Democracias en el Sur
Sistema Democrático
La afirmación del sistema democrático como forma de gobierno aparece,
actualmente, como la mejor opción cuando se pretende que las sociedades
sean cada vez más incluyentes e igualitarias. Pero no siempre este
deseo de igualdad se obtiene bajo este sistema de gobierno, porque está
inmerso en el concepto capitalista de acumulación de capital, sin
freno, por parte de las minorías más poderosas. La mayoría de las
democracias latinoamericanas, que están combatiendo al neoliberalismo
de los 90, se enfrentan a esta problemática.
Los sectores beneficiados con las políticas neoliberales, solamente reconocen la democracia, si ésta está ejercida por gobiernos que favorecen y respetan, ampliamente, sus privilegios. Las nuevas democracias luchan por alcanzar la igualdad de todos los ciudadanos enfrentando conflictos permanentes. En los setenta, cuando se conceptuaba la revolución por vía armada, no se creía que con la democracia, se respetarían los derechos igualitarios e incluyentes para todos. Se es conciente que para lograrlo hay que seguir, obstinadamente, peleando por la emancipación de los países poderosos que siguen actuando de acuerdo a sus beneficios. Los opositores internos a esta camada de democracias del Sur, son deseosos de pertenecer al primer mundo, parecerse a ellos y no consideran “justo”, que cualquiera goce de parte de los beneficios que ellos creen tener por derecho ancestral.
Las democracias actuales se enfrentar a los persistentes acechos del mercado con intenciones desestabilizantes. Esta lucha con los poderes económicos no es acompañada por las clases altas, ni por los monopolios económicos, ni por los partidos políticos opositores, aunque todos hablan de democracia e institucionalidad.
Antes de los ochenta, cuando algún gobierno democrático no satisfacía en todos sus privilegios a las clases dominantes, se recurría a golpes militares que instalaban dictaduras económicas y que han recurrido a una represión genocida inconcebible, para no dejar dudas de que no se iba a aceptar la posibilidad que la riqueza se distribuya equitativamente.
Recursos Naturales Para avanzar hacia la independencia económica, necesaria para ejercer la democracia para todos, los países que son poseedores de recursos naturales, deben proyectar su utilización. Nada es fácil, porque justamente, a los países capitalistas del primer mundo no les conviene que los países emergentes se independicen. Por el contrario quieren ellos extraer y utilizar los recursos naturales que son vastos en el sur de América. Se ve, a esta altura del desarrollo que han obtenido con mucho esfuerzo varios países suramericanos, que las derechas internas y los poderes externos ya están actuando para impedir que este proceso siga creciendo.
Los países dominantes y los grupos seudoecológicos no cuestionan la acumulación de riqueza en manos de pocos, generada con explotaciones realizadas en territorios ajenos, pero se manifiestan en contra de la explotación de los recursos naturales si los países emergentes la realizan para sí. Los países progresistas de la región, por el contrario, han logrado, con impulso propio realizado cumpliendo con las distintas políticas de control y sociales, avanzar en la redistribución de la riqueza. Todo esto está amenazado en varios países, incluido el nuestro.
Ecología
La disyuntiva entre el extractivismo y la ecología existe, pero un estado democrático, que tiene como proyecto que la vida de todos tiene que valer lo mismo, no puede ni debe aceptar que algunos usen toda la tecnología y el confort, cuya posibilidad está en su poder económico, y que las posibles consecuencias negativas por la extracción de insumos las sufran otros que trabajan en las zonas extraíbles. Además la ganancia queda para las empresas que usan estos materiales para la construcción de elementos electrónicos de gran consumo. Este estilo de democracia, es respetada en los países capitalistas. Los países que en estos años están trabajando para conseguir los derechos sociales igualitarios, usando como forma de gobierno la democracia, no aceptan que estas explotaciones y desigualdades continúen. Un Estado Regulador es necesario para sostener lo obtenido y seguir avanzando. Estas democracias no son respetadas por los defensores de privilegios.
El Estado, debe regular la producción, la comercialización y el abastecimiento alimentario interno, cumpliendo con la normativa y con el conocimiento experto de los ciclos regulares de la naturaleza, para minimizar el impacto de la extracción. Educar a todos los ciudadanos, pudientes o no, de hacer uso racional de los bienes dependientes de la naturaleza, y fomentar la participación ciudadana en el cuidado de los recursos naturales, así como promover la equidad en la distribución de los recursos, es tarea fundamental de esta etapa, en la que se ha avanzado en el enfrentamiento a grandes corporaciones y en la inclusión social.
Lo ecológico, no puede abarcarse aisladamente de todas estas consideraciones. La posición actual de los países latinoamericanos implica un cambio de concepción que no puede conseguirse si no es colectiva y participativa. Los países de la Unasur lo deben difundir y concretar en conjunto. Los recursos naturales explotados en esta línea, en la región, son necesarios en muchos aspectos: la industrialización para el desarrollo autónomo, la protección de los trabajadores, la redistribución de la riqueza y la soberanía.
Capitalismo, democracia e Izquierdas Las izquierdas más tradicionales no han querido, o podido, aceptar esta posibilidad de democracia en el capitalismo. Lamentablemente, no contribuyen a que la democracia sea cada vez más profunda y que efectivamente la independencia se consiga con cada medida igualitaria y soberana. Es decir, no creen en la democracia, y generalmente terminan asociándose con la derecha en contra del gobierno democrático. De todos modos no se abstienen en las elecciones democráticas y se alegran cuando obtienen una banca en el Congreso.
La mentalidad del crecimiento infinito que mueve a los capitalistas a acumular más y más riqueza, es la que ocasiona los verdaderos problemas ecológicos. La extracción de recursos naturales, regulados por el Estado, con el cumplimiento de todas las normas de seguridad, no tiene por qué ser un obstáculo para la protección de la naturaleza y la vida. Los beneficiados de siempre no quieren, ni piensan, como algo razonable, que los habitantes de algunas regiones que tiene riqueza bajo su suelo, no tengan solucionado su medio de vida. Cumpliendo con todos los preceptos de regulación, la extracción puede ser una operación viable y sustentable.
Argentina en desarrollo
Gas y petróleo
En Argentina, la recuperación de YPF a manos del Estado, revirtió el camino descendente de la producción de petróleo y gas que se produjo durante la administración de REPSOL . Se frenó la salida de divisas al exterior sin inversión local. La rentabilidad dejó de ser la única finalidad del proyecto, permitiendo que las inversiones estén estratégicamente direccionadas al proyecto de desarrollo nacional autoabastecido.
Energía nuclear
También en este período se ha trabajado en la continuación del Plan Nuclear, interrumpido durante los años ochenta y noventa. En 2006 con el Plan de Reactivación de la Actividad Nuclear, se rescató el propósito con la que fue creada la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA): Diversificación y modernización de la matriz energética, acrecentamiento de la oferta eléctrica, explotación minera de Uranio, producción de agua pesada, aumento y recuperación de personal calificado en la materia, etc.
Argentina está comprometida con el uso pacífico de la Tecnología Nuclear y con la seguridad de todas sus instalaciones sin renunciar al derecho inalienable de desarrollar Tecnología Nuclear con fines pacíficos. No se acepta, bajo ningún concepto, límites al derecho soberano de los países a la autonomía tecnológica. Muestra de todo este compromiso, son la finalización de la Central Atucha II, el continuo y satisfactorio funcionamiento de las Centrales Atucha I y Embalse y de los reactores de investigación. Es una industria autónoma que provee de energía al país y que permitió exportar reactores de investigación internacionalmente. El reactor CAREM de diseño argentino, también es un logro en esta asignatura.
El sector nuclear argentino encarna la posibilidad de que una Argentina soberana en su tecnología, se industrialice y avance en su fase inclusiva. Entre 2006 y 2014, se establecieron unos 6000 nuevos puestos de trabajo.
Minería Los minerales y metales favorecen fuertemente al desarrollo de las sociedades y a las economías. No se puede negar la importancia que tiene la minería en países en desarrollo que tienen minerales en su suelo. Cuando la gestión es apropiada y eficiente, no se puede discutir el derecho genuino y soberano de explotar las minas conforme a las necesidades económicas de cada región.
Existen marcos regulatorios y legales que amparan el beneficio social y económico para los habitantes del lugar, sin descuidar los posibles daños sociales o ambientales que puedan ocurrir.
Vida digna para todos Los Países Latinoamericanos progresistas, trabajan para tener soberanía energética porque es parte fundamental en su lucha emancipatoria. La disyuntiva desarrollo o ecología, es una falsa opción. El equilibrio debe verse con mirada amplia y con una certera puesta en valor. La ampliación de derechos sociales, de educación, de trabajo, de salud, igualitarios, vitales para todo habitante es un valor supremo. La geografía alterada racionalmente, constructivamente, cumpliendo con leyes impuestas internacionalmente, aplicadas por los gobiernos locales no extranjerizantes, es una posibilidad considerable, si efectivamente, prima el valor de vida digna para todos.
Los sectores beneficiados con las políticas neoliberales, solamente reconocen la democracia, si ésta está ejercida por gobiernos que favorecen y respetan, ampliamente, sus privilegios. Las nuevas democracias luchan por alcanzar la igualdad de todos los ciudadanos enfrentando conflictos permanentes. En los setenta, cuando se conceptuaba la revolución por vía armada, no se creía que con la democracia, se respetarían los derechos igualitarios e incluyentes para todos. Se es conciente que para lograrlo hay que seguir, obstinadamente, peleando por la emancipación de los países poderosos que siguen actuando de acuerdo a sus beneficios. Los opositores internos a esta camada de democracias del Sur, son deseosos de pertenecer al primer mundo, parecerse a ellos y no consideran “justo”, que cualquiera goce de parte de los beneficios que ellos creen tener por derecho ancestral.
Las democracias actuales se enfrentar a los persistentes acechos del mercado con intenciones desestabilizantes. Esta lucha con los poderes económicos no es acompañada por las clases altas, ni por los monopolios económicos, ni por los partidos políticos opositores, aunque todos hablan de democracia e institucionalidad.
Antes de los ochenta, cuando algún gobierno democrático no satisfacía en todos sus privilegios a las clases dominantes, se recurría a golpes militares que instalaban dictaduras económicas y que han recurrido a una represión genocida inconcebible, para no dejar dudas de que no se iba a aceptar la posibilidad que la riqueza se distribuya equitativamente.
Recursos Naturales Para avanzar hacia la independencia económica, necesaria para ejercer la democracia para todos, los países que son poseedores de recursos naturales, deben proyectar su utilización. Nada es fácil, porque justamente, a los países capitalistas del primer mundo no les conviene que los países emergentes se independicen. Por el contrario quieren ellos extraer y utilizar los recursos naturales que son vastos en el sur de América. Se ve, a esta altura del desarrollo que han obtenido con mucho esfuerzo varios países suramericanos, que las derechas internas y los poderes externos ya están actuando para impedir que este proceso siga creciendo.
Los países dominantes y los grupos seudoecológicos no cuestionan la acumulación de riqueza en manos de pocos, generada con explotaciones realizadas en territorios ajenos, pero se manifiestan en contra de la explotación de los recursos naturales si los países emergentes la realizan para sí. Los países progresistas de la región, por el contrario, han logrado, con impulso propio realizado cumpliendo con las distintas políticas de control y sociales, avanzar en la redistribución de la riqueza. Todo esto está amenazado en varios países, incluido el nuestro.
Ecología
La disyuntiva entre el extractivismo y la ecología existe, pero un estado democrático, que tiene como proyecto que la vida de todos tiene que valer lo mismo, no puede ni debe aceptar que algunos usen toda la tecnología y el confort, cuya posibilidad está en su poder económico, y que las posibles consecuencias negativas por la extracción de insumos las sufran otros que trabajan en las zonas extraíbles. Además la ganancia queda para las empresas que usan estos materiales para la construcción de elementos electrónicos de gran consumo. Este estilo de democracia, es respetada en los países capitalistas. Los países que en estos años están trabajando para conseguir los derechos sociales igualitarios, usando como forma de gobierno la democracia, no aceptan que estas explotaciones y desigualdades continúen. Un Estado Regulador es necesario para sostener lo obtenido y seguir avanzando. Estas democracias no son respetadas por los defensores de privilegios.
El Estado, debe regular la producción, la comercialización y el abastecimiento alimentario interno, cumpliendo con la normativa y con el conocimiento experto de los ciclos regulares de la naturaleza, para minimizar el impacto de la extracción. Educar a todos los ciudadanos, pudientes o no, de hacer uso racional de los bienes dependientes de la naturaleza, y fomentar la participación ciudadana en el cuidado de los recursos naturales, así como promover la equidad en la distribución de los recursos, es tarea fundamental de esta etapa, en la que se ha avanzado en el enfrentamiento a grandes corporaciones y en la inclusión social.
Lo ecológico, no puede abarcarse aisladamente de todas estas consideraciones. La posición actual de los países latinoamericanos implica un cambio de concepción que no puede conseguirse si no es colectiva y participativa. Los países de la Unasur lo deben difundir y concretar en conjunto. Los recursos naturales explotados en esta línea, en la región, son necesarios en muchos aspectos: la industrialización para el desarrollo autónomo, la protección de los trabajadores, la redistribución de la riqueza y la soberanía.
Capitalismo, democracia e Izquierdas Las izquierdas más tradicionales no han querido, o podido, aceptar esta posibilidad de democracia en el capitalismo. Lamentablemente, no contribuyen a que la democracia sea cada vez más profunda y que efectivamente la independencia se consiga con cada medida igualitaria y soberana. Es decir, no creen en la democracia, y generalmente terminan asociándose con la derecha en contra del gobierno democrático. De todos modos no se abstienen en las elecciones democráticas y se alegran cuando obtienen una banca en el Congreso.
La mentalidad del crecimiento infinito que mueve a los capitalistas a acumular más y más riqueza, es la que ocasiona los verdaderos problemas ecológicos. La extracción de recursos naturales, regulados por el Estado, con el cumplimiento de todas las normas de seguridad, no tiene por qué ser un obstáculo para la protección de la naturaleza y la vida. Los beneficiados de siempre no quieren, ni piensan, como algo razonable, que los habitantes de algunas regiones que tiene riqueza bajo su suelo, no tengan solucionado su medio de vida. Cumpliendo con todos los preceptos de regulación, la extracción puede ser una operación viable y sustentable.
Argentina en desarrollo
Gas y petróleo
En Argentina, la recuperación de YPF a manos del Estado, revirtió el camino descendente de la producción de petróleo y gas que se produjo durante la administración de REPSOL . Se frenó la salida de divisas al exterior sin inversión local. La rentabilidad dejó de ser la única finalidad del proyecto, permitiendo que las inversiones estén estratégicamente direccionadas al proyecto de desarrollo nacional autoabastecido.
Energía nuclear
También en este período se ha trabajado en la continuación del Plan Nuclear, interrumpido durante los años ochenta y noventa. En 2006 con el Plan de Reactivación de la Actividad Nuclear, se rescató el propósito con la que fue creada la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA): Diversificación y modernización de la matriz energética, acrecentamiento de la oferta eléctrica, explotación minera de Uranio, producción de agua pesada, aumento y recuperación de personal calificado en la materia, etc.
Argentina está comprometida con el uso pacífico de la Tecnología Nuclear y con la seguridad de todas sus instalaciones sin renunciar al derecho inalienable de desarrollar Tecnología Nuclear con fines pacíficos. No se acepta, bajo ningún concepto, límites al derecho soberano de los países a la autonomía tecnológica. Muestra de todo este compromiso, son la finalización de la Central Atucha II, el continuo y satisfactorio funcionamiento de las Centrales Atucha I y Embalse y de los reactores de investigación. Es una industria autónoma que provee de energía al país y que permitió exportar reactores de investigación internacionalmente. El reactor CAREM de diseño argentino, también es un logro en esta asignatura.
El sector nuclear argentino encarna la posibilidad de que una Argentina soberana en su tecnología, se industrialice y avance en su fase inclusiva. Entre 2006 y 2014, se establecieron unos 6000 nuevos puestos de trabajo.
Minería Los minerales y metales favorecen fuertemente al desarrollo de las sociedades y a las economías. No se puede negar la importancia que tiene la minería en países en desarrollo que tienen minerales en su suelo. Cuando la gestión es apropiada y eficiente, no se puede discutir el derecho genuino y soberano de explotar las minas conforme a las necesidades económicas de cada región.
Existen marcos regulatorios y legales que amparan el beneficio social y económico para los habitantes del lugar, sin descuidar los posibles daños sociales o ambientales que puedan ocurrir.
Vida digna para todos Los Países Latinoamericanos progresistas, trabajan para tener soberanía energética porque es parte fundamental en su lucha emancipatoria. La disyuntiva desarrollo o ecología, es una falsa opción. El equilibrio debe verse con mirada amplia y con una certera puesta en valor. La ampliación de derechos sociales, de educación, de trabajo, de salud, igualitarios, vitales para todo habitante es un valor supremo. La geografía alterada racionalmente, constructivamente, cumpliendo con leyes impuestas internacionalmente, aplicadas por los gobiernos locales no extranjerizantes, es una posibilidad considerable, si efectivamente, prima el valor de vida digna para todos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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