Toma esto.” Doña Maria pasa la foto de uno de sus cuatro hijos
desaparecidos a una mujer joven que camina al lado y toma la silueta
hecha en papel de uno de los estudiantes desaparecidos. Explica, “Todos
son nuestros hijos.”
La nación está de luto, y de lucha.
La marcha en la capital del país empezó en el Angel de la Independencia, donde los contingentes salieron a la calle y se encaminaron hacia el Zócalo. Fotos de los estudiantes desaparecidos, mensajes de solidaridad con Ayotzinapa y expresiones de indignación escritos a mano en cartulinas siguieron a las mantas tradicionales que identifican a los grupos. En letra cursiva grande pointado en la base de una fuente capitalina se lee a Descartes prafraseado: Pienso, y luego me desaparecen.”
Miles de jovenes gritan: “¿Por qué, por qué, por qué nos
El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad se sumó a la marcha, junto con otras organizaciones de víctimas. También marcharon organizaciones de derechos humanos y sindicatos.
La indignación de la población seguramente crecerá en las próximas semanas. Es predecible que en el transcurso de la investigación los desaparecidos pasarán a la columna de los asesinados, a pesar de que el 14 de octubre el Procurador aununció que los cadáveres encontrados en las primeras fosas clandestinas no son los estudiantes. Eventualmente, más familias perderán la última esperanza que les queda.
Lo cierto es que México está viviendo un cambio de conciencia. Un país que mata a sus jóvenes disidentes o descontentos, destroza su futuro. El caso Ayotzinapa despertó el coraje de una gran parte de la población. Ee moviliza en ciudades en todo el país en contra de la impunidad y en solidaridad con los estudiantes. Hace falta más organización de base, más presión y más protestas para lograr justicia en estos casos. Y hará falta aún más para asegurar que estos crímenes no se repitan.
Photos: Gerardo Sánchez
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