Por Javier Rodriguez Roque
Asunción, 21 mar (PL) La derogación de la llamada Ley de Alianza Público-Privada, instrumento principal para la privatización de empresas estatales, se convirtió en consigna principal de la huelga general convocada por sindicatos y organizaciones campesinas y sociales en Paraguay.
El rechazo a la conocida popularmente como ley privatizadora figura en primer lugar en la lista de demandas divulgadas por cada una de las agrupaciones participantes en la protesta señalada para el próximo miércoles y que ya cuenta con una importante adhesión.
Seis centrales sindicales y poderosos sindicatos de la educación, transporte, electricidad, servicios telefónicos y aeroportuarios, entre otros, se unieron en el mismo reclamo con la Federación Nacional Campesina y la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas.
Ese conglomerado de protestantes cuenta ya con el apoyo del Frente Guasú, otros partidos de izquierda y hasta sectores del Partido Liberal encabezados por su presidente, organización aliada del gobierno y hoy dividida internamente en varios grupos.
Las últimas horas fueron escenario del debate público entre ministros del Ejecutivo y las propias centrales sindicales quienes rechazaron con fuerza las acusaciones oficiales de que se provocarán actos de violencia por los participantes en el paro nacional.
Como parte de la tensa situación, el ministerio de Educación se negó a suspender las clases el dÃ�a 26 y recibió como respuesta de los docentes que pararán sus actividades incluso desde la jornada anterior para participar, junto a los campesinos, en una marcha hacia el centro de Asunción.
Por último, una intensa actividad realiza el gobernante Partido Colorado para tratar de evitar la participación en la huelga de los trabajadores de algunos ministerios, aunque se señala la poca incidencia que tendría en una presencia abrumadora en las calles de las distintas áreas sociales.
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