[Vídeo y texto] Entrevista al líder indígena Dennis Banks
Democracy Now!
En
el Día de Colón —para muchos el Día de los Pueblos Indígenas— nos
acompaña Dennis Banks, activista indígena estadounidense de larga
trayectoria perteneciente a la tribu ojibwa. En 1968, fue cofundador del
Movimiento Indígena Estadounidense ( AIM ). Un año más tarde participó
en la ocupación de la Isla de Alcatraz, en California. En 1972 colaboró
con “La ruta de los tratados incumplidos” de AIM , una marcha de
numerosos grupos activistas que cruzaron el país con destino a
Washington, D.C., para protestar contra la difícil situación de los
indígenas estadounidenses. A principios de 1973, los miembros de AIM
tomaron y ocuparon el pueblo de Wounded Knee, ubicado en la reserva
indígena de Pine Ridge, durante setenta y un días, medida que algunos
denominan Wounded Knee II. A principios de este año, Banks dirigió una
marcha a través del país desde Alcatraz hasta Washington, para pedir la
liberación del activista indígena detenido Leonard Peltier. Banks
comparte sus ideas sobre el “Día de Colón”, el tratamiento que EE.UU.
confiere a los indígenas estadounidenses y su propia infancia en el
sistema de internados de la Oficina de Asuntos Indígenas de EE.UU.
TRANSCRIPCIÓN Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY GOODMAN :
Estamos de gira en Durango, Colorado, en la Universidad Fort Lewis,
donde se gradúan más estadounidenses de ascendencia indígena que en
cualquier otra universidad del país que ofrezca carreras de cuatro años.
Soy Amy Goodman. Ahora conectamos con New York donde se encuentra
Dennis Banks, un legendario activista estadounidense de ascendencia
indígena, de la tribu de ojibwa. En 1968, fue el cofundador del
Movimiento Indígena Estadounidense ( AIM ). Un año más tarde participó
en la ocupación de la Isla de Alcatraz en California. En 1972, colaboró
con “La ruta de los tratados incumplidos”, una marcha de numerosos
grupos de activistas de todo Estados Unidos que cruzó el país con
destino a Washington, DC, para protestar contra la difícil situación de
los indígenas estadounidenses. Ese mismo año, tomaron la Oficina de
Asuntos Indígenas en Washington, DC. A comienzos de 1973, los miembros
de AIM tomaron y ocuparon el pueblo de Wounded Knee, ubicado en la
reserva indígena Pine Ridge, durante 71 días. A principios de este año,
dirigió una marcha a través del país desde Alcatraz hasta Washington,
para pedir la liberación del activista estadounidense de ascendencia
indígena Leonard Peltier, que está en la cárcel hace 35 años.
Desde
New York, Dennis Banks se comunica con nosotros. Este fin de semana,
Banks se desempeñó como asesor legal en el Tribunal Russell sobre
Palestina. Ya llegaremos a eso en un momento. Hoy en EE.UU. es un
feriado nacional conocido como Día de Cristóbal Colón, que para otros se
llama Día de los Pueblos Indígenas. Dennis Banks ¿puedes compartir con
nosotros su experiencia como indígena en este país?
DENNIS BANKS :
Antes que nada, estuve mirando su programa esta mañana, en el que se
veían esos jóvenes de la universidad, y quisiera decir que me alegra ver
que los jóvenes se ponen de pie y se expresan. Ahora que tengo casi 80
años, siento que puedo sentarme y jubilarme mientras digo “Miren,
nuestros jóvenes están asumiendo la responsabilidad”. Eso es fantástico.
Eso es lo que me gusta ver. Me han impresionado gratamente los
estudiantes que estuvieron esta mañana en su programa.
Pero iba a
decir, ¿seguimos hablando del Día de Cristóbal Colón? Han pasado cuatro
años desde que hablé con usted, Amy. Eso fue cuando la histórica marcha
conocida como “The Longest Walk” (La camina más larga) llegó a
Washington, D.C. Y ahora no quiero hablar —deberíamos hablar más— de
Colón, pero sí de este día. En Dakota del Sur, estado que pensé sería el
último lugar donde se adoptaría este día como un día de los indígenas,
sin embargo avanzaron y proclamaron este día como el Día de los Pueblos
Indígenas. Es una ocasión para la observación, la celebración, teniendo
en cuenta las contribuciones que han hecho los indígenas, no sólo en
Dakota del Sur y Minnesota, sino en todo el país. Eso es lo que debería
celebrarse hoy.
No quiero reflexionar sobre el explorador
perdido. Hay ciudades que llevan su nombre, como Custer, en Dakota del
Sur, un hombre que se empeñó en matar a los nativos. Pero la gente honra
ese tipo de delincuentes. Por mi parte, quiero ver las cosas más
positivas, eso es bueno. Me alegra lo que usted está haciendo hoy y que
se encuentre en Fort Lewis. He hablado anteriormente allá dos o tres
veces.
AMY GOODMAN : Dennis Banks, para la gente que no
está al tanto de las escuelas pupilas donde fueron enviados los nativos
durante años, ¿puede contar su experiencia? ¿Dónde vivía? ¿Dónde lo
enviaron? ¿Cómo fue crecer en ese tipo de escuelas?
DENNIS BANKS :
Estuve en el internado durante una etapa en la que el castigo era muy
severo si uno trataba de escapar. Esto fue a comienzos de los años 40.
Me enviaron a un internado cuando tenía cuatro años de edad, me alejaron
de mis padres y mis abuelos, con quienes pasaba la mayor parte del
tiempo, me alejaron abruptamente y me pusieron en un internado a casi
500 km de distancia de mi hogar. Las golpizas comenzaron inmediatamente,
el programa de “desindigenización”. Fue una experiencia terrible con la
que el Estado estadounidense estaba experimentando. Estaban tratando de
destruir la cultura y la persona, destruir lo propio de los indígenas y
solo salvar al ser humano, matar al indígena, salvar al hombre. Esa es
la descripción de lo que fue esa política.
AMY GOODMAN : ¿El Estado estaba a cargo de esas escuelas?
DENNIS BANKS :
El Estado estadounidense pagaba y por supuesto estaba a cargo de la
administración de muchas de esas escuelas, pero también delegaba un
montón a los cristianos, a las comunidades cristianas. Los católicos,
episcopales, luteranos y metodistas también tenían algunas escuelas. Es
decir que hubo una gran complicidad entre las iglesias y el Estado para
tratar el problema indígena. Para resolver el problema indígena trataban
de cambiar lo que éramos.
AMY GOODMAN : Dennis, ¿dónde vivía? ¿A qué escuela lo mandaron?
DENNIS BANKS :
Vivía en la Reserva Indígena Leech Lake donde nací, en el norte de
Minnesota. Y me enviaron a un internado a casi 500 km de distancia, en
la región suroeste de Minnesota, a un lugar llamado Pipestone Indian
School. Estuve allí seis años.
AMY GOODMAN : ¿Cómo se comunicaba con su familia? ¿Con qué frecuencia podía verlos? ¿Hablaba con ellos?
DENNIS BANKS :
Nunca. Nunca. Ellos cortaban toda comunicación con los padres, incluso
las cartas, que encontré años más tarde. Estuve allí seis años sin
ningún tipo de comunicación con mis familiares. Hasta que finalmente nos
permitieron ir a casa por seis años. Por supuesto, no podíamos hablar
el mismo lenguaje, solo sabíamos hablar inglés y eso es de lo que
estaban hablando esos jóvenes.
Había castigos muy severos por
intentar escapar de ese sistema. Yo me escapé. Y seguí escapando casi
una vez por semana. Ellos me atrapaban, me traían de vuelta, me
golpeaban. Fue terrible. Había otros tipos de castigos por los que
teníamos que pasar, también. Todavía hoy recuerdo esa experiencia. Tengo
un amigo desde hace 70 años y juntos recordamos aquellos días.
Nos
mantuvimos unidos. Mucha gente se mantuvo unida. Estar unidos fue lo
único que nos salvó a muchos de nosotros de consecuencias terribles del
habla. Pero seguían golpeándome, oprimiéndome y entonces comencé a
aprender inglés y comencé a aprender quiénes habían sido los
presidentes. Empecé a aprender ese tipo de cosas.
Luego ellos me
dejaron ir a casa por 30 días. Luego de seis años. Y le pregunté a mi
madre “¿por qué nunca me escribiste?” y ella me respondió “Lo hice”.
Pero nunca, jamás cuestioné más que eso. Después me enviaron a otra
escuela similar en Dakota del Norte, a más de 300 km de distancia.
Estuve allí tres años más. De nuevo lo mismo, solo inglés y castigos
físicos. Después fui a casa otros 30 días y le pregunté a mi madre “¿Por
qué nunca me escribiste?” y ella de nuevo me dice “Lo hice, lo hice”.
Luego fui enviado a otro internado muy lejos en Dakota del Sur, a 650 km
de distancia. Yo seguí escapando de esas escuelas, hasta que finalmente
pude escapar de la última y llegar a mi casa.
Lo que quería
decir, Amy, es que esto no sólo le ocurrió a la gente de Dakota del
Norte, Dakota del Sur y Minnesota, sino en todo el país; miles y miles
de jóvenes estudiantes, estudiantes nativos, fueron sacados de sus
hogares, muchos fueron llevados por la fuerza, en algunos casos la
situación económica permitía que eso ocurriera. Pero, siempre estaba
presente la idea de alejarlos, poner distancia de los padres, separarlos
de sus familiares durante largos períodos de tiempo; eso fue lo que
hicieron conmigo. Y de repente, perdí la relación familiar con mi madre.
Perdí ese sentimiento materno, porque pensé que me había abandonado.
Y
recién hace casi tres años, cuando mi hija estaba haciendo un
documental sobre Dennis Banks y fue al archivo federal de Kansas City,
encontró los registros. Ella me llamó y me dijo “Papá lo encontramos”,
“Papa encontramos tus registros escolares”. Yo le pedí que los trajera y
cuando lo hizo, empecé a mirarlos. Y ella dice “Papá también
encontramos algo más”. Me entrega una caja de zapatos. La abro y había
cartas, un montón de cartas de mi madre. Comencé a abrirlas y leerlas.
La segunda incluía una nota para el supervisor de la escuela que decía
“Aquí tiene cinco dólares; por favor envié a mi hijo de vuelta a casa
conmigo”. No pude terminar de leerlas todas, porque me desgarraba por
dentro, así que fui hasta la tumba de mi madre. Ella falleció. Yo fui a
su entierro, pero no tuve emociones en aquel momento. Así que esta vez
cuando fui con las cartas, me llevé una silla. Estuve sentado frente a
su tumba leyendo las cartas y recién ahí supe que ella me había amado.
Lo
que quiero decir es que ahora, incluso en este preciso momento, lo
puedo sentir, es muy difícil, es muy duro contar esta experiencia a la
gente. Pero la cuento de todos modos. Cuento lo que pasó porque fue
terrible, una experiencia terrible. Sin embargo fracasó, y fracasó
miserablemente. Porque hoy en día todavía sé un poco del idioma, no sé
todo el idioma. Conozco muchas canciones que se me vienen a la mente.
Pero en cuanto al idioma, cuando empiezas y quieres decir algo, luego te
acuerdas de las golpizas y esas cosas. Así que es terrible, fue
terrible.
Traducido por Alejandra Burgos; Edición: Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español
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