Ante las posibles consecuencias que podrían conllevar las sanciones impuestas contra Rusia por parte de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), Moscú ha decidido reemplazar a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por las naciones del grupo de economías emergentes BRICS (Brasil, Rusia, La India, China y Sudáfrica).
Tras reconocer el aspecto irreversible de la dependencia de Rusia de los suministros del extranjero, el director del Departamento de Comercio y Servicios moscovita ha enfatizado la búsqueda de unos proveedores y suministradores alternativos.
En este sentido, el sector alimenticio de Moscú tiene previsto reorientar y aprovechar, aún más, las ofertas de los productores de América del Sur, en especial Brasil.
Asimismo, considera a los países de la Comunidad de Estados Independientes, China y Asia Central como capaces de ampliar sus ofertas alimentarias a Rusia.
Actualmente, Moscú compra al extranjero un 85 % de las frutas y bayas, y un 67 % de la carne consumida, en su mayoría de los países miembros de la OTAN.
Con respecto a Ucrania, este país representa una participación mínima en el mercado de Moscú, pues durante los recientes meses sus autoridades han prestado poca atención al sector agrícola.
Tras el referéndum del pasado 16 de marzo, cuyo resultado mostró el interés de la mayoría de la población crimea de lograr su independencia de Ucrania y su próxima anexión a Rusia, Moscú está estudiando el proceso de la incorporación de Crimea y la ciudad de Sebastopol como dos nuevas entidades federales.
No obstante, Ucrania junto a Estados Unidos y países europeos no han reconocido ese plebiscito, razón por la cual han adoptado varias sanciones contra autoridades y ciertos sectores de Rusia y Crimea.
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