a las nueve décadas habiendo enfrentado a 10 presidentes de Estados Unidos, aunque ya piensa en la despedida.
A todos nos llegará nuestro turno, reflexionó el pasado mes de abril, durante una aparición pública.
Tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala, expresó ante los mil delegados que participaron en el séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario