Marcela Belchior
Adital
Ya pasó casi un mes
de la masacre
estudiantil en la ciudad mexicana de Iguala y las conjeturas sobre el
paradero de los 43 estudiantes desaparecidos comienzan a señalar cada vez más
hacia la tesis de que los jóvenes habrían sido brutamente asesinados. El último
17 de octubre, el sacerdote mexicano Alejandro Solalinde, activista en la causa
de los migrantes y defensor de los derechos humanos en el país, afirmó a la
prensa que los normalistas fueron quemados estando vivos.
Para tal
declaración, él utiliza las afirmaciones de testigos del caso, que prefieren no
identificarse ni denunciar formalmente lo ocurrido por temor a represalias. "Lo
dije porque esas personas que están buscando a sus hijos merecen la verdad,
porque ésta es una forma de presionar al gobierno. Si yo digo esto, ellos están
obligadísimos a demostrarme que soy un mentiroso”, declaró Solalinde a los
periodistas.
Con
la declaración a la prensa, Solalinde quiere presionar al gobierno a esclarecer
el caso. Foto: Reproducción. |
El sacerdote afirmó
que desconoce el lugar de la supuesta masacre que habría victimado a los
normalistas desaparecidos y dijo que sus fuentes están aterrorizadas con la posibilidad de ser las próximas víctimas del
caso. "A mí no me dijeron
como había sido. Simplemente fueron personas que vieron, en última instancia, a
última hora, como los habían quemado”, contó el clérigo.
Para él, si los
normalistas estuviesen vivos, no dejarían que el caso generase tamaña
repercusión nacional e internacional. El silencio de los jóvenes, según el
sacerdote, es la mayor prueba de que ellos están muertos. Ganador del Premio
Nacional de Derechos Humanos de 2012, el sacerdote afirmó también que lo más
seguro es hacer que los testigos del caso salgan del país y se protejan contra
ataques de los involucrados en la masacre estudiantil. Las autoridades afirman
que Solalinde debe ser intimado a prestar declaración sobre las informaciones
que afirma tener.
El último 17 de
octubre, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunió con
representantes del área de Seguridad Pública y anunció a la prensa que la
prioridad es encontrar a los estudiantes desaparecidos. El procurador general
de la República de México, José Murillo Karam, llegó a decir que el órgano
ofrece recompensas en dinero a cambio de cualquier información que permita
localizar a los jóvenes.
Para el sacerdote,
sin embargo, la posición de las autoridades no pasa de una simulación: "Yo creo
que en esa reunión de seguridad de tuvo el presidente no se trató la manera de
buscar a esas personas, pues ya no son buscables, sino más bien cómo manejar
esto, porque es una papa caliente que tiene el presidente, que tiene el partido
PRI [Partido Revolucionario Institucional], que tiene el gobierno; y que México
está a punto de ser incendiado”, afirmó a la prensa el sacerdote.
Además, Solalinde
aseguró que el gobernador del Estado de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero,
sabría del destino de los estudiantes. "Él sabe perfectamente todo esto. Lo
sabe. Porque es imposible que pase nada sin que lo sepa”, dijo el activista.
Hasta ahora, las
autoridades detuvieron a 36 agentes policiales acusados de involucramiento en
el ataque a los estudiantes y 17 supuestos miembros del grupo delictivo
Guerreros Unidos, acusados de ser los autores de los disparos contra los
jóvenes. Mientras tanto, crece la presión en todo el país para que el gobierno mexicano
esclarezca el caso. El último 15 de octubre, una huelga académica tomó grandes
proporciones, en la que los manifestantes amenazaron con tomar 81 alcaldías del
Estado de Guerrero. Al día siguiente, cumplieron el aviso, ocupando seis
palacios municipales, incluyendo el de Iguala.
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Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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