La Dirección de Ayotzinapa
Rebelión/Universidad de la Filosofía
Es
hora de hablarnos con toda crudeza. Parte de lo que nos pasa se debe,
también, a que estamos desorganizados y huérfanos de una política
emancipadora. Algo de lo más peligroso que puede ocurrir a los
familiares y compañeros de los normalistas asesinados; a los
desaparecidos y a todo el pueblo mexicano, es ser derrotados por las
trampas añejas ensayadas sistemáticamente contra toda expresión de
malestar y contra toda voluntad de cambios. Se trata del peligro de ser
ignorados, el peligro de ser usados y el peligro de ser usurpadas las banderas.
Se trata del peligro de ver tergiversadas las demandas y, por colmo, de
ser criminalizados, satanizados y encarcelados por tener la razón y por
luchar por sus derechos. En eso las cúpulas del PRI, el PAN y el PRD,
aliados con TELEVISA, son expertos nefastos.
Se vive en México un
clima irrespirable que empeora con los años, los lustros y las décadas,
por cada hecho macabro que multiplicado por miles tapiza la historia de
un país secuestrado sanguinariamente por el neoliberalismo. Hoy
llegamos a límites de la criminalidad monstruosa que arremetió contra
estudiantes (masacrados y desaparecidos) luchadores sociales
comprometidos con el pueblo. Reina un clima de impotencia y
desesperación que debe trascender la ira para volverse organización y
movilización de largo plazo. Se vive un ambiente de repudio
generalizado contra todas las instituciones gubernamentales, contra
todos los partidos políticos, contra el sistema judicial en su
totalidad y contra esa parte de las maquinarias mediáticas que son
protagonistas pertinaces de la criminalización y la calumnia a destajo.
Si el país no estuviese militarizado con el pretexto de la guerra
contra el “crimen organizado”, habrían proliferado muchas más
expresiones de hartazgo, furia y ascenso de conciencia.
Más
que nunca se requiere un frente único de todas las organizaciones
sociales, es decir de los estudiantes en huelga unidos con los
maestros, unidos con los grupos de autodefensa, unidos con las bases
del MORENA, unidos con los sindicatos. Necesitamos dinamizar la
dirección del movimiento por Ayotzinapa y MORENA tiene una oportunidad
para acompañar mejor que nadie a los estudiantes que, hoy por hoy,
pueden hacer un llamado histórico a la clase trabajadora rumbo a un
frente unificado y organizado a nivel nacional e internacional. Desde
hoy es nuestro deber luchar por esa unidad porque sólo el pueblo salva
al pueblo.
Pero eso requiere dar una batalla honda que rompa
con los prejuicios “anti-políticos” que se han inoculado en las cabezas
y las luchas de muchos jóvenes. No son pocos los que piensan y creen
que la “política” es sólo ese marasmo de corrupción, cinismo y
demagogia que han vito siempre escurriendo de las cúpulas de los
partidos políticos como el PRD, PRI, PAN, PVEM. No son pocos quienes
creen que es imposible la Política sin la mezquindad, la usura y la
criminalidad con que se ha impuesto a México eso que han llamado
“política” los oligarcas durante muchas décadas. Contra eso es
imprescindible construir una revolución semántica y una práctica nueva
de la política en manos de esos jóvenes inspirados en una política
revolucionaria a su vez inspirada en las conquistas históricas que se
ganó el pueblo de México con la Revolución y con el gobierno de
Cárdenas por ejemplo. Una política en verdad distinta y libre que sea
herramienta de lucha contra todas las formas de la vieja política
impuesta en México por el capitalismo y sus peleles. Nueva política
impulsada, también, por los jóvenes para derrotar a la crisis de
dirección revolucionaria que aqueja a la humanidad entera. Revolución
de la política con canales de base capaces de expresar el descontento
una explosión de propuestas dirigidas por consenso y llamando siempre a
otros grupos para que se unan y sean también el movimiento, tanto a
nivel estatal como nacional e internacional.
Esta tarea de
llevar a la práctica una política liberada de las definiciones
corruptas dominantes en México, puede poner rápidamente al gobierno y
al empresariado que lo apoya, bajo una presión muy poderosa que logrará
una solución al caso Ayotzinapa (y a muchos otros casos). Lo que no
puede ni debe pasar es que la política nueva de los jóvenes se trate de
sólo una explosión de enojo o momentánea. Solamente así puede rendirse
homenaje a los caídos y a los desaparecidos y sólo así puede marcarse
un punto de inflexión en la situación política de México. Es preciso
cuestionar a todo el sistema de mafias criminales, someter a juicio y
justicia social a los políticos burgueses en todos los niveles. Si los
jóvenes han comenzado a revelarse necesitan que su rebelión produzca la
fuerza de la acción política de todo un pueblo que los acompaña y
espera su dirección política al lado de los trabajadores, de los
obreros, que son indispensables para consolidar al movimiento.
Solamente así será posible poner fin a la espiral de violencia,
represión y masacre en que nos ha hundido el sistema capitalista.
Los jóvenes en México integran al 70% de la población. Esos jóvenes
viven con un sentimiento de incertidumbre, abandono e insatisfacción y
no tienen otro camino que unirse contra un solo enemigo y en una sola
lucha porque viven en un callejón sin salida creado por un sistema
depredador que impone su avaricia y su desfachatez a la inmensa mayoría
de los mexicanos. No será el gobierno espurio quien detenga la
violencia infernal del “crimen organizado” mientras eso le reporte
beneficios muy diversos.
Sólo con una política nueva, fresca
y correcta, capaz de eludir las provocaciones, los prejuicios y las
infiltraciones, los jóvenes de México hermanados (desde y con
Ayotzinapa) darán una lección política nueva a todo mundo. En su
situación actual la lucha por justicia y presentación de los
desaparecidos tiene preocupados a los 3 poderes que sólo han probado
ser parásitos inútiles, enemigos de los trabajadores y del pueblo
mexicano. En ellos no podemos confiar ni un milímetro. La lucha, tarde
o temprano, tiene que ser por derrumbar al capitalismo en todas sus
expresiones. Luchar por lo inmediato y por lo mediato. Eso sólo es
posible con organización y con ideas políticas de nuevo género capaces
de entender a fondo los problemas y anhelos de la juventud y frenar a
todo lo que ataca a nuestro pueblo. ¡Vivos se los llevaron, vivos los
queremos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario