Para el mes de octubre
el Vaticano ha convocado una Asamblea General, Sínodo de Obispos de la
Región Pan Amazónica. El objetivo de la Convocatoria es: “Amazonía:
nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. El tema
apunta a constituirse como un factor más de diferencia entre el gobierno
brasileño y el Vaticano.
Ya aparecen las primeras manifestaciones
de lo que puede ocurrir con esa actividad que no cuenta con el visto
bueno de Jair Bolsonaro -militante de la iglesia pentecostal que ha
reemplazado a los católicos en buena parte de la región amazónica-,
quien ya ha enviado emisarios para tantear las posibilidades de evitar
ese evento, en el que -seguramente- se cuestionarán políticas del
gobierno brasileño.
Las mayores diferencias –entre el gobierno
de Brasil y el Vaticano- giran en torno al tratamiento del medio
ambiente, de los campesinos sin tierra y los pueblos originarios
residentes en esa región. Demás está decir que la Iglesia Católica ha
perdido no solo en Brasil a muchos acólitos, que han saltado hacia las
iglesias evengélicas y pentescostales.
La Amazonía, conocida
como el “pulmón del planeta”, abarca unos siete millones y medio de
kilómetros cuadrados repartidos entre nueve países, (Bolivia, Brasil,
Colombia, Guyana, Ecuador, Surinam, Venezuela y la Guayana francesa). La
mayor parte (5,5 millones de kilómetros cuadrados) pertenece a Brasil.
En declaraciones pronunciadas, un alto funcionario de Bolsonaro, el
jefe de Gabinete de Seguridad Institucional –general Augusto Heleno
Ribeiro Pereira- dijo, sin medias tintas: “Estamos preocupados y
queremos neutralizar eso” y adelantó su estrategia frente a un Papa, al
que consideran comunista: “El gobierno también buscará alianzas con
gobernadores, alcaldes y autoridades eclesiásticas para intentar reducir
el alcance de la conferencia”.
Recordemos que este funcionario
fue el primer Comandante de la Misión de Estabilización de la Naciones
Unidas en Haití y estuvo a cargo del Comando militar de la Amazonia,
desde donde cuestionó las políticas de Luis Inácio “Lula” Da Silva. Fue
dado de baja en el 2011 por defender públicamente el golpe de estado de
1964.
Según los organizadores de esta actividad, en la que
participarán cerca de 250 obispos, la Iglesia usará su tradicional
metodología: Ver, juzgar y actuar: “ver” el dolor y clamor de los
pueblos indígenas; “juzgar” que ese clamor es el mismo grito que el del
pueblo de Dios en Egipto; “actuar” para que la Iglesia tenga un rostro
amazónico. La región panamazónica abarca la participación de siete
conferencias episcopales.
Aunque el tema se refiera a un
territorio específico, como el Panamazónico las reflexiones que lo
atañen superan el ámbito regional, porque alcanzan a toda la Iglesia
católica y también al futuro del planeta. Estas reflexiones se proponen
crear un puente hacia otras áreas geográficas similares, tales como la
cuenca del Congo, el corredor biológico Centroamericano, los bosques
tropicales de Asia en el Pacífico, el sistema acuífero Guaraní.
La cuenca del Amazonas es una de las principales reservas de
biodiversidad del planeta (30 a 50% de la flora y fauna del mundo) y de
agua dulce (20% del agua dulce no congelada de todo el planeta). Además,
la región posee más de un tercio de los bosques primarios del mundo y
es una fuente importante de oxígeno para toda la tierra.
La
población en este vasto territorio es de aproximadamente 34 millones de
habitantes, de los cuales más de 3 millones son indígenas pertenecientes
a más de 390 grupos étnicos. También incluimos pueblos y culturas de
todo tipo, como afrodescendientes, campesinos, colonos, etc. Todos viven
en una relación vital con la vegetación y las aguas de los ríos según
sus movimientos cíclicos, como desbordamientos, reflujos y períodos de
sequía.
Los centros habitados y las ciudades de la Amazonía han
aumentado rápidamente en número debido al fenómeno de la migración hacia
las periferias, de modo que hoy entre el 70% y el 80% de la población
reside en estos centros y ciudades.
La riqueza de la selva y los
ríos se ve amenazada por los grandes intereses económicos en diferentes
partes del territorio, que causan la deforestación indiscriminada, la
contaminación de los ríos y lagos, debido al uso de agro-tóxicos, de los
derrames de petróleo, de la minería y de la producción de drogas. A
todo esto se suma un aumento dramático del tráfico de personas,
especialmente mujeres y niños, con el propósito de todo tipo de
explotación inhumana.
El documento vaticano
El
Vaticano publicó el Documento Preparatorio, que recoge instancias,
sugerencias y propone pistas para una preparación adecuada de la
Asamblea sinodal, con una introducción y tres partes, que corresponden
al método de “ver, juzgar (discernir) y actuar”; método ya utilizado
previamente (Sínodo sobre la familia) con buenos resultados. Asimismo,
incluye un cuestionario sobre el cual trabajarán las iglesias locales y
otros organismos interesados.
La primera parte del Documento,
dedicada a “ver”, describe la identidad del Panamazonas y la urgencia de
la escucha. Los temas que se abordan son el territorio; la variedad
sociocultural; la identidad de los pueblos indígenas; la memoria
eclesial histórica; la justicia y los derechos de los pueblos, así como
la espiritualidad y la sabiduría de los pueblos amazónicos.
El
documento señala que desde la primera evangelización, la Iglesia ha
estado presente de forma fuerte y significativa, aunque con sombras, en
la defensa y el desarrollo de los pueblos, hasta nuestros días, en los
que ha se ha involucrado más con su acción eclesial y social para
rescatar a los pueblos oprimidos y marginados. En este sentido, las
intervenciones del Episcopado Latinoamericano han sido particularmente
relevantes a través de los documentos de Medellín (1968), Puebla (1979),
Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).
En la región
panamazónica, es prioritaria la atención a los pueblos nativos que la
habitan. Estos pueblos, como dijo el Papa Francisco en Puerto Maldonado
(19 de enero de 2018), nunca han estado tan amenazados como ahora. En
segundo lugar, se prestará atención al tema del medio ambiente, de la
ecología y del cuidado de la creación, la Casa Común.
Todo esto
será presentado a la luz de la enseñanza y de la vida de la Iglesia, que
opera en la regiónLa tercera parte del documento se refiere a “actuar”,
de encontrar nuevos caminos pastorales para una Iglesia con rostro
amazónico, en la búsqueda de ministerios y líneas de acción más
adecuadas en un contexto de ecología verdaderamente integral. “La
Asamblea Especial para la Región Panamazónica está llamada a encontrar
nuevos caminos para hacer crecer el rostro amazónico de la Iglesia y
también responder a las situaciones de injusticia de la región”, agrega.
En las últimas décadas, la Iglesia en la Amazonía ha tomado
conciencia de la necesidad de una mayor presencia, la gran diversidad
cultural, y la fuerte influencia de intereses nacionales e
internacionales en busca de un enriquecimiento económico fácil por los
recursos que tiene esta región. Una misión encarnada implica un repensar
la presencia escasa de la Iglesia con relación a la inmensidad del
territorio y su diversidad cultural, indica el documento vaticano que
analizan las iglesias católicas-romanas de la región.
Juan Guahán. Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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