Mirko C. Trudeau.
Las grandes diferencias de criterio entre los aliados y la
desorientación política han marcado la cumbre extraordinaria de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), celebrada en el
Reino Unido para conmemorar el 70º aniversario de la fundación de la
belicista alianza atlántica.
La OTAN resultó clave para la defensa de Europa occidental durante la
Guerra Fría, pero que desde la caída de la Unión Soviética en 1991 (y
consiguientemente del Pacto de Varsovia) sigue buscando su redefinición
tanto sobre su objetivo general como en cuanto al papel y aporte de cada
uno de los miembros.
El comunicado final identifica al menos dos amenazas potenciales: el
comportamiento agresivo de Rusia y el desarrollo militar chino. Queda
aún lo más importante: una estrategia política común para hacerles
frente. Por ahora, siguen solo amenazas y peleas intestinas.
Para no perder estado agresivo y seguir practicando la violencia, los
miembros de la OTAN decidieron pelearse entre ellos verbalmente, al
menos por ahora. El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan dijo que el
francés Emmanuel Macron debería “examinar el estado de su cerebro” y
Francia respondió llamando al embajador turco para tirarle un poco de la
oreja.
Las diferencias también han aflorado en cuanto a lo que sucede en
otros escenarios globales donde hay miembros de la OTAN implicados. La
amenaza turca a vetar un comunicado final si los demás socios no
aceptaban su exigencia de calificar a las milicias kurdas del YPG como
grupo terrorista finalmente no cristalizó, pero la simple posibilidad
del veto muestra también la nula concepción de conjunto que se tiene.
Turquía
combate a grupos kurdos decisivos en la victoria contra el ISIS y a los
que Trump dejó desamparados al ordenar la retirada de los efectivos
estadounidenses en la guerra siria.
Elefante en un bazar
El choque entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su
par francés Emmanuel Macron en los días previos a la cumbre y en un cara
a cara entre ambos en Londres, marca la división en la OTAN. El
mandatario francés opinó que la OTAN estaba “en muerte cerebral”, lo que
expresa la necesidad de buscar una redefinición para una estructura
política y militar considerada necesaria pero cuestionada desde inicios
de siglo desde diversos frentes.
Trump destrozó la proclamada unidad de la OTAN, en momentos que se
clausuraba la cumbre, al calificar al primer ministro canadiense, Justin
Trudeau, de hipócrita, al mandatario francés, Emmanuel Macron, de
repugnante y realizar una reunión exclusivamente con los miembros que
más gastan en defensa. Aunque llegó determinado a no generar polémica,
regresó dos días después furioso a Washington.
Mientras los líderes de la OTAN destacaban la unidad en el cierre de
la cumbre, durante la cual acordaron destinar 360 mil millones de euros
hasta 2024, el presidente Trump convocó al grupo de la alianza que
cumple con la meta del gasto, entre ellos el premier italiano, Guiseppe
Conte. “Los llamamos afectuosamente los del 2 por ciento”, dijo.
En un video viralizado se ve a los mandatarios de cuatro países: el
canadiense Justine Trudeau, el francés Emmanuel Macron, el inglés Boris
Johnso,el holandés Mark Rutte y la princesa Ana de Inglaterra, en una
ronda, con vasos en la mano, y todos se están riendo de una persona:
Trump.
“¿Por qué llegas tarde?”, le pregunta Macron a Johnson. “Su
conferencia de prensa (con Trump) duró 40 minutos. Los miembros de su
equipo quedaron con la mandíbula contra el piso”, dijo el canadiense.
Luego de que este diálogo se viralizara, Trump, visiblemente
malhumorado, dijo que se iba del encuentro sin dar su habitual
conferencia de prensa
Durante una reunión con la canciller federal alemana, Angela Merkel,
Trump aseguró que Trudeau es un tipo muy simpático, pero tiene dos
caras. Aclaró que estas declaraciones no fueron por las críticas en la
grabación, sino porque Canadá es uno de los países que incumplen la meta
de gastar en defensa dos por ciento de su producto interno bruto en la
OTAN.
Otros momentos polémicos fueron cuando la princesa Ana de Inglaterra
no saludó en el Palacio de Buckingham a Trump, y Boris Johnson evadió al
mandatario estadounidense y no lo recibió en Downing Street por temor a
que su imagen resultara afectada para las elecciones del día 12.
La
OTAN es cuestionada en primer lugar por el propio Trump, en términos
económicos y de influencia de EEUU aunque no estratégicos en cuanto a la
defensa de Europa y su papel global. Su principal crítica es que de los
29 estados miembros, hay 20 que no cumplen con el compromiso de gastar
al menos el 2% de su PIB en Defensa, un compromiso presupuestario que
conlleva un enorme esfuerzo financiero y social en las democracias
Trump no ha dudado en calificar a la OTAN como “obsoleta”, aun cuando
ahora considera un insulto las palabras de un Macron, quien lejos de
retractarse, lo ha reafirmado.
* Economista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva
York), Analista de temas de EEUU y Europa, asociado al Centro
Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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