Mientras la recta final de la
campaña electoral en Brasil ha entrado en su última semana, la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores
(PT), tiene planeado, para este martes, una campaña “casa por casa” en
las calles de la ciudad de Sao Paulo.
Durante este programa, Rousseff estará acompañada del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), el candidato a gobernador por ese partido, Alexandre Padilha, y varios ministros.
En un acto celebrado el lunes por la noche en el barrio de Campo Lindo, en la zona sur de Sao Paulo, donde se habían congregado más de 10 mil personas, Rousseff apuntó que en las venideras presidenciales vencerá quien tenga la capacidad para llevar al país por el camino correcto.
En este sentido, destacó el logro de su Gobierno en sacar a 36 millones de brasileños de la pobreza.
Uno de los portavoces del comité organizador de las contiendas de la actual presidenta brasileña recalcó que “se trata de que la dignataria logre una ventaja de 20 puntos porcentuales sobre su más cercano adversario y así ganar el domingo venidero”.
Por su parte, Lula da Silva instó a la ciudadanía a estar alerta ante la reciente medida de los medios de prensa conservadores de derecha para difundir mentiras.
“Ustedes verán cuántas mentiras va a contar la prensa” y debemos estar atentos para no creer tampoco en pronunciamientos apresurados de alguno de los contendientes presidenciales, explicó.
De acuerdo con el último sondeo del Instituto MDA, elaborado para la Confederación Nacional del Transporte (CNT), la candidata del PT lidera la primera vuelta con el 40,4 por ciento de la intención de voto, seguida por Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), con el 25,2 por ciento.
El próximo 5 de octubre, los brasileños ejercerán su derecho al voto para elegir, además de al presidente, a los 27 gobernadores regionales, y se renovará la Cámara de los Diputados y un tercio del Senado.
tas/anz
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