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"Cualquier forma de discriminación contra un país o una persona basada
en consideraciones de raza, religión, política, sexo o de otro tipo es
incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico" (Carta Olímpica)
Entonces, no es de extrañar la respuesta de los globalizadores 'iluminados' norteamericanos y sus lacayos de la OTAN para utilizar hasta los JJOO y así denigrar, calumniar y acusar a los atletas rusos en el fraude del dopaje bajo el control estatal de Moscú.
Los medios de comunicación globalizados no perdieron tiempo en desatar una aguerrida campaña antirrusa. El poderoso The New York Times exigió "prohibir la participación de Rusia en Río", The Times (Londres) declaró que "era hora de sacar Rusia de la Olimpiada", The Guardian anunció que "no hay lugar en la Olimpiada para los tramposos" y el periódico español El País afirmó que "la misión del Comité Olímpico consiste en sacar a Rusia del Siglo Oscuro". La publicación alemana Bild decidió ignorar la participación de deportistas rusos en Río. Las agencias de antidopaje de EEUU, Alemania, Canadá, España, Japón, Suiza y 20 grupos de deportistas olímpicos exigieron también prohibir a los rusos participar en Río. Estas acusaciones pueden ser infinitas si tomamos en cuenta que el jefe del laboratorio ruso de antidopaje, Grigoriy Rodchenkov, declaró a The New York Times sobre una supuesta trama de dopaje durante los Juegos Olímpicos de Sochi, la cual había ayudado a ganar medallas a por lo menos 15 atletas rusos. En la versión de Rodchenkov, el servicio secreto de contraespionaje ruso (FSB) participó en la sustracción y cambio de las pruebas de orines utilizando un agujero en el laboratorio.
Tampoco Rodchenkov pudo suministrar documentos concretos acusatorios a la WADA y a los medios occidentales de comunicación contra los deportistas olímpicos rusos. Sin embargo, para la WADA fue suficiente para iniciar un proceso contra los atletas rusos para no permitirles participar en la Olimpiada de Río. No cabe duda que las instrucciones vinieron de Usada (Agencia de Antidopaje Norteamericana) y del Comité Olímpico Norteamericano. Se sabe que el dinero manda, para esto el Gobierno estadounidense y el de Canadá aportan en conjunto el 29% del presupuesto de la WADA asignado a las autoridades de los países participantes en los Juegos Olímpicos. También el Comité Olímpico de EEUU (USOC) proporciona a la WADA el 27% del presupuesto asignado por otros Comités Olímpicos.
Más: Tachan de politizada la decisión del Arbitraje Deportivo sobre Rusia
Para colmo, McLaren acusó también a los Paralímpicos Rusos en el dopaje sin ninguna prueba metiendo a todos en el mismo saco, simplemente de aumento, pero de aumento político. Hace poco, el vicepresidente del Comité Paralímpico de Rusia, Oleg Simolin, declaró que el Comité Paralímpico Internacional, después del éxito de los atletas con discapacidad rusos en Londres, donde ocuparon el tercer lugar por la cantidad de medallas alcanzadas, "empezó a cambiar las distancias y tipos de competencias en las que nuestros atletas eran fuertes por otras para las que no estaban entrenados".
Curiosamente, la WADA tan quisquillosa con los deportistas rusos, no dijo nada respecto a los países que no cumplieron con el código establecido y suspendieron las pruebas de dopaje: Brasil, España, Bélgica, Francia, Grecia, México. Tampoco la WADA está interesada en hacer investigación de las agencias antidopaje norteamericana y canadiense. Las pruebas de la Usada son reconocidas inmediatamente sin ninguna investigación, mientras que las pruebas de Rusada pueden "ser abiertas y sustituidas las botellas", a pesar de que la compañía suiza productora de recipientes para las muestras de orines Berlinger Special AG declaró que era imposible abrir o reemplazar sus recipientes.
Más aquí: Los Juegos Olímpicos de Río son "los más difíciles de la historia"
Mientras la WADA está callada, los americanos y los británicos están gozando de cetonas. A la vez, los deportistas rusos que lograron ser aceptados en la Olimpiada están luchando a pesar de todos los obstáculos que les pusieron en el camino la WADA y el Comité Olímpico Internacional. En el momento cuando se escribe este artículo ya están ocupando el cuarto lugar por la cantidad de medallas obtenidas. Este es el espíritu ruso que para los occidentales es difícil o, mejor dicho, imposible de entender.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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Entonces, no es de extrañar la respuesta de los globalizadores 'iluminados' norteamericanos y sus lacayos de la OTAN para utilizar hasta los JJOO y así denigrar, calumniar y acusar a los atletas rusos en el fraude del dopaje bajo el control estatal de Moscú.
De
esta manera, los JJOO que se vienen realizando en Río de Janeiro han
sido convertidos por Washington en los Juegos Políticos y deciden
utilizar la doctrina de Obama, que dice: "doblegar al más fuerte en
todos los frentes para que todos se inclinen ante EEUU".
Pese
a toda la parafernalia y a la gran movilización de los medios al
servicio de EEUU para doblegar a los deportistas rusos, esto no ha
podido suceder y pese a la desigualdad de condiciones y el ataque de los
medios, vienen ganando muchas medallas de oro y ocupan los primeros
lugares en los tableros olímpicos, ratificando así su poderío.
Todo
esto no es nuevo, pero sí penoso. Si revisamos lo que ocurría con los
participantes soviéticos en las olimpiadas en el siglo pasado, nos
daremos cuenta que, desde la aparición de la Unión Soviética, los
norteamericanos no podían estar en paz con la idea de que los atletas
soviéticos, a quienes llamaban representantes del 'Imperio del Mal',
eran capaces de vencer a sus colegas del supuesto 'mundo libre' en casi
todas las disciplinas. Entre otras, comenzaron por acusar por ejemplo a
las campeonas soviéticas en lanzamiento de disco, jabalina y martillo de
ser 'machonas hermafroditas'. Sin poder presentar ninguna prueba
válida, exigían que las soviéticas presenten pruebas genéticas de
pertenecer al sexo femenino. Lo hacían por simple resentimiento y su
incapacidad de competir con las atletas soviéticas que eran fuertes y
grandes sin perder la feminidad. Ahora, cuando en la Olimpiada de Río
vemos las enormes figuras de las lanzadoras de bala norteamericanas y de
otros países, a nadie en su sano juicio se les ocurriría acusarlas de
aquellas cosas estúpidas y ofensivas que utilizaba la prensa occidental
contra las lanzadoras soviéticas. Ahora usan otras formas de ataque en
el afán cobarde de ganar a toda costa.
En
1980, los norteamericanos boicotearon los Juegos Olímpicos de verano en
Moscú. Para aquel entonces, los atletas de la URSS y los de los países
socialistas empezaron a ganar un promedio del 58% de medallas. En 1984,
la Unión Soviética, Cuba y Alemania Oriental se negaron a participar en
los Juegos Olímpicos de verano en Los Ángeles. Tenían toda la razón,
pues, los servicios de inteligencia norteamericanos y los medios de
comunicación, que habían planificado las campañas para perjudicar a los
deportistas rusos. Sobre los ataques psicológicos, morales y físicos
preparados contra los deportistas soviéticos durante los Juegos
Olímpicos de Los Ángeles 1984 fueron escritos varios libros. En uno de
ellos, el escritor Philip D'Agati, 'The Cold War and the 1984 Olympic
Games: A Soviet-American Surrogate War' describe con detalles la presión
psicológica que había estado diseñada para los participantes soviéticos
en Los Ángeles.
Lea más: ¿Vuelta a la Guerra Fría? EEUU busca relanzar un comité de vigilancia para la inteligencia rusa
Durante
el segundo período del Gobierno de Barack Obama, la Guerra Fría, esta
vez contra Rusia, fue resucitada de nuevo, especialmente en forma de
guerra mediática y era de suponer que iba a reflejarse de alguna manera
en el deporte. Los primeros indicios aparecieron en 2012, cuando la
ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres
(2012), la corredora rusa Daria Pishchalnikova, mandó un email a la
Agencia Mundial de Antidopaje (WADA) informando sobre el uso masivo del
dopaje en el deporte ruso. Un año después, otra atleta rusa, Yulia
Stepanova, después de ser descalificada por dos años por la WADA por
violar reglas de antidopaje, se convirtió en informante de la
organización.
Lo curioso fue que el propio marido de Yulia,
Vitaliy Stepanov, que trabajó en la agencia rusa de antidopaje (Rusada),
perteneciente a la red mundial de WADA, fue quien le suministraba el
dopaje a su propia mujer y también decidió a ganar buena plata y un
puesto en EEUU. Así se convirtió en un informante de la central
internacional de antidopaje. Se calcula que Stepanov había mandado más
de 200 emails a la WADA desde 2013 denunciando que los rusos habían
resucitado el programa de dopaje de la ex República Democrática Alemana
(RDA). —En los años 1960-1970 se utilizaba el uso de esteroides en el
entrenamiento no solo en la RDA, sino en la República Federal de
Alemania (RFA) con la autorización de la Agencia Federal Alemana de
Antidopaje NADA—.
No
cabe duda que los Stepanov fueron parte de una conspiración orquestada
en Washington y que los conectó con el productor de la cadena alemana de
TV ARD, Hajo Seppelt, quien filmó cuatro documentales bajo el título
'El Secreto del Dopaje: cómo Rusia crea a sus ganadores', y que fueron
presentados el 3 de diciembre 2014. De allí arrancó una fuerte campaña
antirrusa internacional exigiendo prohibir a los deportistas de este
país participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Las
autoridades rusas no prestaron atención seria a esta campaña,
simplemente la descuidaron sin darse cuenta hacia dónde apuntaba esta
vez la guerra mediática antirrusa. No se dieron cuenta que era parte
importante del enfrentamiento geopolítico en términos de una 'guerra
híbrida', que en los últimos cinco años está llevando a cabo
Norteamérica contra Rusia.
Le puede interesar: Occidente no está contento con que el deporte esté por encima de la políticaLos medios de comunicación globalizados no perdieron tiempo en desatar una aguerrida campaña antirrusa. El poderoso The New York Times exigió "prohibir la participación de Rusia en Río", The Times (Londres) declaró que "era hora de sacar Rusia de la Olimpiada", The Guardian anunció que "no hay lugar en la Olimpiada para los tramposos" y el periódico español El País afirmó que "la misión del Comité Olímpico consiste en sacar a Rusia del Siglo Oscuro". La publicación alemana Bild decidió ignorar la participación de deportistas rusos en Río. Las agencias de antidopaje de EEUU, Alemania, Canadá, España, Japón, Suiza y 20 grupos de deportistas olímpicos exigieron también prohibir a los rusos participar en Río. Estas acusaciones pueden ser infinitas si tomamos en cuenta que el jefe del laboratorio ruso de antidopaje, Grigoriy Rodchenkov, declaró a The New York Times sobre una supuesta trama de dopaje durante los Juegos Olímpicos de Sochi, la cual había ayudado a ganar medallas a por lo menos 15 atletas rusos. En la versión de Rodchenkov, el servicio secreto de contraespionaje ruso (FSB) participó en la sustracción y cambio de las pruebas de orines utilizando un agujero en el laboratorio.
Lo
más extraño fue que, tanto los documentales de Hajo Seppelt como las
declaraciones de Rodchenkov, no suministraron ninguna prueba real del
dopaje de los atletas rusos y la participación estatal en este proceso.
Cuando el grupo de periodistas del canal VGTRK de la televisión rusa
llegó a entrevistar a Hajo Seppelt en Alemania, el autor de los
documentales no pudo presentar ni un documento que confirmara sus
acusaciones. La irritación de Seppelt fue tan desproporcionada durante
la entrevista que en un momento trató de arrancar el micrófono a la
entrevistadora y empujar al camarógrafo. Pero allí no terminó el asunto,
pues el documentalista Seppelt persiguió a los periodistas durante más
de media hora en la calle.
Tema: Escándalo de dopaje en RusiaTampoco Rodchenkov pudo suministrar documentos concretos acusatorios a la WADA y a los medios occidentales de comunicación contra los deportistas olímpicos rusos. Sin embargo, para la WADA fue suficiente para iniciar un proceso contra los atletas rusos para no permitirles participar en la Olimpiada de Río. No cabe duda que las instrucciones vinieron de Usada (Agencia de Antidopaje Norteamericana) y del Comité Olímpico Norteamericano. Se sabe que el dinero manda, para esto el Gobierno estadounidense y el de Canadá aportan en conjunto el 29% del presupuesto de la WADA asignado a las autoridades de los países participantes en los Juegos Olímpicos. También el Comité Olímpico de EEUU (USOC) proporciona a la WADA el 27% del presupuesto asignado por otros Comités Olímpicos.
Después
de que los esposos Stepanov y Rodchenkov se refugiaran en EEUU, la WADA
acusó en noviembre 2015 a Rusia por la "violación de las reglas
antidopaje" y recomendó a la Asociación Internacional de la Federación
de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) apartar a los atletas
rusos de las competencias incluidas en los Juegos Olímpicos de Río de
Janeiro. El 17 de junio 2016, el Consejo de la IAAF suspendió la
participación de los atletas rusos. Para colmo, esta prohibición se
extendió, como un ejemplo de castigo a toda la delegación paralímpica de
Rusia, es decir, a 267 atletas discapacitados. El Comité Internacional
Paralímpico basó su decisión en el informe de 323 páginas de la Comisión
Independiente dirigida por el abogado canadiense Richard McLaren.
En este informe, elaborado en 2015, McLaren
acusa a Rusia de aplicar un sistema de dopaje a sus atletas auspiciado
por el Gobierno. Lo interesante fue la historia de este informe. Ya en
2011, la WADA utilizó a un exagente de la DEA, Jack Robertson, para
'investigar' el dopaje de los atletas olímpicos y fue él quien conectó a
la atleta rusa Stepanova con el documentalista Seppelt. Desde el
comienzo de la investigación, en la que participaron además de Robertson
cinco exprofesionales de la CIA, el FBI, el Servicio Secreto y la DEA,
el énfasis fue orientado hacia los deportistas rusos. Según
instrucciones de la WADA, no les debían interesar a los investigadores
los casos de dopaje en otros países.
En
abril de 2015, el presidente de la WADA, Craig Reedie, mandó un email a
la asesora del Ministro de Deporte de Rusia, Natalia Shelanova,
diciéndole de no preocuparse sobre la investigación relacionada con los
atletas rusos. Decía la misiva: "Yo aprecio mucho las relaciones con el
ministro de Deporte Mutko y estaré muy agradecido si usted le informa
que no hay ninguna intención de la WADA para afectar nuestras
relaciones". Tiempo después, The Daily Mail de Londres difundió aquel
email y la campaña antirrusa se agrandó de golpe, dando prioridad al
informe de McLaren.
A nadie le interesó que el documentó fuera
basado prácticamente en las declaraciones del exjefe de la Rusada,
Radchenkov, que acusó a las autoridades rusas sin presentar ninguna
prueba. Tampoco McLaren tomó en cuenta los documentos enviados por las
autoridades rusas y no presentó el nombre de ningún atleta ruso acusado
de dopaje. Por alguna razón omite los datos científicos de la WADA que
muestran que los atletas rusos tienen poca incidencia en el dopaje y que
este fenómeno no es de exclusividad de los rusos sino de todos los
países.Más: Tachan de politizada la decisión del Arbitraje Deportivo sobre Rusia
Para colmo, McLaren acusó también a los Paralímpicos Rusos en el dopaje sin ninguna prueba metiendo a todos en el mismo saco, simplemente de aumento, pero de aumento político. Hace poco, el vicepresidente del Comité Paralímpico de Rusia, Oleg Simolin, declaró que el Comité Paralímpico Internacional, después del éxito de los atletas con discapacidad rusos en Londres, donde ocuparon el tercer lugar por la cantidad de medallas alcanzadas, "empezó a cambiar las distancias y tipos de competencias en las que nuestros atletas eran fuertes por otras para las que no estaban entrenados".
Curiosamente, la WADA tan quisquillosa con los deportistas rusos, no dijo nada respecto a los países que no cumplieron con el código establecido y suspendieron las pruebas de dopaje: Brasil, España, Bélgica, Francia, Grecia, México. Tampoco la WADA está interesada en hacer investigación de las agencias antidopaje norteamericana y canadiense. Las pruebas de la Usada son reconocidas inmediatamente sin ninguna investigación, mientras que las pruebas de Rusada pueden "ser abiertas y sustituidas las botellas", a pesar de que la compañía suiza productora de recipientes para las muestras de orines Berlinger Special AG declaró que era imposible abrir o reemplazar sus recipientes.
Pero
a quién de la WADA o el Comité Olímpico Internacional le interesa todo
esto cuando el Senado y la Cámara de Representantes de Norteamérica se
pronunciaron contra los atletas rusos y en su percepción tienen
jurisdicción de EEUU sobre el deporte internacional. Por algo EEUU ha
contribuido con millones de dólares a la WADA y, para el próximo año, su
aporte gubernamental se incrementará de 3,7 a 4,8 millones de dólares
por la "buena conducta" de la WADA.
Será por esto que la WADA no
consideró como dopaje el tónico DELTA G ofrecido como experimento a unos
300 atletas olímpicos estadounidenses y británicos. Este tónico basado
en cetonas (ketones), elaborado por la profesora de Oxford Kieran
Clarke, aumenta el rendimiento de los deportistas. Anteriormente, su
autora creó un tónico para las fuerzas armadas para aumentar su
capacidad de combate y resistencia.Más aquí: Los Juegos Olímpicos de Río son "los más difíciles de la historia"
Mientras la WADA está callada, los americanos y los británicos están gozando de cetonas. A la vez, los deportistas rusos que lograron ser aceptados en la Olimpiada están luchando a pesar de todos los obstáculos que les pusieron en el camino la WADA y el Comité Olímpico Internacional. En el momento cuando se escribe este artículo ya están ocupando el cuarto lugar por la cantidad de medallas obtenidas. Este es el espíritu ruso que para los occidentales es difícil o, mejor dicho, imposible de entender.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
Les invitamos a comentar la publicación en nuestro sitio web, Facebook o Twitter.
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