Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Colombia. Cumbre Agraria. Arar profundo para que la Raíz se nutra de la sabiduría popular.


Radicales Libres de Colombia.
“No es suficiente que la tierra este bien abonada, la semilla debe ser sana y seleccionada, no la de Monsanto. Hay que arar profundo para que la raíz se afiance bien y se nutra de la sabiduría del pueblo”, es lo que dice Gillosipa, un anónimo quien firmándose de esa manera, ha hecho llegar su escrito a “radicales libres de Colombia”. Pero agrega más cuando señala: “hoy no estamos esperanzados en mesías, ni en “enviados”, ni en “salvadores” milagrosos. Vale solo la lucha popular por la organización, la claridad ideológica, la unidad, la ética, la honestidad, la autenticidad en el cambio profundo del actual orden económico y social”. Solo traemos un aparte del escrito del anónimo “guillosipa”, y bien podría ser más, agregando otro renglón mas del escrito que venimos registrando cuando dice “solo el pueblo ideológicamente estructurado, organizado, salva al pueblo”, pues justo nos ha llegado este escrito cuando la cumbre nacional agraria, campesina, étnica y popular, ha concluido en la ciudad de Bogotá su trabajo de tres días, en la que mas de 30.000 personas movilizadas, viene caminando las calles bogotanas, marchando para evidenciar su trabajo de esos tres días y para proclamar que la cumbre, nutrida con 4.000 participantes deliberantes, decidieron decir basta con tanta ignominia, tanta injusticia y tanta iniquidad, resueltos a lanzarse a calles, carreteras, pueblos y ciudades, posterior a haber votado la realización del paro nacional, armados ya de su pliego petitorio unitario, de su declaración política.
El malestar social, la rabia acumulada, se siente, se percibe en el ambiente de la gran ciudad; nos movilizamos peor que bestias  siendo victimas de la acumulación de capital que nos miente mostrándonos el “mejor transporte” y se nos prepara psicológicamente para que aceptemos esas “cajas de sardinas” en las que nos embuten, aprovechándose de la necesidad del tiempo, que “los poderosos” nos están quitando; ya ni del tiempo para verse con los hijos se dispone.
La rabia se agiganta cuando en cualquier esquina, calle, buseta, o esas cajas de sardinas llamadas “transmilleno”, cada cinco minutos, hombres, niños, mujeres, jóvenes, nos dicen que no les queda más opción y que su “trabajo” es cantarnos una canción, vendernos un dulce, o cualquier cachivache, disfrazando la mendicidad, que crece como nunca antes habíamos observado en la urbe capitalina, en campos y pueblos.      
Parecieran cosas desligadas del tema que venimos tratando, y nos estaremos preguntando entonces: “y que tiene que ver una cosa con la otra? que tiene que ver el problema del transporte y la mendicidad con la Cumbre Agraria, con la marcha campesina, indígena y de negros, de la que hemos apenas dado una pequeña pincelada? Como pincelada estamos dando apenas a la problemática social que incuba esa rabia a punto de estallar, que nos muestra diversas caras de la injusticia en materia de educación, salud, desempleo, vivienda, todas ellas con un común denominador, unos pocos los culpables, unas pocas familias las “dueñas del País de todos”, unos pocos que a sangre, terror, fuego y motosierra, han hecho del miedo su aliado para descargar sobre las grandes mayorías sus perversiones, abriéndole “con la rodilla puesta en tierra” las puertas de par en par al Imperialismo y sus planes neoliberales, en el marco de un sistema capitalista ya en desuso, ante el cual, los pueblos del mundo reclaman a gritos cambios trascendentes.
En la plaza de Bolívar de Bogotá, este 17 de marzo, Gustavo Petro Urrego, alcalde de Bogotá, invitado a intervenir en el marco de la Cumbre  señalaba, entre otras: “No deja de tener una carga histórica, enormemente simbólica, el que dos mundos aparentemente separados, aparentemente lejanos, el agro, el campo, allá, la gran urbe, la ciudad, acá, se junten, se articulen, se unifiquen, en propósitos comunes”.
Dándole continuidad a su discurso, Petro dijo en otro de sus apartes: “Porqué la ciudadanía Bogotana, la ciudad, tendría que solidarizarse, con la campesina, con el campesino, con el indígena; quiero adelantar algunas ideas al respecto: el latifundio a dañado a la ciudad, y no porque la ciudad tenga latifundio, el latifundio quizás está allá lejano, porque el latifundio ha dañado al campo de Colombia; el latifundio improductivo ha condenado al campesinado a la ciudad; la ciudad se llena de campesinos, que tienen que venir aquí a defenderse porque no tienen un espacio de tierra para producir alimentos. El latifundio ha dañado al campo, no solamente porque expulsa al campesino y a la campesina, para la ciudad, sino porque lo condena a la violencia; y para mantener ese latifundismo improductivo es que han construido ejércitos privados, que descuartizan en las regiones a los campesinos y a las campesinas de la patria. Esos ejércitos privados que han hundido en la violencia a los campos y que han producido millones de victimas, que acongojadas y aterrorizadas, tienen que acudir a la ciudad, se han adueñado del poder político en Colombia, y han elegido a la mayoría de los congresistas que hacen las leyes, hacen las leyes en contra del pueblo, hacen las leyes a favor de las mafias, perpetuán su poder político, para perpetuar precisamente, la existencia de un latifundismo improductivo que ocasiona la violencia en los campos”.  
Por su parte, las organizaciones sociales y populares que se hicieron presentes, venidos de la Colombia profunda, de todos los rincones del País, de manera simbólica dieron lectura a la declaración política de la cumbre, a varias voces, para que se viera la representatividad de Negros, Indígenas, del Campesinado y también del “citadino”.
Declaración política de la cumbre agraria, campesina, étnica y popular, sembrando dignidad, labrando esperanza y cosechando esperanza”. Que más adelante en este mismo articulo será adjuntada; de esta manera, se dio inicio a su lectura, ante una plaza de Bolívar abarrotada de mil colores y esperanzas, en la que la rabia también ondea en cientos de Banderas.
Arriba los corazones, arriba las banderas, las banderas de la dignidad, de la soberanía, de la esperanza, y de la unidad”, fueron las palabras iníciales de Piedad Córdoba, quien también se hizo presente en la Plaza de Bolívar; más adelante Córdoba señalo: “esta cambiando la patria, estamos escribiendo la posibilidad de una segunda y definitiva independencia, desde la construcción de una patria soberana, que hoy en el horizonte, nos nuestra la posibilidad de la unidad, alrededor de los intereses del pueblo Colombiano, de los intereses de los hombres y mujeres de este País, que le están diciendo a este establecimiento corrupto, basta ya, porque nosotros hemos tomado la decisión de  caminar hacia el solio de Bolívar para dirigir los destinos de la patria”.
Recientemente, el Periodista y analista Uruguayo Raúl Zibechi, en un articulo titulado “derechas con look de izquierda”, nos advierte y nos llama a estar vigilantes ante “las recientes manifestaciones de masas generadas por las derechas en los mas diversos Países, muestran su capacidad por apropiarse de símbolos que antes desdeñaban, introduciendo confusión en las filas de las izquierdas”. Zibechi, rematando su articulo agrega: “En esa disputa simbólica la derecha, que ahora engalana sus golpes como “defensa de la democracia”, aprendió mas rápido que sus oponentes”. http://pedroecheverriav.wordpress.com/2014/03/08/pueden-las-derechas-en-mexico-disfrazarse-de-izquierda-en-la-guerrilla-y-la-lucha-social/
De ninguna manera se esta señalando a la Cumbre Agraria de estar inmersa en un despropósito como el que señala Zibechi, pero si, se recoge lo planteado por Feliciano Valencia en el marco de la Cumbre y registrado en otro de nuestros artículos   http://kaosenlared.net/america-latina/item/83227-colombia-y-donde-esta-la-clase-obrera-en-esta-cumbre-que-garantice-sentar-al-r%C3%A9gimen-a-negociar?.html, cuando Valencia advierte que el Gobierno tratara de infiltrarnos y que el analista Fernando dorado, en distinto articulo, acota que  la visión equivocada que predomina, incluso en fuerzas de izquierda, es impulsada por todo tipo de Organizaciones no gubernamentales que se han apoderado de las direcciones de las organizaciones sociales y populares; agrega además Dorado que se programan paros y movilizaciones para – de vez en cuando – negociar con el estado pequeños proyectos de “inversión social” ya que de eso viven estas burocracias.  http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/82745-%C2%BFcu%C3%A1l-democracia-colombiana?.html
Tal como se señala al inicio de esta nota y como lo dice “Gillosipa”: “solo el pueblo ideológicamente estructurado, organizado, salva al pueblo”, siendo por eso también que no es suficiente que la tierra este bien abonada, la semilla debe ser sana y seleccionada, no la de Monsanto, a lo mejor con un pensamiento colonizado.
Sea como sea, la declaración política de la cumbre, para finalizar, dice: “ante reiterados incumplimientos, del gobierno nacional frente a la palabra, y los compromisos adquiridos para levantar el paro agrario del año pasado, la decisión de la cumbre agraria campesina, étnica y popular, OIGASE BIEN, es la de volver al paro nacional agrario” Y          es que las evidencias de la perversidad del régimen caminan por doquier, pues en vez de soluciones le da al campesino represión, como se hace evidente con las agresiones de parte de la fuerza pública, en este caso, en el Municipio del Líbano en el Departamento del Tolima. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=182167


Publicado el Martes, 18 Marzo 2014 22:26
“Sembrando dignidad, labrando esperanza y cosechando país”
Por convocatoria de la Mesa de Interlocución Agraria - MIA, la Marcha Patriótica, el Coordinador Nacional Agrario - CNA, el Congreso de los Pueblos, el Proceso de Comunidades Negras - PCN, la Mesa de Unidad Agraria - MUA, la Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia - COMOSOC, la Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC, el Movimiento por la Constituyente Popular - MCP, Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, FENSUAGRO, Asociación nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC y Asociación Campesina Popular- se realizó en la ciudad de Bogotá, del 15 al 17 de marzo, la Cumbre Agraria: campesina, étnica y popular. La Cumbre reunió a 30 mil personas provenientes de todas las regiones del país.
La Cumbre es un proceso que ha venido construyéndose a partir de los paros agrarios e indígenas del 2013, movilizaciones que cobraron la vida de 19 compañeros, otros 600 resultaron heridos y decenas fueron detenidos y encarcelados. El gobierno nacional se sentó a concertar una serie de pliegos y acuerdos en mesas de interlocución y negociación. La Cumbre nace porque después de esta “rebelión de las ruanas, los ponchos y bastones” que suscitó el más amplio respaldo nacional e internacional, el presidente Santos convocó a un Pacto Agrario con las élites agroindustriales y gremiales del campo, excluyendo con esto al movimiento agrario de las definiciones y medidas a adoptar en materia de política agraria nacional.
La Cumbre realizó un balance del incumplimiento del gobierno nacional ante los compromisos adquiridos, los pliegos y acuerdos firmados; avanzó en el proceso de unidad del movimiento agrario en Colombia y desde éste; definió una ruta unificada de la movilización y mecanismos para una negociación articulada y unitaria. La Cumbre definió los caminos para enfrentar conjuntamente las nefastas políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos de turno y a sembrar dignidad, labrar esperanza y cosechar un nuevo país desde las iniciativas de las organizaciones campesinas, indígenas y afrodescendientes.
La Cumbre considera que mediante un ejercicio de soberanía, debemos ser los pueblos y las comunidades quienes ordenemos el territorio, definamos sus usos y las distintas maneras de habitarlo. Este ordenamiento territorial popular debe armonizar la conservación del medio ambiente con el aprovechamiento que de él hagan, las comunidades agrarias para su pervivencia.
Nuestras propuestas territoriales exigen el respeto de las figuras colectivas de gobierno propio y la defensa de los territorios de las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas.
La reforma agraria integral sigue siendo para nosotros la solución estructural para los problemas de acceso a la tierra, formalización de la propiedad y desarrollo rural, con inversión social y políticas públicas.
En este propósito es preciso detener el modelo extractivista que concentra la propiedad de la tierra, la entrega a empresas multinacionales, acaba con la economía campesina y destruye la vida.
La Cumbre propone un modelo económico que garantice la pervivencia de los pueblos a través del fortalecimiento de las economías campesinas, indígena, afrodescendientes y de los sectores populares. La autonomía territorial es un factor determinante en la construcción de una política económica y de producción de alimentos soberana. Para tal fin se debe derogar la normatividad que permite el monopolio transnacional sobre las semillas y el conocimiento ancestral.
El acceso a la riqueza minero-energética conlleva al respeto por los bienes de la madre tierra, su explotación debe ser una decisión consultada a las comunidades y desarrollada como ejercicio de soberanía nacional.
El plantearnos una alternativa a los cultivos de coca, amapola y marihuana, nos llama a rechazar el prohibicionismo que admite tratamientos represivos, las fumigaciones indiscriminadas, la erradicación forzada y el encarcelamiento de los cultivadores como solución. Entendemos el reconocimiento de su uso tradicional, ancestral y los usos alternativos. Proponemos programas de sustitución autónoma, gradual y concertada, el impulso a los cultivos alternativos con garantías de comercialización.
Para el pueblo colombiano es imperativo conocer la verdad, complementarla con mecanismos de justicia y reparación; la memoria histórica es un aporte importante para avanzar hacia la no repetición.
Las garantías políticas incluyen la no criminalización y judicialización de la protesta social, el desmonte del fuero penal militar. Se debe permitir la participación amplia, efectiva y con carácter decisorio en las instancias de planeación y definición de la políticas de producción agropecuaria y de desarrollo rural, teniendo en cuenta las propuestas construidas por las comunidades de manera autónoma.
Los pueblos tenemos derecho a la vida digna y a que se nos garanticen las condiciones materiales necesarias. Se debe apropiar un presupuesto especial para garantizar la financiación de las iniciativas territoriales, con mecanismos autónomos de ejecución.
El Estado debe reconocer que muchas de las problemáticas que viven las ciudades son una consecuencia de la aplicación de modelos económicos y de despojo en el sector rural.
El impulso a las economías agrarias y populares tiene un soporte importante en el apoyo que reciba de los grandes centros poblados, es necesario adelantar pactos entre las grandes capitales y los municipios que le aportan los alimentos de la canasta familiar.
La solución política al conflicto social y armado sigue siendo un anhelo de la sociedad en la búsqueda de la paz con justicia social, por esa razón es fundamental y urgente, que se inicie un proceso de diálogo con las insurgencias del ELN y el EPL. Respaldamos los diálogos de La Habana entre el gobierno y las FARC. Resaltamos el papel que debemos jugar las organizaciones y procesos como movimiento social con voz propia. Los diálogos regionales son una herramienta importante para avanzar en la construcción de la agenda social y política por la paz. La Cumbre Agraria asume el impulso a un gran movimiento social que trabaje por la paz como condiciones de vida y exija garantías para la participación de la sociedad.
La Cumbre Agraria logró, por primera vez en la historia de los movimientos sociales del país, construir un pliego unitario de las organizaciones campesinas, indígenas y afrocolombianas. El pliego unitario representa las exigencias políticas, económicas, sociales, ambientales, culturales y territoriales de comunidades históricamente marginadas y excluidas, es un llamado de atención al gobierno nacional sobre la urgencia de atender estructuralmente a un mundo rural que reclama ser sujeto de derechos. La Cumbre propone también una mesa única de negociación, un escenario que permita cualificar el nivel de interlocución, evitar la dilación y dispersión gubernamental y lograr acuerdos ejecutables en el corto y mediano plazo. La unidad alcanzada hoy es también la unidad de acción, contamos ahora con una ruta de movilización social que haga exigibles y alcanzables los derechos negados. La Cumbre y sus propuestas son una apuesta definitiva por el logro de la paz. Una paz, que para ser estable y duradera requiere de ser construida desde abajo, con nosotros y nosotras, una paz socialmente incluyente, basada en la verdad, la justicia, la efectiva participación política y la vigencia plena de los derechos humanos en los campos de Colombia.
La Cumbre es parte transitoria de un proceso constituyente caminado de la mano de la Minga indígena, los congresos de los pueblos, consejos territoriales del pueblo, los procesos constituyentes por la paz con justicia social, los mecanismos de participación directa y la autonomía que a diario ejercen las comunidades del campo y la ciudad que reclaman ser reconocidas. El acuerdo político y social que edifique la paz deberá ser la parte culminante de este proceso constituyente. La posibilidad de un proceso de asamblea nacional constituyente está en el horizonte de reflexión de la sociedad colombiana en su conjunto. Estamos construyendo una ruta propia desde el movimiento popular para llegar a este momento. El camino hacia la paz, requiere, mientras tanto, de un decidido y vigoroso movimiento social por la paz, al cual convocamos a todos los sectores políticos y sociales del país. La paz incluyente no se construye con “acuerdos de élites y corbatas” que desconocen a los de poncho, a los de ruana, a los de azadón y machete, a los sujetos políticos y sociales del campo y sus propuestas.
Ante el reiterado incumplimiento del gobierno nacional frente a la palabra y los compromisos adquiridos para levantar el paro agrario del año pasado, la decisión de la Cumbre Agraria: Campesina, Étnica y Popular es la de volver al paro nacional agrario, cuya hora cero dependerá de la respuesta gubernamental. La Cumbre extiende un plazo al gobierno hasta la primera semana de mayo. A partir de este momento la Cumbre bajará a los resguardos indígenas y a las veredas de los territorios afros y campesinos, a las barriadas y organizaciones sociales de las ciudades, a los sindicatos, a organizar los comités de paro y a convocar a todos los sectores sociales y populares en conflicto para acordar una dinámica coordinada en perspectiva de bloque popular.
Las propuestas del gobierno no son soluciones. El Pacto Agrario es una repartija más de recursos públicos con fines clientelares y electoreros. El gobierno nacional tiene la oportunidad histórica de solucionar la crisis estructural del campo a partir de nuestras propuestas recogidas en el pliego unitario, creemos en el diálogo social como la ruta para alcanzar la justicia social y la anhelada paz estable y duradera para Colombia. Nuestras propuestas están sobre la mesa, le queda la responsabilidad histórica al gobierno de atenderlas.

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