El presidente ecuatoriano Rafael Correa, puntualizó el martes que son los Estados quienes decidirán si se dan reformas en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y no la opinión del secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
Correa se pronunció así en referencia a la propuesta hecha por varios países miembros del ente mencionado y de bloques regionales para un cambio de sede de la CIDH que actualmente se encuentra en EE.UU., un país que no ha ratificado el Pacto de San José o reglamento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
En declaraciones previas a la 44ª Asamblea General de la OEA, Insulza, había asegurado que ese pedido era inviable, puesto que la secretaria de la CIDH es la secretaría general de la OEA y un cambio, implicaría trasladar la sede de la propia OEA.
En este contexto, Correa señaló que ese, “era el criterio del secretario de la OEA, pero la máxima autoridad de la OEA somos los Estados, la Asamblea General, nosotros decidimos. Pero lo que sí es cierto es que el argumento de Insulza me pareció bastante insulso”.
La semana pasada, se llevó a cabo en Haití, la IV Conferencia de Estados Parte del Pacto de San José, en la que luego de debatirse sobre el mismo tema, Haití se ofreció para acoger a la sede de la CIDH en caso de aprobarse las reformas al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
De igual forma, la representación ecuatoriana presentó un proyecto de resolución en la 44ª Asamblea Anual de la OEA, que pretende cambiar la sede de la CIDH, actualmente en Washington, así como su financiación, argumentando que las acciones de esta entidad respecto a la garantía de los derechos humanos en la región han sido injustas y a conveniencia de EE.UU.
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