Atziri Ávila/Desinformémonos
Ciudad
de México | Desinformémonos. “La cárcel castiga la pobreza y la
disidencia social” , afirma Luis Fernando Sotelo Zambrano, joven
activista adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, quien
el pasado 28 de septiembre inició una huelga de hambre luego de conocer
la sentencia que lo condena a 33 años y 5 meses de prisión, el pago de
una multa de 519 mil 815 pesos y la reparación del daño de cerca de 9
millones.
Desde el
reclusorio sur de la Ciudad de México, Luis Fernando afirma vía
telefónica que la sentencia recientemente realizada en su contra por el
Juez 32 Penal, responde a su activismo político: “ser joven, vestir
diferente, muchas veces define el actuar de la policía, la prisión
política va encaminada a segregar a los individuos, a los luchadores
sociales, a quienes no compartimos los ‘ideales’ de la sociedad
cimentada en la lógica neoliberal. Encarcelarnos es justamente afianzar
más la exclusión que de por si ya se realiza en la sociedad y una manera
de seguir teniendo el control de la población desde la perspectiva del
aparato de gobierno, afirma a Desinformémonos Luis Fernando quien el próximo 5 de noviembre cumplirá dos años en prisión.
El joven
activista se encontraba en Ciudad Universitaria repartiendo volantes
informativos sobre la situación de presos políticos en la Ciudad de
México y otros estados, cuando se percató de la aproximación de un
policía. “Desde que lo vi, sabía que se acercaba a mi de manera violenta
y agresiva, pensé que me iba a golpear pero de repente dos policías más
llegaron por la parte de a tras y me detuvieron sin ninguna orden de
aprehensión, en el trayecto hacia el Ministerio Público de Coyoacán, los
policías me hostigaban diciendo que me acusarían de asesinato. Fue
hasta cuando me encontraba en las galeras cuando supe que me acusaban de
ataques a las vías de comunicación, alteraciones a la paz pública y
daño a propiedad ajena, dos días después me trasladaron al reclusorio
sur.
El joven
de 22 años es acusado de quemar la estación y un camión del Metrobús en
Ciudad Universitaria, ocurrido ese mismo 5 de noviembre, sin que exista
ninguna prueba en su contra. “Las acusaciones son falsas y los delitos
son prefabricados, se basaban en el testimonio del chofer del Metrobús,
sin embargo él se desdijo, por lo que no hay nada que pueda sostenerlas.
La sentencia del Juez es aberrante y nefasta pero me mantengo fuerte,
lúcido y consciente, no voy a permitir que la resolución de la
autodenominada ‘autoridad’ me quiebre” .
Luis
Fernando, quien al día de hoy (5 de octubre de 2016) lleva 700 días
preso, junto con Miguel Peralta Betanzos, Luis Fernando Barcenas,
Abraham Cortes y Alejandro Montaño Sánchez, cuatro presos políticos más
recluidos en Oaxaca y en la Ciudad de México, inició una huelga de
hambre contra la sentencia en su contra “pero también para visibilizar
el patrón de criminalización contra quienes construyen otras formas vida
y organización opuestas al sistema partidista, neoliberal y de
dominación”.
“La
huelga es indefinida y es para visibilizar mi lucha contra la injusticia
y coerción. La solidaridad y reivindicación de la lucha de los otros
compañeros presos y para hacer visibles las condiciones del sistema
penitenciario en nuestro país, el hacinamiento, cobros ilegales por
conceptos ridículos como el ser visitado, el pasar lista, para usar el
teléfono, por andar en los pasillos, el servicio médico déspota y de
mala calidad”, afirma Luis Fernando quien el próximo 14 de noviembre
cumplirá 23 años.
El activista afirma ser objeto de hostigamiento en la cárcel y que su encarcelamiento evidencia el actuar del gobierno de la Ciudad de México y “busca enviar un mensaje de terror y amenaza contra quienes se manifiestan y organizan. Soy adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona asumo y comparto los principios éticos que seguiré defendiendo”.
Sotelo Zambrano, quien es el segundo de tres hijos, hace memoria de la organización y activismo que desde la preparatoria 6 de la UNAM ha tenido: “me involucré en actividades de denuncia y protesta, como la imposición de rejas en las multi canchas que cerró espacios culturales a estudiantes, nos manifestamos también por el mal mantenimiento de los baños, especialmente el de las mujeres, exigíamos más libros en las bibliotecas, denunciamos a personal académico e impulsamos
procesos organizativos horizontales que buscaban terminar con esa
lógica autoritaria de las propias autoridades universitarias y que
refleja en mundo en el que vivimos”.
Luis Fernando reafirma su compromiso con el movimiento social y hace un llamado a sumarse a la campaña nacional e internacional para exigir su libertad y la de los presos políticos en México.
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