Por Luis Manuel Arce*
Panamá
(PL) No existe la globalización, eso es mentira, existe la
globocolonización y el gobierno de Estados Unidos del presidente Barack
Obama ha sido muy malo para el mundo porque ha perfeccionado ese proceso
con intervenciones como la última en Ucrania, afirma Frei Betto.
Así se expresó el fraile dominico brasileño en una larga entrevista
concedida a Prensa Latina aprovechando su paso por Panamá donde fue
invitado por la Fundación Ciudad del Saber a dictar una conferencia
magistral sobre el futuro de América Latina.
Tomando como
referencia esa temática, abordamos con el destacado analista asuntos
puntuales que dieran la oportunidad de hacer valoraciones más allá de la
coyuntura actual.
PL.- ¿Cómo usted aprecia el gobierno del
presidente Barack Obama, más positivo o más negativo para América Latina
que los anteriores?
FB.- Yo diría que es más positivo para
América Latina en el sentido de que Obama no tiene ningún conocimiento
de América Latina ni ninguna otra sensibilidad, y por eso ha sido menos
agresivo que los Bush o Reagan y que otros anteriores.
Pero ha
sido un gobierno muy malo para el mundo porque es un gobierno que ha
perfeccionado todo el proceso de globocolonización, con intervenciones
por ejemplo en Ucrania, en Siria, en Libia y otros países. Es la policía
del mundo.
Descaradamente ha estado por encima de todas las
leyes y los tratados internacionales, no le da ninguna importancia a
esos acuerdos y no hay cómo sancionarlo.
Por suerte ya no somos
aquel rebaño de ovejas que bajaba la cabeza ante el pastor de la Casa
Blanca, hoy tenemos más soberanía, más independencia y más claridad de
qué caminos liberadores queremos seguir.
PL.- Tomando como fiel
de la balanza a ese mismo gobierno de Obama, ¿cómo aprecia usted la
correlación de fuerzas políticas en América Latina? ¿Está a favor o en
contra de Estados Unidos?
FB.- Yo diría que la correlación de
fuerzas es bastante desfavorable para Estados Unidos por todos los
avances de jefes de Estado latinoamericanos identificados con los pobres
y elegidos democráticamente.
Es un proceso que comenzó con la
elección del presidente Hugo Rafael Chávez en 1998 y ahora sigue con
muchos jefes de Estado de América Latina que unánimemente han estado
apoyando a Cuba y están contra el embargo de Estados Unidos.
Obama y los líderes de la Casa Blanca se han dado cuenta que ya no
pueden tratar a América Latina como hacían en los años 60 y los
anteriores, y tienen que estar muy preocupados por ese desequilibrio.
Ya América Latina dejó de ser el patio trasero de la Casa Blanca y los
países que estaban atados a Estados Unidos se han emancipado como
Panamá en el año 1999, y ahora solo falta Puerto Rico por liberarse de
la tutela estadounidense para completar ese proceso de liberación de las
fauces del imperio.
Por eso creo que la correlación de fuerzas
es más favorable hoy para nosotros los progresistas que cuando Estados
Unidos no solamente metía la pata en nuestros países sino que promovía
golpes militares fascistas que han tenido un costo humano, político y
económico muy alto para América Latina.
PL.- ¿Cuáles son los
principales peligros que acechan a América Latina que podrían cambiar
esa correlación de fuerzas contraria a Estados Unidos?
FB.-
Bueno la principal es la contradicción esa que vivimos de tener
políticas progresistas con una economía capitalista, es decir, todavía
no hemos encontrado un modelo económico post capitalista que permita dar
un paso de ese capitalismo a una economía más solidaria, más
cooperativista, más popular.
Este es un nudo sin desatar muy
preocupante, como también la falta de un trabajo más intenso de
concentración y organización política sobre todo en los sectores
populares y los jóvenes.
Creo que no se hacen avances políticos
solamente con consignas y políticas sociales más positivas hacia los
jóvenes, sino que es necesario también otro tipo de alimento para los
más pobres, que es el alimento espiritual, ideológico, educacional para
que la gente, cumpliendo el significado de ese proceso, avance hacia un
futuro de justicia y de paz.
PL.- ¿No cree que los instrumentos
de integración que se han creado en la región, y no solamente los
económicos y comerciales, pudieran contribuir a ese avance hacia el
futuro de justicia y paz que usted señala?
FB.- Si, yo creo que
es muy importante que haya esa multiplicación de organismos, el problema
es que por ahora todos ellos son superestructurales, y el futuro no
está tanto en esos organismos, sino en la manera como la gente mira ese
proceso.
La gente solo puede soportar las dificultades, desde
caminar hasta lo que sea, si comprende la razón del por qué hay que
enfrentarlas, y muchas veces no hay una concientización de ese proceso y
la gente que está siendo beneficiada desde el punto de vista económico,
no tiene conciencia política de qué significa.
Por lo tanto
hay que valorar los instrumentos creados, incluso mediáticos como
Telesur; estar atentos y hacer un trabajo de base justamente para
mantener viva y actuante la organización popular con un proceso intenso
de educación del pueblo.
No creo que fuera de ese contexto
vayamos a esperar que la gente asuma una posición progresista por sí
misma en el mundo de hoy cada vez más de derecha en general.
En
el Parlamento Europeo las fuerzas de derecha han crecido mucho, no hay
fuerzas de izquierda lo cual es una lástima porque Europa en el siglo XX
tuvo una fuerte tradición izquierdista, incluso en Italia, y el mundo
socialista europeo.
Ahora prácticamente el único continente que
tiene esperanza de futuro es América Latina, y la responsabilidad que
tenemos es priorizar y preservar ese proceso progresista, pero eso no se
consigue con consignas y con avances electorales solamente. Es
necesario crear raíces más profundas, sobre todo en las redes sociales
que son muy manipuladas por los conservadores, los capitalistas, la
derecha, y de ahí la responsabilidad que tenemos de profundizar el
trabajo político y educativo.
PL.- En el plano económico hay
muchos fantasmas que rondan la integración latinoamericana. ¿Con la
Alianza del Pacífico usted lo cree así?
FB.- Sí, claro, pero
esta esquizofrenia que he mencionado antes de que tenemos una política
progresista en la mayoría de los países con una economía conservadora
puramente capitalista, es lo más peligroso, aunque la ventaja es que hay
más solidaridad entre los países de América Latina desde el punto de
vista económico.
Hay crédito, facilitación en el comercio de
productos, hay una integración económica mucho más significativa que en
décadas anteriores, pero con muchas dificultades para mantener baja la
inflación, actualizar anualmente los salarios, y sobre todo crear
posibilidades a las pequeñas y medianas empresas privadas sin que eso
sea la semilla de un proceso capitalista monstruoso.
Estamos por
la tanto ante un desafío muy fuerte, como crear una economía compatible
con esas políticas progresistas, con esos anhelos populares por
gobiernos como el de Dilma en Brasil, Mujica en Uruguay, el de Evo en
Bolivia, Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, y así en otros países.
PL.- Hablando de los países de América Latina ¿Qué está pasando en Venezuela y por qué?
FB.-
Bueno, lo primero es tomar en cuenta que Venezuela es el principal
foco de subversión estadounidense en América Latina, y pasa algo muy
sencillo, y es que Venezuela es el segundo suministrador de petróleo de
Estados Unidos después de Arabia Saudita.
Ocurre que para que un
barril de petróleo de Arabia saudita llegue a estados Unidos tienen que
pasar 45 días, y uno suministrado por Venezuela llega en cuatro días,
por lo tanto la diferencia de precios es enorme entre uno y otro.
Por eso todo lo que Estados Unidos pueda hacer para desestabilizar a la
revolución bolivariana lo va a seguir haciendo y no podemos ser
ingenuos.
Venezuela cuenta con la solidaridad de todos los
países que están en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (Celac) y eso es muy bueno, ya sea una solidaridad activa como la
de Cuba, Brasil, o pasiva de países que al menos no condenan ni están
en contra del gobierno de Maduro, pero se mantienen en silencio porque
tiene sus intereses con Estados Unidos.
Ahora, yo creo que
también hay un desafío interno en Venezuela fuerte que requiere un
trabajo político intenso sobre todo con los jóvenes.
Yo creo que
algo que todavía no se hizo debidamente en Venezuela es un trabajo
político con el movimiento estudiantil, un trabajo de organización de
base que lleve a los muchachos a comprender el proceso bolivariano con
más profundidad, más conciencia y más participación.
PL.- Y en
el caso de Brasil, que es diferente al de Venezuela, ¿por qué esas
manifestaciones? Si no son contra el gobierno, ¿por qué se producen
entonces?
FB.- Bueno, en verdad lo de Brasil es diferente a
Venezuela, allí se ha avanzado mucho en los años de gobierno del Partido
de los Trabajadores, pero ha sido un gobierno madre de los pobres y
padre de los ricos, y hasta cuándo esa contradicción va a sobrevivir no
sé.
Este año tenemos elecciones, yo estoy seguro que Dilma va a
reelegirse, aunque uno siempre tiene sus temores porque la oposición
puede volver al gobierno.
Porque si por un lado el Partido de
los Trabajadores ha promovido una fuerte inserción económica de los
pobres donde 55 millones de personas han sido beneficiadas con mejorías
efectivas desde el punto de vista económico, es también un gobierno
despolitizante por más paradójico que te parezca.
Es decir, un
gobierno que no trató ni trata de hacer todavía un trabajo político de
valorar los movimientos sociales y sindicales, y por eso las
manifestaciones, y los muchachos en las calles y en el mundial de fútbol
van a seguir en sus demandas de lograr un lugar político porque quieren
participar, pero no han sido convocados ni movilizados, y esa es la
preocupación porque ellos saben por qué protestar pero no saben cómo o
qué proponer.
Entonces eso puede ser un caos en el futuro que puede ser aprovechado por la derecha.
PL- Hasta donde tenemos entendido no es un movimiento contra el
gobierno, sino en demanda a una mayor participación en los procesos y
decisiones oficiales ¿es así?
FB.- Sí, es así, lo que sucede es
que el gobierno ha cometido el equívoco de facilitar al pueblo de Brasil
acceso a los beneficios personales, un coche, créditos, nevera,
televisión, cada casita en las fabelas tiene de todo eso, pero siguen
viviendo en la fabela y no tienen beneficios sociales.
Y cuando
ellos reclamaban mejoras sociales el gobierno decía que no tenía dinero,
y de súbito para la Copa del Mundo sí hay y han construido estadios
deportivos enormes por millones y millones de dólares.
Pero la
gente no tiene educación de calidad, transporte público, sanidad,
vivienda decorosa, y de ahí las protestas, pues cómo dices que no tienes
dinero y cuando viene la FIFA empieza a aparecer tanto dinero como si
cayera del cielo, entonces ahí está la cosa.
La gente no está
contra el gobierno, pero está manifestando su desacuerdo con la
administración que no priorizó el mejoramiento de la calidad de vida y
la situación social del país.
PL.- Y en el caso de Colombia, qué
ha ocurrido que, para sorpresa de muchos la ultraderecha sale mejor
parada como si la gente hubiera votado minoritariamente por el proceso
de paz?
FB.- Bueno, el problema de Colombia es un poco el
reflejo de toda esta política imperialista de la que hemos estado
hablando, de hacer que la gente vaya cambiando la libertad por la
seguridad, y la propaganda del miedo es eficaz y por eso hay gente que
termina favoreciendo a la derecha y no al proceso de paz.
Pero
yo tengo la esperanza de que el proceso de paz es el que va a ganar,
porque no hay otra salida, e incluso a los propios Estados Unidos no les
interesa más seguir incrementando esa guerra y les es mejor el proceso
de paz, y por eso pienso que al final ganan los que opten por la paz.
lma
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